Hace pocos días, SpaceX, propiedad de Elon Musk, firmó un acuerdo monumental con EchoStar por unos 17.000 millones de dólares. En concreto, SpaceX adquirirá licencias de espectro inalámbrico (banda AWS-4 y H-block) a cambio de 8.500 millones en efectivo y 8.500 millones en acciones de SpaceX, además de asumir unos 2000 millones en pagos de intereses sobre la deuda de EchoStar hasta finales de 2027.
Este movimiento estratégico permitirá a SpaceX fortalecer su red satelital Starlink con capacidades de conectividad directa a celulares, sin necesidad de torres terrestres.
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Cómo fue la compra de EchoStar
El acuerdo también incluye una alianza comercial a largo plazo: los suscriptores de Boost Mobile (propiedad de EchoStar) podrán acceder al servicio Starlink Direct-to-Cell, lo que amplía la oferta de conectividad móvil en áreas remotas y reduce la dependencia de infraestructura tradicional.
Esta transacción no solo impulsa la expansión de Starlink, sino que además resuelve una investigación de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EE.UU. sobre el uso subóptimo del espectro por parte de EchoStar. La FCC, que había cuestionado si EchoStar estaba “acaparando” espectro sin desplegarlo, cerrará la investigación tras este acuerdo y otro similar con AT&T por 23 000 millones.

Para EchoStar, el impacto financiero es gigantesco. La operación le permitirá reducir cargas de deuda, destrabar su capital y, con la participación accionaria en SpaceX, recuperar valor estratégico. Su acción trepó cerca de un 20-22 % tras el anuncio. Según analistas, los ingresos combinados de los acuerdos con SpaceX y AT&T podrían superar los 40.000 millones de dólares, más que suficientes para saldar su deuda acumulada.
Los próximos pasos para Elon Musk
Desde la perspectiva de Elon Musk y SpaceX, esta adquisición es un punto de inflexión. Le permite convertir el servicio Starlink en una solución híbrida satélite-móvil de alto rendimiento, desplegable en zonas sin cobertura terrestre, y competir directamente con operadores tradicionales.
Las mejoras técnicas prometen incrementar la capacidad de cada satélite hasta 20 veces más, lo que multiplica enormemente el ancho de banda total del sistema. Además, al contar con su propia porción de espectro, SpaceX reduce su dependencia de acuerdos externos (como los que tiene con T-Mobile) y gana autonomía operativa.

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Starlink se consolida como una plataforma no solo de internet satelital, sino también de conectividad móvil directa, lo que lo enfrenta directamente con gigantes como AT&T o Verizon, y alimenta el crecimiento de redes 5G desde arriba. Competidores como AST SpaceMobile ya sufren presión en sus acciones.