Luego de unos meses rodeado de la polémica con Donald Trump, Elon Musk vuelve por más. Recientemente, Grok, el modelo generativo de inteligencia artificial (IA) de su empresa xAI, tuvo actualizaciones que, según el magnate sudafricano, demostrarían ser cambios transformadores. Pero, lo que parecía una innovación, terminó siendo escandaloso: en X, acusaron a la plataforma de dar fake news sobre el presidente de Estados Unidos.
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Además, en los últimos días, xAI recibió el permiso para utilizar generadores de gas metano en sus centros de datos en Memphis, Tennessee. Los ciudadanos de esta área iniciaron protestas al respecto, alegando que la medida generaría un gran impacto en el medio ambiente.
Elon Musk y las polémicas fake news difundidas por Grok
En los últimos días, xAI, la empresa de inteligencia artificial de Elon Musk, estuvo en el ojo del huracán por varios cuestionamientos . Primero, su chatbot Grok generó polémica al difundir noticias falsas y teorías conspirativas. Varios usuarios y medios detectaron que Grok estaba promoviendo la narrativa conspirativa del “genocidio blanco” en Sudáfrica y cuestionaba la cifra de seis millones de víctimas del Holocausto, lo que provocó acusaciones de antisemitismo.

En ese sentido, xAI respondió atribuyendo la situación a una “modificación no autorizada” en sus prompts, iniciada por un empleado rebelde, un error de programación que “violó políticas internas”.
El episodio generó preocupación sobre la capacidad de xAI para supervisar adecuadamente su tecnología y evitar sesgos. Además, se descubrió que Grok habría sido configurado para censurar contenidos que mencionan a figuras como Musk o Trump vinculadas a la desinformación. Esto alimenta las dudas sobre sesgos intencionales o alteraciones no autorizadas en las respuestas del chatbot.
Inteligencia artificial: cómo será el impacto ambiental de xAI
Otra gran controversia alrededor de la compañìa de Elon Musk se centra en la granja de energía de xAI en Memphis, Tennessee. Para alimentar su superordenador Colossus, construido para entrenar Grok, xAI instaló decenas de turbinas de gas metano sin los permisos requeridos.

La empresa presentó solicitudes para operar 15 turbinas temporales, pero organizaciones ambientalistas y comunitarias descubrieron que estaban activas al menos 35 en el sitio. Imágenes térmicas y satelitales demostraron que 33 de ellas estaban en funcionamiento.
Las turbinas emiten grandes volúmenes de óxidos de nitrógeno y formaldehído, contaminantes vinculados a ataques de asma, problemas respiratorios y aumento del cáncer, que afectaba, especialmente, al barrio afroamericano de Boxtown, una comunidad que ya era víctima también de la polución industrial.
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La organización SELC (Southern Environmental Law Center), junto con la NAACP, envió cartas notificando su intención de demandar bajo la Clean Air Act, asegurando que xAI ha actuado sin transparencia y violando regulaciones ambientales. Se solicitó una orden de emergencia para suspender las turbinas y multas de hasta 25 mil dólares por día.
A su vez, la polémica escaló cuando los vecinos afirmaron que ni xAI ni las autoridades locales informaron a la comunidad sobre las turbinas. Repartieron volantes anónimos (“Facts Over Fiction”) afirmando que no se trataba de una amenaza, lo que provocó desconfianza y fue interpretado como una estrategia de “racismo ambiental” para minimizar la gravedad.
En medio de una nueva polémica, xAI defiende su proyecto afirmando que busca ser de baja emisión y que las turbinas iniciales eran temporales. Dicen estar invirtiendo en controles de contaminación y en infraestructura eléctrica local, además de haber solicitado un permiso para 15 turbinas. Sin embargo, la comunidad exige más transparencia, participación ciudadana real y medidas de mitigación mientras se investigan las violaciones ambientales.




