La Organizaciรณn Mundial de la Salud (OMS) determina que una de cada tres mujeres en el mundo sufre o ha sufrido algรบn tipo de agresiรณn. La violencia de gรฉnero ya es considerada una pandemia mundial. Por Patricia Fernรกndez Mainardi
En el artรญculo quince de la Constituciรณn de 1853 se proclamaba que โen la Confederaciรณn Argentina no hay esclavos, los pocos que hoy existen quedan libres desde la jura de esta Constituciรณn, y una ley especial reglarรก las indemnizaciones a que dรฉ lugar esta declaraciรณn. Todo contrato de compra y venta de personas es un crimen de que serรกn responsables los que lo celebrasenโ. Pasaron casi 160 aรฑos de esa declaraciรณn, la esclavitud como tal no existe, pero la igualdad tampoco.
La violencia de gรฉnero es la constante amenaza a este derecho, que tenemos todos y todas, a la igualdad. Lo paradรณjico es que la mujer ha avanzado en el mercado laboral y tiene mรกs participaciรณn en los diferentes รกmbitos. Sin embargo, ante estos logros la violencia de gรฉnero se potencia y la vieja premisa que pregona que en la prรกctica las cosas rara vez son lo que en teorรญa deberรญan ser, queda comprobada.
La Organizaciรณn Mundial de la Salud determina que una de cada tres mujeres en el mundo sufre o ha sufrido algรบn tipo de agresiรณn. Con solo encender el televisor, nos chocamos con una cultura en la que se promueve la violencia de gรฉnero, en la que la mujer es destratada y cosificada; participando de la construcciรณn de los estereotipos y prejuicios que llevan a limitar el rol de la mujer en la sociedad. Argumentos como โpor algo la tratan asรญโ, son naturalizados impunemente mientras que cada vez se registran mรกs vรญctimas de violencia sexual, familiar y trata de personas con fines de explotaciรณn.
Un flagelo que no discrimina
La violencia contra la mujer es toda conducta, acciรณn u omisiรณn, directa o indirecta, pรบblica o privada, basada en una relaciรณn desigual de poder que afecta la vida, libertad, dignidad, integridad fรญsica, psicolรณgica, sexual, econรณmica o patrimonial. Se trata de una violencia silenciosa, sin distinciรณn de raza o situaciรณn econรณmica. Afecta a todos y todas por igual pero, segรบn la Oficina de Violencia Domรฉstica de la Corte Suprema de Justicia de la Naciรณn, el 80% de las vรญctimas son mujeres. Lo que se evidencia es que este ataque es consecuencia de la falta de igualdad de gรฉnero existente en la sociedad.
Las mujeres son, en general, vรญctimas de violencia familiar, sexual y de trata de personas con fines de explotaciรณn. Ademรกs, tienen mayores dificultades para acceder al empleo y a puestos de decisiรณn y, en tรฉrminos generales, perciben salarios un 30% inferiores a los de los varones. Por otro lado, es importante relativizar el mito que sostiene que este flagelo sucede principalmente en los sectores mรกs marginados. Solo para ilustrar la situaciรณn en la Ciudad de Buenos Aires, la mayorรญa de los casos de violencia de gรฉnero se registra en barrios como Palermo, Belgrano y Recoleta.
Derechos adquiridos
En la reforma constitucional de 1994, la Argentina incorporรณ las convenciones internacionales de Derechos Humanos, entre ellas la โConvenciรณn de Belรฉm Do Parรกโ, con el fin de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. Como antecedente, tambiรฉn en 1994, la Argentina aprobรณ la Ley 24417 de Protecciรณn contra la Violencia Familiar, que establecรญa acciones y recursos a los que podรญa acceder una vรญctima de violencia familiar para preservar su integridad fรญsica. A partir de la denuncia de la vรญctima ante un juez, la autoridad redactaba un informe de riesgo que luego era evaluado durante una audiencia entre las partes. โEl punto dรฉbil de esta ley es que no solucionaba el problema, solo establecรญa una medida para evitar, de forma momentรกnea, la situaciรณnโ, explica el doctor Rodrรญguez, del Tribunal nรบmero 9. Por otro lado, la legislaciรณn concibe a la violencia como un asunto privado que solo sucede detrรกs de los muros. Hacia el aรฑo 1995 se sanciona la Convenciรณn Americana Contra la Violencia de la Mujer, a partir de la cual los paรญses americanos se comprometen a prevenir, erradicar y sancionar la violencia de gรฉnero, principalmente la violencia en el entorno familiar. A su vez, crea un comitรฉ de seguimiento para controlar el cumplimiento de lo establecido, con facultades para dictar recomendaciones generales.
Casi quince aรฑos despuรฉs de aprobada la Ley de Protecciรณn Contra la Violencia Familiar, en 2010, el Congreso de la Naciรณn sancionรณ la Ley 26485, actualmente en proceso de implementaciรณn. Se trata de una norma que interpreta la violencia contra las mujeres desde un enfoque integral y cultural. En su artรญculo segundo, tipifica que tiene por objeto promover y garantizar, entre otras cosas, la eliminaciรณn de la discriminaciรณn entre mujeres y varones en todos los รกmbitos de la vida, y el derecho a vivir una vida sin violencia.
La ley conceptualiza distintos tipos de violencia: violencia fรญsica (forma de maltrato que afecta la integridad fรญsica de la mujer); violencia psicolรณgica (daรฑo emocional que busca controlar acciones, comportamientos y creencias mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricciรณn, humillaciรณn, deshonra, descrรฉdito, manipulaciรณn y aislamiento; esta forma incluye tambiรฉn la culpabilizaciรณn, vigilancia constante, exigencia de obediencia sumisiรณn, coerciรณn verbal, persecuciรณn, insulto, indiferencia, abandono, celos excesivos, chantaje, ridiculizaciรณn, explotaciรณn y limitaciรณn del derecho de circulaciรณn); violencia sexual (toda acciรณn que vulnere el derecho de la mujer a decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a travรฉs de las amenazas, coerciรณn, uso de la fuerza o intimidaciรณn, incluyendo la violaciรณn dentro del matrimonio); violencia econรณmica y patrimonial (que ocasiona un menoscabo en los recursos econรณmicos o patrimoniales de la mujer); violencia simbรณlica (la que a travรฉs de patrones estereotipados, mensajes, valores, รญconos o signos transmita dominaciรณn, desigualdad y discriminaciรณn en las relaciones sociales, naturalizando la subordinaciรณn de la mujer en la sociedad). Es importante destacar que la Ley 26485 aporta una concepciรณn jurรญdica que ve la violencia ya no como un asunto privado, sino como un problema de derechos humanos de orden constitucional y pรบblico.
Romper el cรญrculo
La violencia contra las mujeres recorre un cรญrculo que suele comenzar con pequeรฑos actos, incluso durante el noviazgo. โAl principio la violencia es muy sutil, bรกsicamente psicolรณgica. Durante esta etapa, los ataques a la subjetividad de la vรญctima suelen expresarse en celos, enojos infundados, humillaciones y crรญticas a sus deseos y elecciones. La mujer suele echarse la culpa sin poder detectar que estรก siendo vรญctima. La propia estima en general suele ser boicoteada por el ataque del otroโ, detallรณ a DEF Analรญa Monferrer, directora de la Oficina de Violencia Domรฉstica de la Corte Suprema de la Naciรณn. โEn este momento es fundamental la ayuda de su cรญrculo mรกs cercano, para detectar esos signos. En general los hombres tratan automรกticamente de aislar a la mujer del contexto que la rodea y acotar sus vรญnculos personales. A medida que pasa el tiempo, las agresiones se van incrementando hasta convertirse en fรญsicas. Para la mujer, quien le pega es la pareja o un familiar, por eso se le hace difรญcil salir del cรญrculoโ, agregรณ.
Luego de la agresiรณn fรญsica, sostienen los especialistas, comienza la etapa denominada โluna de mielโ, caracterizada por el arrepentimiento del victimario. Este perรญodo, sin embargo, es transitorio porque โla violencia vuelve a presentarse y se hacen cada vez mรกs frecuentes los ataques, lo que se traduce en una conducta agresiva que se reitera en perรญodos de tiempo mรกs cortosโ, dijo Silvia La Ruffa, directora de Coordinaciรณn de Polรญticas de Gรฉnero del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
En todos los casos, es necesario un Estado que dรฉ respuestas prรกcticas e inmediatas para salir de esa situaciรณn. En ese sentido, la Corte Suprema de Justicia creรณ la Oficina de Violencia Domรฉstica y poco a poco comienzan a sumarse a este proyecto provincias de todo el paรญs. Solo en la Ciudad de Buenos Aires se atienden mรกs de 70 casos por dรญa.
Particular es el caso de la provincia de Buenos Aires, en donde funciona la Direcciรณn de Coordinaciรณn de Polรญticas de Gรฉnero. Allรญ se encargan de pensar las estrategias tanto de prevenciรณn como de asistencia. Esta direcciรณn es la que tiene a su cargo las novedosas comisarรญas de la mujer. Se trata de 42 unidades policiales independientes, con personal capacitado en violencia familiar, que se encargan de dar contenciรณn y asesorar a la vรญctima, โcuentan tambiรฉn con un gabinete interdisciplinario integrado por abogados, trabajadores sociales y psicรณlogos, que dan contenciรณn y asesoramientoโ.
Palabras que hieren
El lenguaje tambiรฉn puede ser violencia. Simbรณlica, pero violencia al fin, vinculada a estereotipos y expresiones con marcadas connotaciones sexistas y machistas. Silvia Chejter, autora del libro Lugar comรบn, la prostituciรณn, sostiene que la sociedad no suele cuestionar la prostituciรณn y su condiciรณn de ritual masculino. โEn un nivel discursivo, se suele decir que la mujer se prostituye, siendo la mujer el sujeto, pero el esclavo no se esclaviza. El sujeto es el prostituyente y las personas que son objeto de esa acciรณn son las prostituidasโ, explica. Los discursos son estructuras que exceden las palabras, decรญa el psicoanalista Jaques Lacan, manifiestan los deseos e ideologรญa de la sociedad. En general, estamos habituados a expresiones patriarcales que subestiman o desvalorizan a la mujer.
Feminicidio
En la Argentina, 151 mujeres y niรฑas fueron vรญctimas de feminicidios entre enero y junio de 2011, segรบn el informe de la Investigaciรณn de Feminicidios, elaborado por el Observatorio de Feminicidios โAdriana Marisel Zambranoโ, y coordinado por la Asociaciรณn Civil โLa Casa del Encuentroโ. El documento fue realizado sobre la base de noticias publicadas por las agencias Tรฉlam y DyN, y por mรกs de cien diarios de circulaciรณn nacional. Hubo prรกcticamente un caso por dรญa. โEl feminicidio constituye la forma mรกs extrema de violencia basada en el gรฉnero y el dominio masculino. Es una forma de poder, dominaciรณn y control que los varones ejercen hacia las mujeresโ, seรฑala Marรญa Cristina Perceval, subsecretaria de promociรณn de Derechos Humanos. Antes de llegar a esta instancia lรญmite, las mujeres suelen sufrir diferentes tipos de violencia.
Segรบn la relaciรณn de la vรญctima con el victimario, los feminicidios pueden ser รญntimos (aquellos asesinatos cometidos por hombres vinculados con la vรญctima), no รญntimos (cometidos por hombres que no han tenido nunca vinculaciรณn), o sociales (que incluyen formas encubiertas de asesinar a las mujeres, como que se permita su muerte a causa de actitudes o instituciones sociales). Segรบn este mismo informe, de las 151 vรญctimas del primer semestre de 2011, 58 fueron muertas por el esposo, compaรฑero o novio y 27 por una ex pareja. Padres o padrastros son responsables por 7 de los crรญmenes, otros familiares, por 13. Solo en 32 casos registrados, el asesino no tenรญa vรญnculo aparente con la vรญctima.
Trata de personas y prostituciรณn
El โConvenio de Naciones Unidas para la Represiรณn de la Trata de Personas y de la Explotaciรณn de la Prostituciรณn Ajenaโ, ratificado por la Argentina, determina que โla prostituciรณn y el mal que la acompaรฑa, la trata de personas para fines de prostituciรณn, son incompatibles con la dignidad y el valor de la persona humana, y ponen en peligro el bienestar del individuo, de la familia y de la comunidadโ.
La trata de personas es un problema de crimen organizado, migratorio, de orden pรบblico y de derechos humanos, que sostiene, tambiรฉn, la violencia de gรฉnero. โCabe destacar que la trata tambiรฉn es un mercado que genera aproximadamente 10 mil millones de dรณlares, convirtiรฉndose en la tercera actividad ilegal que mรกs ganancias genera junto con la venta ilegal de armas y de drogasโ, detalla Perceval.
En el paรญs, cada vez son mรกs los casos de mujeres secuestradas para ser incorporadas al mundo de la trata, que a su vez estรก ligado al trรกfico de personas. Los especialistas seรฑalan que este delito debe ser manejado a nivel regional. Desde el aรฑo 2001, a travรฉs de la Ley 25632, la Argentina adhiere a la โConvenciรณn de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacionalโ y sus protocolos adicionales. Y en 2008, a partir de la sanciรณn de la Ley 26364, el gobierno adhiriรณ al โProtocolo de Palermoโ, por el que las naciones se comprometieron a combatir el trรกfico de personas.
Un informe del Departamento de Estado de los EE. UU. de 2004 seรฑala a la Argentina como destino para la trata de personas con fines de explotaciรณn, principalmente mujeres y niรฑos. La investigaciรณn tambiรฉn indica que Salta, Jujuy, Tucumรกn, Chaco, Catamarca y Misiones son los lugares de origen de las mujeres que despuรฉs pueden ser encontradas en Buenos Aires, Cรณrdoba, entre otras ciudades. La Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE) seรฑala que el delito de trata se cobra un 77% de vรญctimas mujeres, la mayorรญa de ellas menores de edad.
Por otro lado, en la provincia de Buenos Aires la prostituciรณn es parte del paisaje urbano y rural, incluso rutero. Sin embargo, seรฑala Silvia Chejter, para la mayorรญa de los entrevistados para su libro, los prostรญbulos โno existenโ. โLa ceguera en este tema pareciera ser algo normal. La trata de mujeres con fines de prostituciรณn tuvo un crecimiento alarmante en el paรญs durante los รบltimos mesesโ, agregรณ.
Recientemente, la presidenta Cristina Fernรกndez de Kirchner firmรณ el Decreto 936, por el que se prohรญben los avisos que promuevan la oferta sexual o hagan explรญcita o implรญcita referencia a la solicitud de personas destinadas al comercio sexual, por cualquier medio. Este decreto persigue como objetivos: โPrevenir el delito de trata de personas con fines de explotaciรณn sexual y la paulatina eliminaciรณn de las formas de discriminaciรณn de las mujeres.โ
Temas pendientes
La violencia se naturaliza y esa naturalizaciรณn conlleva sus riesgos. La potencia de la violencia de gรฉnero reside en su naturalidad, que de tan instalada termina por dar visos de derecho adquirido a quien la ejerce. Si bien el vรญnculo entre el hombre y la mujer ha sido la primera relaciรณn natural, hay una contradicciรณn irresuelta en tรฉrminos de poder. Se trata de una batalla cultural que tiene que ver con un esquema de dominio familiar que distingue varรณn sobre mujer y adulto sobre niรฑo. Segรบn La Ruffa, en materia de violencia de gรฉnero โlas vergรผenzas han sido quebradas pero queda aรบn un largo camino por recorrer en la bรบsqueda de una sociedad igualitaria en la que la violencia no sea tan frecuente ni socialmente legitimadaโ. La sociedad estรก debatiendo estos temas y nadie duda de que se trata de un proceso de aprendizaje que no debe ser subestimado.