En el fondo del océano Pacífico, a unos 480 kilómetros de la costa de Oregón, Estados Unidos, se encuentra Axial Seamount, el volcán submarino más activo de la costa oeste. Ubicado sobre la dorsal oceánica Juan de Fuca, una zona donde las placas tectónicas se separan lentamente, Axial es una auténtica fábrica de magma, y los científicos creen que podría entrar en erupción en cualquier momento.
Lo que lo hace único es que está constantemente monitoreado. Desde hace años, los geólogos han instalado sensores de presión, sismógrafos, cámaras y cables de fibra óptica en el lecho marino para seguir en tiempo real lo que ocurre a más de 1.500 metros bajo el nivel del mar. Este grado de vigilancia permitió algo inusual en vulcanología: predecir posibles erupciones con una ventana de tiempo relativamente precisa.
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Cuándo entraría en erupción el volcán submarino
Axial Seamount entró en erupción al menos tres veces en los últimos 25 años: en 1998, 2011 y 2015. En todos los casos, se detectó un patrón previo: el suelo marino se eleva lentamente debido al ascenso del magma, acompañado por un aumento de la actividad sísmica. Este patrón se está repitiendo ahora, con una inflación del terreno que alcanzó niveles similares a los de antes de la última erupción.

Según el geofísico William Wilcock y otros investigadores de la Universidad de Washington, los datos actuales indican que una nueva erupción podría ocurrir entre mayo y octubre de 2025. Aunque no se puede predecir el día exacto, el comportamiento del volcán sugiere que se encuentra en una etapa avanzada del ciclo eruptivo.
Las erupciones en Axial no representan un riesgo directo para la población humana, ya que ocurren en aguas profundas y aisladas. Sin embargo, tienen gran importancia científica. En estas erupciones, el magma entra en contacto con el agua fría del océano, generando nuevos flujos de lava, sismos y alteraciones térmicas que impactan el ecosistema marino.
También hay riesgos secundarios: una erupción lo suficientemente fuerte podría generar pequeños tsunamis, o alterar cables submarinos de comunicación. Además, los estudios de Axial ayudan a entender cómo funcionan los volcanes en otros contextos, incluyendo los continentales, que sí representan amenazas a la población.

Asimismo, Axial Seamount es un laboratorio natural para estudiar vida extrema, ya que en sus respiraderos hidrotermales se desarrollan comunidades biológicas únicas, que viven sin luz solar y se alimentan de los minerales que emergen del subsuelo.