Una de las aristas más distintivas de las megaciudades más avanzadas del mundo son sus innovaciones en materia de “modernización” y “ciudad inteligente”.

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Aunque se tenga cierta noción de lo que implican los conceptos de “modernización” y “ciudad inteligente”, resulta difícil definirlos de una manera cabal y acabada. Esto no quiere decir que se trate de ideas abstractas que no tengan un correlato en la realidad. Todo lo contrario. Las medidas que toman las ciudades en el camino de su modernización tienen su expresión concreta y mensurable. De hecho, existen numerosos rankings de ciudades inteligentes en los que compiten las urbes más avanzadas del mundo elaborados sobre la base de diferentes variables. Pero este es el punto: ¿cuáles son los elementos que hacen a una ciudad inteligente o moderna?

Hay quienes limitan el asunto a una cuestión de conectividad y gobierno electrónico. En cambio hay otros que incluyen en su análisis, por ejemplo, las soluciones de tránsito o el manejo de la basura. Entre las diferentes áreas del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se cuenta con un Ministerio de Modernización. DEF dialogó con el titular de esa cartera, Andrés Ibarra, para conocer los trabajos en la materia y tratar de acercarse a una definición de este aspecto de las megaciudades.

Mejoras físicas y digitales

Ibarra concuerda en que tratar de desentrañar lo que hace a una ciudad moderna requiere de una “respuesta amplia”. “Una ciudad moderna –dijo el ministro- es aquella orientada a mejorar constantemente la sostenibilidad y la gestión eficiente de los servicios, innovando en capacidad humana e infraestructura y utilizando a la tecnología para mejorar la vida y fomentar la participación de las personas que la habitan, visitan, trabajan o transitan”.

“En términos generales –agregó Ibarra-, es actuar en distintas dimensiones o áreas de trabajo, porque significa, por un lado, hacer un trabajo fuerte en la modernización del propio estado, en sus recursos humanos y en las políticas activas de cara a tener empleados más profesionalizados, con una concepción cuyo eje sea dar servicio al ciudadano; y por otro, la incorporación de tecnología, sistemas y procesos de gestión”. El ministro señaló que el trabajo de su área colabora con la transparencia, la participación, la innovación, la agilidad en la gestión, la inclusión digital y la sustentabilidad. En cada una de estas aristas podríamos encontrar las diferentes caras de la modernización urbana.

Ibarra, quien está en el cargo desde que comenzó el gobierno de Mauricio Macri hace ocho años, lo puso en ejemplos: “El hecho de que se puedan hacer trámites por internet es una mejora para la gente, pero, a la vez, al mejorar las cedes comunales con tecnología, mejoras edilicias y personal más capacitado, también se traduce en una mejora para la gente que no es solo digital, sino presencial. Eso también es modernización”.

Por otra parte, el ministro aclaró que en el resto de las áreas también hay desarrollos de ciudad moderna. Por ejemplo, en transporte, salud o educación. NO es algo totalmente exclusivo de su cartera. “En todas aquellas áreas hay desarrollos de lo que es una ciudad inteligente y que tienen que ver con estas mejoras. No solo mejoras de gestión, sino herramientas tecnológicas por ejemplo para la pedagogía, como el Plan Sarmiento. Es tecnología aplicada”, destacó.

Tecnología y Estado

El ministerio trabaja de manera transversal con diferentes áreas de gobierno, ayudándolos a que modernicen algún elemento de su gestión. En otros casos, entrega directamente algún desarrollo o producto final, como puede ser una aplicación específica como la de Ferias y Mercados, o el mapa interactivo de la Ciudad. La elaboración del producto se hace desde el Ministerio de Modernización, pero está al servicio de otro ministerio, como es Espacio Público.

Al consultársele si existe un choque de culturas entre los antiguos empleados municipales y el rol profesional tecnológico que impulsa desde su cartera, Ibarra respondió muy seguro que “no”. “Diría que hay una suma de culturas, más que un cambio cultural”, agregó. “Uno de mis objetivos es proteger el personal que trabaja acá y capacitarlo para que en definitiva den mejores servicios. No es solamente para que hagan mejor carrera, sino para que esa carrera repercuta en un mejor servicio”. En ese sentido, Ibarra citó un programa de jóvenes profesionales que implementaron desde su ministerio. La iniciativa busca mezclar recién recibidos o próximos a recibirse en diferentes áreas con la cultura de aquellos empleados que llevan 20 años en el gobierno. “Los resultados son espectaculares –asegura el ministro-, porque hay gente muy capacitada en el gobierno que conoce de memoria su función y de repente viene un chico que propone hacer las cosas de otra manera”.

De todas formas, Ibarra reconoció que siempre hay casos en que lo más conveniente es una jubilar a personal para una reorganización del área. “Son decisiones menos gratas que entregar un sistemita llave en mano”, se lamentó.

Conexión para todos

Una variable que la mayoría de los rankings evalúan como importante es la conectividad de los ciudadanos. Buenos Aires en ese sentido viene haciendo un trabajo importante. Según datos oficiales, el gobierno porteño ya cuenta con 284 puntos de WiFi. “Nosotros lo enfocamos desde el lado de que una clave de una ciudad moderna es facilitar la conexión, para facilitar la información y la tramitación al ciudadano”, dijo Ibarra. “Empezamos por aquellos puntos en que era más fácil por cómo se daba el tráfico”.

Al peguntarle si es una quimera pensar en una ciudad “iluminada” con servicio de internet público, el ministro enfatizó que no lo es. “Este año vamos a tener todo el microcentro iluminado por wifi y el polo tecnológico. Conceptualmente vamos a tener el 100 por ciento de la ciudad iluminada, porque vamos a tener los lugares de mayor tráfico y zonas donde las personas tramitan. Es un logro gigantesco, por que es un símbolo de lo que buscamos: que la gente esté conectada entre sí y conectada con su gobierno dándole posibilidades de interacción”, remarcó.

Como cierre, Ibarra subrayó que el concepto de modernidad de una ciudad está relacionado a la tecnología aplicada a la gestión para el beneficio de la gente. “Mucho es tecnología. Después, por supuesto, capacitación para el personal. Pero la clave está en el uso para el servicio público”, resumió.