Google enfrenta duras acusaciones por parte de los principales medios de comunicación de Estados Unidos. Organizaciones como The New York Times, News Corp, The Guardian y The Associated Press sostienen que la compañía está utilizando sus contenidos periodísticos para entrenar su inteligencia artificial generativa sin consentimiento ni compensación. La controversia gira en torno a las funciones de búsqueda impulsadas por IA, en particular el nuevo modo “AI Overviews”, implementado en el buscador de Google.
Este sistema responde directamente a las preguntas de los usuarios mediante resúmenes generados por inteligencia artificial, recopilando información de distintas fuentes, incluidos medios de comunicación. Sin embargo, lo hace sin redirigir tráfico a los sitios originales y, en muchos casos, sin citar de forma clara o destacada a los autores del contenido. Esto, denuncian los editores, perjudica gravemente el modelo de negocio de los medios digitales, que dependen del tráfico web para sostenerse a través de la publicidad o las suscripciones.
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Inteligencia artificial: cómo es la situación de Google frente a las acusaciones
La News/Media Alliance, organización que representa a más de 2000 medios en EE. UU., publicó un duro informe calificando la práctica como una forma de “robo digital”. Danielle Coffey, su directora ejecutiva, expresó que Google “está tomando nuestro contenido sin pagar ni pedir permiso, y lo utiliza para responder directamente a los usuarios, reemplazando nuestras fuentes originales”. Esto ocurre mientras Google invirtió miles de millones en desarrollar modelos como Gemini, cuya base de entrenamiento incluye texto de toda la web.

El problema se agrava porque, para evitar que sus contenidos sean utilizados por la IA, los medios deben excluirse completamente de los resultados de búsqueda convencionales, lo que sería inviable desde el punto de vista comercial. Es decir, si un editor quiere evitar que Google AI use sus contenidos, también pierde visibilidad en el buscador tradicional.
Según documentos internos revelados en un juicio antimonopolio, Google optó deliberadamente por no pedir consentimiento individual a los editores, para evitar sentar un precedente costoso.
El impacto que tiene esta medida en los medios
Los impactos ya son visibles: varios medios digitales reportaron caídas de tráfico superiores al 40% desde la implementación de las funciones de IA. En Francia, Google ya fue multada con 250 millones de euros por usar contenidos periodísticos locales sin respetar acuerdos de licencia. Además, fue acusada de falsear un video promocional de Gemini, mostrando funciones que no correspondían con el rendimiento real del sistema.
Esta situación pone en jaque el delicado equilibrio entre el avance tecnológico y la sustentabilidad del ecosistema informativo. Los medios argumentan que si Google y otras tecnológicas continúan utilizando su trabajo para entrenar IA sin acuerdos, corren el riesgo de desfinanciar al periodismo profesional, esencial para la democracia.

Google, por su parte, insiste en que actúa dentro del marco legal del “uso justo” y que mantiene acuerdos de colaboración con ciertos medios. Sin embargo, la presión por una regulación más estricta crece, al tiempo que surgen demandas judiciales y llamados globales a proteger la propiedad intelectual frente al avance de la inteligencia artificial.
Este no es el único frente abierto para Google. En paralelo, enfrenta investigaciones antimonopolio tanto en Estados Unidos como en Europa por supuestas prácticas abusivas en sus negocios de publicidad digital y búsqueda. También ha sido cuestionado por el uso de datos personales en el entrenamiento de sus modelos de IA, lo que alimenta un debate más amplio sobre privacidad y consentimiento en la era de la inteligencia artificial.