Selahattin Demirtas, copresidente formación prokurda Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP) celebra los resultados en la sede del partido en Estambul, 7 de junio de 2015. Las esperanzas del presidente turco, Recep Tayip Erdogan, de asumir poderes más amplios sufrieron el domingo un serio revés cuando el partido gobernante AKP no consiguió una mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias, según mostraron los resultados preliminares. REUTERS/Murad Sezer
Con sus 80 escaños, el partido del líder kurdo Selahattin Demirtas ha impedido al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan hacerse con la mayoría absoluta y modificar la Constitución.

Selahattin Demirtas, copresidente formación prokurda Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP) celebra los resultados en la sede del partido en Estambul, 7 de junio de 2015. Las esperanzas del presidente turco, Recep Tayip Erdogan, de asumir poderes más amplios sufrieron el domingo un serio revés cuando el partido gobernante AKP no consiguió una mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias, según mostraron los resultados preliminares. REUTERS/Murad Sezer
Selahattin Demirtas, copresidente del HDP. Foto: REUTERS/Murad Sezer

 

Selahattin Demirtas, el cabeza de lista del Partido Democrático del Pueblo (HDP), es un político kurdo de 42 años que ha logrado atraer con su carisma y sus posturas incluso a otros sectores de la población turca más allá del tradicional electorado kurdo. Con Demirtas al frente, el HDP ha logrado superar el umbral electoral del 10 por ciento para convertirse en el primer partido kurdo en poder formar grupo parlamentario propio. Con 80 escaños, se convierte en el fiel de la balanza del próximo Parlamento. El oficialista AKP logra 258 bancas, lejos del objetivo electoral de 370 que le hubiera permitido modificar la Constitución para transitar hacia un régimen presidencialista. Ni siquiera consigue los 330 escaños que le hubieran permitido forzar un referéndum. Las opciones sobre la mesa son dos: un gobierno de minoría con apoyos externos; o una alianza contra-natura con los republicanos kemalistas del CHP (132 escaños) o los nacionalistas del MHP (80 escaños), que hasta el momento se niegan a integrar un gobierno de coalición liderado por el actual premier Ahmet Davutoglu (AKP).

El HDP, fundado en 2012, aglutina no sólo a las diferentes fracciones kurdas del país, sino que ha integrado también a varios grupos turcos de izquierdas, siempre con la estrategia de ser un “partido turco” y no solo exclusivamente “kurdo”. El copresidente del HDP trabajó durante años como abogado de derechos humanos y activista por la causa kurda antes de ingresar activamente en política en 2007. Demirtas se ha convertido en la cara visible de esta estrategia del movimiento kurdo, que lleva décadas fracasando en su intento de asentarse con más fuerza en el Parlamento de Ankara debido al alto umbral de votos exigido.

El líder del HDP se presentó el año pasado a las elecciones presidenciales contra el ahora jefe de Estado, Recep Tayyip Erdogan, y el aspirante opositor Ekmeleddin Islamoglu, ambos considerados candidatos islamistas. Demirtas logró un notable 9 por ciento de los votos, frente al 5 o 6 por ciento que solían conseguir los partidos y candidatos kurdos en elecciones pasadas. Este buen resultado motivó al HDP a abandonar su estrategia de presentarse a las elecciones generales solo con candidatos independientes y decidirse por ofrecer una lista única, siempre con la esperanza de superar ese 10 por ciento de los votos.

Demirtas, casado y padre de dos hijas, se resiste a ser visto como una “estrella de pop” en la política turca. Durante una entrevista con Efe en el campus de la universidad de Ankara, el joven político es reconocido en cuestión de minutos por los estudiantes y son sobre todo las chicas quienes se acercan para sacarse una “selfie” con el líder del HDP. “No me gusta ser tratado como una estrella de pop. No lo soy”, asegura Demirtas. “Cuando salgo de casa y no vuelvo durante días en plena campaña, mi hija pequeña sólo me puede ver en la televisión dando discursos en mítines. Entonces, la niña pregunta si volveré a casa también dando discursos”, cuenta entre risas.

En sus mítines electorales, Demirtas toca el “saz”, el tradicional instrumento de Anatolia, y canta canciones kurdas. Además, suele usar el humor y evita comentarios agresivos en sus discursos políticos, que se centran sobre todo en el presidente Erdogan y en sus (ahora frustrados) planes de cambiar el sistema político del país.

Con información de Anadolu Agency y EFE