Verónica Silva. Foto Fernando Calzada.

La innovadora de 22 años desarrolló una app para que profesores y alumnos puedan concertar clases particulares, cursos y talleres. ¿Qué piensa y cómo cree que puede cambiar ciertos paradigmas en la educación? Por Redacción DEF

Uno de los grandes poderes de internet es que modifica todo a su paso: vínculos, instituciones, disciplinas. La educación, por ejemplo, está caminando en direcciones que hasta hace quince años nadie hubiera imaginado: comunidades en internet, tutoriales y cursos online son recursos que ya están entre nosotros. En ese sentido, Verónica Silva es creadora de la startup Apprendo, que reúne a profesores particulares y alumnos de acuerdo a sus necesidades.

En esta oportunidad, Verónica dialogó con DEF sobre las tendencias de los últimos años en materia de educación, tecnología, trabajo y los desafíos que se presentan para el futuro.

-¿Sentís que la universidad te da las herramientas para desarrollos como Apprendo?

-Es una buena pregunta. Siempre va a depender de qué querés emprender y qué estás estudiando. La facultad me ayudó a tener criterios en algunas decisiones para tomar, en entender cómo situarme del lado del usuario, lo que es design-thinking. Marketing también. Pero igualmente, creo que los nuevos negocios y tecnologías exponenciales están creciendo tanto que es inevitable que en dos meses o el año que viene haya cosas en la facultad que haya que actualizar.

-¿Puede la tecnología generar un cambio en la educación?

-Hay algo muy interesante: la educación no cambió su modalidad en el último siglo. Pero las carreras, las habilidades y el enfoque que necesitan las personas cuando se desarrollan sí cambió. Entonces los desafíos son distintos, es como un papel en blanco: se puede hacer un montón de cosas con tecnología y educación, el tema es ver cómo lo podemos adaptar para promover que los chicos estén más interesados, que sea más eficientes. Se puede hacer desde pizarras digitales hasta realidad virtual o aumentada para que los chicos entiendan clases de biología, o clases extracurriculares que se reflejan en que los chicos puedan saber qué opciones existen para elegir su carrera profesional. Se hizo muy poco de lo que realmente se puede hacer.

-¿Encontrás alguna diferencia con generaciones anteriores en la manera de formarse?

-Nosotros somos la generación que creció mirando Youtube. En la generación anterior apareció cuando ellos eran adolescentes, pero nosotros estamos acostumbrados a adquirir conocimientos y escuchar experiencias de esta plataforma que no es convencional: uno puede elegir y descubrir qué hay. Lo que veo es una tendencia más autodidacta por la disponibilidad de información, lo fácil que es conseguirlo y que sea gratuito. Realmente puede acceder cualquiera que tenga internet. También veo que esto promueve una actitud más resolutiva y creativa a la hora de encontrar soluciones, aunque eso depende mucho del rubro. De todos modos, mi generación, digamos, los que tenemos veintialgo, en comparación de los que son adolescentes ahora, tenemos una distancia enorme porque ellos se criaron con otras cosas. Ven el mundo con una perspectiva que nosotros no tenemos, ellos son nativos digitales. Volviendo a la educación, ¿cómo podemos hacer para llamar la atención de quienes antes de agarrar un lápiz para dibujar agarraron un celular? Su hábitat natural es estar en una plataforma. Quizás para ellos sea un esfuerzo doble adaptarse a lo analógico. Ahí veo un desafío, y no solo en educación sino también en los trabajos: hay que implementar trabajo remoto. Permitiría ahorrar recursos a la empresa y los jóvenes podrían administrar sus tiempos sin resignar eficiencia.

“Esta generación le da mucha importancia a la vida personal, a tener cierto status social y querer demostrarlo. Que el trabajo no sea lo primero”, dice Silva. Foto: Fernando Calzada.

-Existe la tendencia del emprendimiento, de que cada uno sea propio jefe: ¿notás un divorcio con la relación de dependencia, con la estabilidad?

-Sí, totalmente. Siempre que tengas una startup o seas un profesional independiente vas a correr el riesgo de no tener la estabilidad de la relación de dependencia. Pero yo veo cantidad enorme de jóvenes e incluso niños con ideas de apps y cosas para hacer con tecnología, porque nacieron con ellas y las pueden asociar a su vida cotidiana y a problemas que surgen. Creo que por naturaleza tienen la pizca de querer crear soluciones. No todos van a salir emprendedores, pero es un desafío para las empresas adaptarse a estos nuevos hábitos, porque hoy ya es difícil agarrar a un joven profesional y retenerlo veinte años en una empresa. El valor de un profesional pasa por la experiencia en ámbitos diversos y adversos que tuvo, a los que probablemente no se enfrentaría en una situación estable donde aprendió solo una cosa y si lo cambian de situación no sabe aplicar sus conocimientos. Por eso el tema de las modalidades de trabajo y los incentivos son clave, esta generación le da mucha importancia a la vida personal, a tener cierto status social y querer demostrarlo. Que el trabajo no sea lo primero.

-¿Qué habilidades creés que necesita un joven talento, además de la habilidad propia de su disciplina, para desarrollarse en este ecosistema?

Es clave la inteligencia emocional. Te desarrolles en lo que te desarrolles tiene que estar, vos podés tener todas las herramientas del oficio, pero tenés que poder superar obstáculos, saber mantener un enfoque y cambiarlo cuando es necesario. Y también son importantes las finanzas personales para los jóvenes que quieran ofrecer sus servicios en el mercado. Estaría bueno que se promoviera más estos dos aspectos.

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