La NASA identificó un olor químico tóxico que se originó en un cargamento ruso enviado a la Estación Espacial Internacional (ISS) por la agencia estatal rusa Roscosmos. Este olor en el espacio fue atribuido a una posible liberación de agentes químicos presentes en los materiales o empaques de la carga, lo que suscitó preocupación sobre la seguridad de la tripulación y la calidad del aire en el entorno cerrado de la ISS.
Aunque el incidente no derivó en una emergencia grave, pone en evidencia los desafíos de mantener condiciones seguras en el espacio.
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Qué es el olor tóxico y cuáles son sus efectos
Desde 2019, en algunas ocasiones se reportó en el espacio un olor fuerte y químico y ahora volvió a aparecer tras la llegada del cargamento ruso en la nave de reabastecimiento Progress. Este cargamento contenía suministros esenciales como alimentos, equipos de investigación y herramientas para el mantenimiento.
Si bien no hay una certeza de qué podría ser el olor, según informes preliminares, podría provenir de compuestos orgánicos volátiles (COV) liberados por algunos de los empaques o materiales presentes en el cargamento. Los COV son sustancias químicas que pueden evaporarse fácilmente y mezclarse con el aire, a menudo provenientes de plásticos, adhesivos, pinturas o recubrimientos protectores.

Los efectos de la exposición a compuestos químicos tóxicos en un entorno cerrado como la ISS pueden variar dependiendo de la concentración y el tiempo de exposición.
Los COV pueden causar molestias inmediatas como picazón en los ojos, ardor en la garganta y dificultad para respirar. Además, la exposición prolongada a ciertos compuestos químicos puede provocar síntomas neurológicos leves a moderados, como mareos, náuseas o dolores de cabeza, afectando el rendimiento de los astronautas.
Algunos incluso podrían desarrollar reacciones específicas a ciertos agentes químicos, que podrían incluir erupciones cutáneas o congestión nasal.
Cómo se monitorea el olor tóxico
La ISS cuenta con sofisticados sistemas de monitoreo de la calidad del aire, como el Análisis de Gases en Tiempo Real (RGA), que detectan y miden la concentración de sustancias químicas en el aire. Cuando se detectó el olor unos años atrás, los astronautas activaron estos sistemas y tomaron medidas.
Los sistemas de ventilación de la ISS, diseñados para recircular y filtrar el aire, fueron ajustados para reducir la concentración de químicos en el ambiente.

En paralelo, expertos de la Estación inspeccionaron los materiales del cargamento para identificar posibles fuentes de olor. En algunos casos, los paquetes sospechosos fueron aislados.
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Para minimizar la inhalación de posibles toxinas, los astronautas emplazados en la ISS usaron mascarillas de alta eficiencia mientras trabajaban en las áreas afectadas. La NASA y Roscosmos trabajaron en conjunto para analizar los datos enviados desde el lugar del siniestro y determinar los pasos a seguir.
Qué es Node 3 y por qué es crucial para cuidar la salud de los astronautas en la ISS
Una de las tareas más fundamentales es llevada a cabo por Node 3, un módulo vital de la Estación Espacial Internacional, diseñado para albergar sistemas de soporte vital esenciales y servir como un espacio multipropósito para la tripulación.

El Node 3 actuó como el núcleo operativo para gestionar el impacto del olor tóxico del cargamento ruso y sus emisiones químicas. Su papel no solo fue clave para la contención inmediata del problema, sino también para garantizar que la tripulación pudiera continuar con sus actividades en un entorno seguro.