El Humane PIN es un dispositivo desarrollado por Humane Inc., una empresa fundada por ex empleados de Apple, con la visión de revolucionar la forma en la que interactuamos con la tecnología.
El desarrollo recibió en sus inicios más de 200 millones de dólares de inversión de parte de Sam Altman, fundador y actual director ejecutivo de OpenAI. Se trata de una de las personas que más sabe sobre Inteligencia Artificial (IA) actualmente.
Este gadget generó gran expectativa al proponerse como una alternativa a los smartphones tradicionales, centrado en una experiencia tecnológica más natural y no tan intrusiva. Sin embargo, su lanzamiento no tuvo el impacto esperado. Aunque parece que no todo estaría perdido.
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Cómo funciona el dispositivo de Humane
El Humane PIN funciona como un pequeño dispositivo portátil que se adhiere a la ropa y proyecta información directamente en superficies cercanas, como la palma de la mano. Esto elimina la necesidad de pantallas convencionales, una apuesta audaz para crear un “dispositivo invisible”.
Su interacción se basa principalmente en comandos de voz y gestos, asistidos por una inteligencia artificial avanzada. Entre sus funciones destacadas se incluyen la proyección de datos como notificaciones o mapas, la traducción en tiempo real, un asistente de voz integrado y el análisis de contexto para ofrecer recomendaciones personalizadas.
El hardware del dispositivo está diseñado para maximizar la experiencia sin necesidad de interfaces tradicionales. Incorpora un proyector miniaturizado que muestra imágenes en alta definición, un micrófono y un altavoz integrados para facilitar la comunicación sin auriculares, sensores avanzados para detectar proximidad y gestos, y un chip de inteligencia artificial que permite procesar datos localmente, minimizando la dependencia de la nube.
Además, el dispositivo cuenta con conectividad Wi-Fi, Bluetooth y celular, lo que lo hace independiente de otros aparatos.

El software del pin inteligente
Humane PIN está basado en un sistema operativo propietario diseñado para ser ligero y optimizado para la interacción a través de voz y gestos. Este sistema no tiene una interfaz gráfica convencional: toda la información se proyecta y las interacciones se realizan mediante gestos o comandos.
La inteligencia artificial integrada utiliza aprendizaje profundo para interpretar el contexto y realizar tareas como traducción, predicción de actividades y transcripción.
También se integra con servicios externos como Google Calendar y plataformas de mensajería, permitiendo cierta compatibilidad con ecosistemas existentes, aunque de forma limitada. Además, está diseñado con un enfoque en la privacidad, procesando la mayoría de los datos localmente para reducir los riesgos asociados al almacenamiento en la nube.
¿Por qué fracasó Humane PIN?
A pesar de su innovación, el Humane PIN enfrentó importantes desafíos que limitaron su adopción. La usabilidad fue uno de los problemas principales: aunque la proyección y los gestos eran ideas novedosas, su implementación no era tan eficiente ni precisa como las pantallas táctiles tradicionales.
Muchos usuarios encontraron que los comandos de voz y gestos fallaban en situaciones cotidianas, especialmente en ambientes con mucho ruido o luz intensa. Además, el dispositivo dependía de superficies adecuadas para proyectar, lo que lo hacía poco práctico en exteriores o en condiciones de iluminación desfavorables.

El precio también fue un factor disuasorio. Con un costo cercano a los 700 dólares, resultaba difícil justificar su compra frente a smartphones que ofrecían más funcionalidades por un precio similar o inferior. La falta de un ecosistema robusto fue otro obstáculo: el Humane PIN no se integraba perfectamente con las plataformas Android o iOS, lo que complicaba su adopción entre usuarios acostumbrados a esos ecosistemas.
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La competencia tecnológica de los smartphones y wearables también dejó en evidencia las limitaciones del dispositivo, que no logró diferenciarse lo suficiente en términos de practicidad o funcionalidad.
Cómo podría reflotar su negocio Humane
Humane Inc. generó un alto nivel de anticipación con su campaña de marketing, lo que llevó a los consumidores a esperar un producto revolucionario que reemplazaría por completo a los teléfonos inteligentes. Sin embargo, las promesas no se cumplieron y el público se sintió decepcionado.
A pesar de estos problemas, el concepto del Humane PIN podría sentar las bases para futuros desarrollos en tecnología portátil e invisible. La compañía ha señalado que seguirá trabajando en dispositivos que redefinan la interacción humano-máquina, aprendiendo de las limitaciones de este producto inicial para ofrecer soluciones más prácticas y efectivas.

Sin embargo, para reflotar su producto y que no quede en el olvido como un fracaso de la industria, la empresa tiene como idea vender el software. Para esto, desarrollará un SDK (un kit de desarrollo software) el cual se pueda vender a sistemas operativos de otros servicios tecnológicos como autos o altavoces inteligentes.