La NASA avanza con un ambicioso proyecto para instalar un reactor nuclear en la Luna, una pieza clave para garantizar energía continua a futuras bases y misiones. El plan, conocido como Fission Surface Power Project, se desarrolla junto al Departamento de Energía de Estados Unidos y busca construir un sistema compacto de fisión nuclear capaz de generar al menos 40 kilovatios de electricidad durante diez años sin intervención humana, suficiente para abastecer a una estación lunar y sus sistemas de soporte vital.
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Cómo es el reactor nuclear de la NASA que irá a la Luna
Este tipo de tecnología se considera fundamental porque la Luna enfrenta noches de casi catorce días terrestres, lo que limita seriamente el uso de energía solar. Con un reactor, sería posible mantener las operaciones incluso en zonas permanentemente sombreadas, como los cráteres del polo sur, donde se cree que existe hielo de agua que podría ser aprovechado para producir combustible, oxígeno y otros recursos necesarios para una base.
En 2022, la NASA adjudicó contratos de unos cinco millones de dólares cada uno a tres empresas, Lockheed Martin, Westinghouse e IX, una alianza entre Intuitive Machines y X-Energy, para diseñar conceptos que incluyeran desde el núcleo del reactor hasta los sistemas de conversión de energía, gestión térmica, distribución eléctrica y estimaciones de costos y plazos.

El objetivo es que el sistema pese menos de seis toneladas, tenga alta resistencia a las condiciones lunares y pueda ser transportado en un único lanzamiento. La base tecnológica de este proyecto se apoya en desarrollos anteriores como el experimento KRUSTY (Kilopower Reactor Using Stirling Technology), que ya demostró la viabilidad y seguridad de la fisión nuclear para entornos espaciales.
Cuándo estará listo el reactor nuclear de la NASA
La iniciativa acaba de completar su primera fase de diseño y se espera que en 2025 comience la segunda etapa, en la que se seleccionará un diseño final para ser probado en la superficie lunar. Hasta hace poco, la meta era que el reactor de 40 kilovatios estuviera operativo en la primera mitad de la década de 2030, pero recientemente el administrador interino de la NASA, Sean Duffy, decidió acelerar los planes y elevar la potencia objetivo a 100 kilovatios.
Esto duplica la capacidad inicial prevista y apunta a garantizar una infraestructura energética robusta capaz de sostener una base lunar más grande y operaciones más complejas.

El nuevo cronograma plantea que el reactor de 100 kilovatios esté en la Luna para 2030, con prioridad en el polo sur, una región estratégica por sus reservas de hielo y por la posibilidad de establecer un punto permanente de exploración.
La decisión no solo responde a necesidades técnicas, sino también a un contexto de competencia internacional: China y Rusia anunciaron su intención de colocar un reactor lunar hacia mediados de la década de 2030. Y, en el entorno espacial, existe la percepción de que el primer país en instalar una fuente de energía permanente podría imponer limitaciones a otros actores.