El cometa 3/I ATLAS, descubierto el 1 de julio de este año, por el sistema de sondeo ATLAS en Chile, es un objeto interestelar que atraviesa nuestro sistema solar. Su órbita hiperbólica indica que proviene de fuera del sistema solar y no está ligado gravitacionalmente al Sol.
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Las claves del cometa 3/I ATLAS
Aunque su acercamiento más cercano a la Tierra será de aproximadamente 1.8 unidades astronómicas (alrededor de 270 millones de kilómetros), la NASA y la Red Internacional de Alerta de Asteroides (AWN) activaron un protocolo de defensa planetaria para monitorear su trayectoria y características inusuales.
Este protocolo se implementará para estudiar objetos que, aunque no representan una amenaza inmediata, presentan comportamientos atípicos que podrían indicar riesgos potenciales. El cometa 3/I ATLAS mostró una coma rica en dióxido de carbono, una proporción inusualmente alta de CO2 en relación con el agua, y una cola que emite partículas cargadas, lo que sugiere que podría estar liberando material metálico, como tetracarbonilo de níquel, una aleación previamente solo observada en manufactura humana.

Estas características llevaron a algunos científicos a especular sobre la posibilidad de que el objeto sea artificial, aunque no fue confirmado.
Cómo será el protocolo de la NASA
La activación del protocolo incluye una campaña de observación intensiva desde el 27 de noviembre de 2025 hasta el 27 de enero de 2026. Durante este período, telescopios de todo el mundo, incluidos el Hubble y el James Webb, realizarán observaciones detalladas para analizar la composición del cometa, su comportamiento y su trayectoria.
Además, se llevarán a cabo talleres y teleconferencias para estandarizar las técnicas de medición y mejorar la precisión en el seguimiento del objeto.

Aunque el cometa 3/I ATLAS no representa una amenaza directa para la Tierra, su estudio proporciona una oportunidad única para comprender mejor los objetos interestelares y mejorar las capacidades de defensa planetaria.
La información recopilada durante esta campaña ayudará a refinar los modelos de predicción de trayectorias y a desarrollar nuestros sistemas de alerta temprana más efectivos para posibles futuros riesgos cósmicos.



