Luego de algunas refacciones en la sede original, el edificio vuelve a abrir sus puertas con una renovada exhibición permanente.
Tras dos años en obra, el Museo del Holocausto en Buenos Aires volvió a abrir sus puertas, con el objetivo de mantener viva la memoria y de concientizar sobre lo que “el odio puede generar en la gente”, según las propias palabras del secretario general del espacio Ariel Schapira.

La ceremonia contó la presencia del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, y de numerosos personalidades de los más variados sectores políticos. También, asistió al evento la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, acompañando a su esposo –y vicepresidente del Museo– Guillermo Yanko.

El director ejecutivo del lugar, Jonathan Karszenbaum, contó que la muestra comienza en el subsuelo y tiene el objetivo de “delinear el ascenso del nazismo hasta el poder hasta cuando, estallada la guerra, Alemania invade Polonia e instala los guetos”. En el espacio también hay sitios dedicados a la etapa del exterminio y del final de la guerra.

La muestra cuenta con nuevo material, como objetos y piezas que pertenecieron sobrevivientes del exterminio nazi, y pudo ser llevada adelante gracias al aporte y donaciones de familias, empresas y el programa de Mecenazgo del gobierno porteño.

