El desarrollo de deepfakes es un fenómeno que se viene propagando con mucha velocidad en los últimos años. Por eso, Dinamarca quiere plantear una solución. Desde el Departamento de Cultura, propusieron crear derechos de autor sobre el mismo usuario. Es decir, proteger la imagen, la voz y la integridad de las personas de las imágenes generados por inteligencia artificial.
Se cree que es la primera ley de este tipo en Europa y podría generar un cambio radical para la ciberseguridad. De momento, la medida contaría con una aprobación mayoritaria: 9 de cada 10 miembros del Parlamento danés votarían a favor.
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Ley anti deepfakes: cómo sería la nueva ley danesa
Es una iniciativa legislativa pionera que busca proteger a las personas del uso no consentido de su imagen y voz mediante tecnologías de inteligencia artificial. Esta propuesta surge en respuesta al crecimiento exponencial de deepfakes, capaces no solo de clonar la apariencia, sino de imitar gestos y la forma de hablar de una persona, haciendo imágenes y videos hiperrealistas. No solo plantea riesgos de identidad y privacidad digital, sino que representa una amenaza para la ciberseguridad.

La ley apunta a reconocer como propiedad intelectual los rasgos faciales, la voz y otros aspectos únicos de una persona. De este modo, cualquier uso de estos elementos por parte de terceros requerirá autorización explícita de la persona afectada. Si no se cuenta con ese consentimiento, el material podría ser considerado ilegal y sujeto a sanciones civiles o penales.
Además, se contemplaría un mecanismo para denunciar rápidamente contenidos que violen estos derechos, obligando a plataformas como YouTube, TikTok o Instagram a eliminarlos de inmediato, con riesgo de multas significativas si no lo hacen.
Otros lugares donde se implementa y su impacto
Esto sucede en un contexto en donde la tecnología avanza a pasos agigantados. Dinamarca es uno de los países que más aboga por el equilibrio ente la innovación y la protección ciudadana dentro de la Unión Europea. Además, recientemente el organismo lanzó una ley en donde se establecen muchos límites al uso de inteligencia artificial de alto riesgo, como el reconocimiento facial masivo o la manipulación de sistemas generativos.
En Estados Unidos, algunos estados como California y Nueva York tienen leyes que protegen el “derecho a la imagen” (right of publicity), pero su aplicación a deepfakes sigue siendo muy limitada y ambigua.

Por su parte, la Unión Europea, además de lanzar una ley general de límites en la IA, también publicó el Reglamento General de Protección de Datos, que protege ciertos aspectos de la identidad digital, pero todavía no otorga derechos de autor sobre una persona en sí.
De cumplirse esta ley, podría afectar mucho a las empresas tecnológicas y creativas que utilizan herramientas de generación de imágenes, en donde muchas veces los modelos entrenan con archivos existentes. De este modo, tendrían que implementar mecanismos para garantizar el consentimiento del usuario antes de generar contenido personalizado y eso podría reducir su material de trabajo considerablemente.
Pero, a su vez, esta nueva modalidad podría significar un aspecto positivo para influencers, celebridades o figuras públicas. Los derechos de autor sobre una persona podrían sentar las bases para nuevas formas de licenciamiento de identidad digital, lo que se traduciría en una fuente de ingresos para aquellos que decidan utilizar su rostro o voz.




