Un estudio reciente realizado por Fundación TAEDA y la red Pollera Pantalón reveló datos preocupantes sobre la relación de las mujeres con la Inteligencia Artificial. Si bien su uso se ha extendido, el 70% de las encuestadas solo tiene conocimientos básicos sobre su funcionamiento. Además, el 60% reconoce las oportunidades que ofrece esta tecnología, pero también manifiesta reservas sobre sus efectos en la sociedad.
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Uno de los hallazgos más llamativos es que más del 60% cree que la IA no tiene un impacto específico en las mujeres. Sin embargo, la historia ha demostrado que, cuando las mujeres no participan en el desarrollo tecnológico, las decisiones se toman sin su perspectiva, generando consecuencias de gran alcance.

Sesgos de género en la IA: una realidad preocupante
La tecnología no es neutral. Los algoritmos reflejan los valores y sesgos presentes en los datos con los que son entrenados. Al igual que las personas, la inteligencia artificial y los algoritmos pueden reproducir prejuicios. Esto ocurre porque la IA funciona de manera similar al cerebro humano: establece conexiones basadas en asociaciones repetidas. Si un algoritmo aprende que la mayoría de los CEOs son hombres, inferirá que las características de liderazgo deben ser masculinas.
Ejemplos concretos muestran cómo los datos y la falta de diversidad en el desarrollo de la IA puede reforzar estereotipos y poner en riesgo la equidad de género:
- Asistentes virtuales como Siri o Alexa han sido programados con voces femeninas y comportamientos sumisos, reforzando roles de género tradicionales.
- Sistemas de diagnóstico médico entrenados con datos predominantemente masculinos pueden fallar en la detección de enfermedades en mujeres, como los síntomas de un infarto, aumentando el riesgo de errores médicos.

Estos problemas no son anecdóticos: afectan la vida de millones de personas y reflejan un modelo de desarrollo tecnológico que excluye la mirada femenina.
Al problema de los datos se suma que hoy, las mujeres siguen siendo minoría en las carreras STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) y en puestos de liderazgo tecnológico.
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Según el Foro Económico Mundial, solo el 26% de la fuerza laboral en IA y datos es femenina. Si esta brecha no se reduce, el riesgo es claro: una inteligencia artificial diseñada sin diversidad tiende a amplificar las desigualdades de género en lugar de corregirlas.

Liderar en la era de la IA: una necesidad urgente
La inteligencia artificial no es el futuro, es el presente. El desafío no es solo adaptarnos a esta tecnología, sino liderar su transformación. Para ello, es clave:
- Invertir en educación y formación: más mujeres deben formarse en IA, algoritmos y ética tecnológica.
- Promover el liderazgo femenino en tecnología: es urgente una mayor representación en empresas, laboratorios e instituciones regulatorias.
- Fomentar comunidades de aprendizaje y mentoría: redes como Pollera Pantalón son clave para potenciar el talento femenino.
- Exigir una IA ética e inclusiva: la tecnología debe reducir desigualdades, no amplificarlas.
El futuro de la inteligencia artificial aún está en construcción. Garantizar que sea un futuro basado en la igualdad, la justicia y las oportunidades para todos depende de nuestra capacidad de involucrarnos. ¿Quién establecerá las reglas del juego de la IA? Es ineludible: el momento de LIDERAR es ahora.
(*) La autora, Yanina Kogan, es directora de la Fundación TAEDA y miembro del board de Pollera Pantalón.