La Universidad de Durham, en el Reino Unido, está liderando uno de los proyectos más ambiciosos en la búsqueda de vida extraterrestre: el desarrollo de una tecnología capaz de identificar señales de vida en planetas fuera del Sistema Solar.
- Te puede interesar: Científicos confirman el origen del cometa 3I/ATLAS tras meses de especulación
Vida extraterrestre: cómo será la tecnología espacial de la Universidad de Durham
Se trata de un instrumento óptico de altísima precisión que formará parte de futuros telescopios espaciales, diseñados para detectar lo que se conoce como biosignaturas, es decir, rastros químicos que podrían indicar la presencia de organismos vivos en otros mundos.
El equipo de científicos de Durham trabaja en conjunto con la NASA y con el UK Astronomy Technology Centre en lo que será el Habitable Worlds Observatory (HWO), una misión espacial proyectada para las próximas dos décadas. Este observatorio reemplazará a los telescopios espaciales actuales, como el Hubble o el James Webb, pero con una misión aún más específica: descubrir si existe vida fuera de la Tierra.

Para eso, se necesitarán instrumentos con una sensibilidad y estabilidad sin precedentes, capaces de mirar directamente a planetas similares al nuestro, ubicados a decenas o cientos de años luz de distancia, y separar su tenue luz del brillo abrumador de la estrella que orbitan.
Vida en el espacio: los desafíos y próximos avances del proyecto
El desafío es enorme. Para lograrlo, los ingenieros y astrónomos de Durham están desarrollando cámaras y sensores capaces de realizar imagen directa de exoplanetas, algo que hasta hace poco era prácticamente imposible. Cuando un telescopio observa un sistema estelar, la luz de la estrella eclipsa por completo la de los planetas que la rodean.
Para resolver ese problema, los investigadores están perfeccionando un sistema llamado coronógrafo, un dispositivo que bloquea la luz de la estrella y permite ver lo que hay alrededor de ella. De esa manera, los científicos pueden obtener imágenes limpias de los planetas vecinos y analizar su luz con instrumentos espectroscópicos avanzados.
- Te puede interesar: Rusia lanza ratones y moscas al espacio para investigar efectos de los viajes a Marte
La espectroscopía es clave en este proceso: al descomponer la luz del planeta en sus distintos colores o longitudes de onda, se pueden detectar las huellas químicas de ciertos gases en su atmósfera. Si los futuros instrumentos logran identificar combinaciones como oxígeno, ozono o metano coexistiendo en un mismo entorno, eso podría interpretarse como una evidencia de procesos biológicos. En la Tierra, por ejemplo, esa mezcla es el resultado de la actividad de millones de organismos vivos.
En este sentido, Durham aporta la experiencia en óptica y control de frente de onda, una técnica que mantiene la precisión del haz de luz dentro de los límites nanométricos necesarios para estas observaciones. Y, además, el desarrollo de detectores de muy bajo ruido y algoritmos inteligentes que filtran el ruido visual para distinguir una señal auténtica de posibles errores instrumentales.

Es un trabajo de ingeniería extrema, en el que cada vibración o desviación minúscula podría alterar la observación y hacer que una posible señal de vida pase inadvertida.
Aunque el proyecto se encuentra en fases de diseño y experimentación, se espera que la tecnología madure durante los próximos diez años. El lanzamiento del Habitable Worlds Observatory está previsto para fines de la década de 2030 o principios de la de 2040, aunque la fecha exacta dependerá de decisiones presupuestarias y de la evolución de los componentes que están siendo probados.




