El sitio estadounidense ncov2019.live arroja datos en tiempo real y se convirtió en la fuente más consultada del mundo, con millones de visitas a diario. ¿Quién es y qué piensa este chico de 17 años? 

A la luz del presente, diciembre se nos figura como un mes de otra era geológica, un tiempo en el que el mundo todavía funcionaba con normalidad y el coronovirus pertenecía a una lejana leyenda oriental. Sin embargo, en ese entonces ya alguien veía venir la pandemia y se puso a trabajar. Después de navidad, Avi Schiffmann, un adolescente de diecisiete años del estado de Washington, pasaba un fin de semana de esquí con su familia en Snoqualmie Pass. Había solo mil casos confirmados en Wuhan, China, pero algunos ya auguraban un crecimiento importante. Ese día Avi perdió un día de esquí y lo dedicó a desarrollar un sitio web casero para rastrear el movimiento del coronavirus. Desde entonces, el sitio ncov2019.live tiene más de cien millones de visitas. “Solo quería que los datos fueran fácilmente accesibles, pero nunca pensé que terminaría siendo tan grande”, dijo el estudiante de secundaria en FaceTime.

El sitio funciona con la tecnología web scraping y recopila, de manera automática, datos de diferentes fuentes de todo el mundo para mostrar el último número de casos de Covid-19, muertos y recuperados. A primera vista, la interfaz se parece al mercado de valores: números rojos y verdes que se actualizan minuto a minuto, tablas, indicadores globales, datos ordenados por continente y por país, pero muy fácil de leer. Con el correr de los días, la creación de Avi Schiffmann se convirtió en la opción de consulta más práctica y sencilla.

Avi Schiffmann, un adolescente de diecisiete años del estado de Washington, , ncov2019.live, que arroja datos en tiempo real y se convirtió en la fuente más consultada del mundo sobre el coronavirus. Foto: Archivo DEF.
Avi Schiffmann, un adolescente de diecisiete años del estado de Washington, ncov2019.live, que arroja datos en tiempo real y se convirtió en la fuente más consultada del mundo sobre el coronavirus. Foto: Archivo DEF.

Schiffmann va a la escuela secundaria Mercer Island. Empezó a aprender programación por su cuenta a los siete años, principalmente viendo videos de YouTube. “Se puede aprender cualquier cosa en línea. Desde cómo tejer cestas bajo el agua a todo lo que quieras. Quiero decir, hay tantos buenos recursos ahí”, dijo al portal Democracy Now!. Uno de sus primeros proyectos, en la escuela primaria, fue lo que él llama “un centro de animación con figuras de palo”. Sitios posteriores recopilaron los puntajes de los juegos deportivos de la escuela secundaria de su condado, noticias agregadas de protestas globales, e incluso el pronóstico del tiempo en Marte. “Su cerebro pasa constantemente de una cosa a otra, lo cual es bueno, pero también trato de enfocarlo”, dijo su madre, Nathalie Acher.

La familia, compuesta por una madre médica y un padre biólogo, se mudó muchas veces, pasando por países como Israel, Irlanda, el Reino Unido y seis estados norteamericanos, hasta establecerse en Seattle. De personalidad curiosa, Avi empezó a incursionar en las aguas de la programación a los 7 años. Autodidacta, aprendió por sí mismo la mayor parte de lo que sabe gracias a tutoriales online y la creación de redes con comunidades en línea.

La interfaz se parece al mercado de valores: números rojos y verdes que se actualizan minuto a minuto, tablas, indicadores globales, datos ordenados por continente y por país, pero muy fácil de leer. Foto: Archivo DEF.

El joven siempre fue reconocido en su entorno, pero el coronavirus lo llevó a niveles de fama mundial. De un modo tan repentino e increíble como el avance del Covid-19, ahora Schiffmann aparece en sitios de noticias africanos, de Tailandia, de Taiwán. Lo invitan a participar de podcasts, e incluso alcanzó a hacer un par de sesiones de fotos antes de que la pandemia hiciera estragos en Estados Unidos. Unos días antes de la fama su escuela había cerrado, pero ya se había saltado la última semana de clases para concentrarse en su iniciativa.

Con el estallido del sitio web, Avi señala que el proyecto le consume casi todo su tiempo libre y que recibe más de mil mensajes diarios de usuarios con agradecimientos o sugerencias, universidades y medios de comunicación. Entre sus planes, se encuentra tomarse un año o dos después de terminar el colegio para viajar por el mundo y participar de hackathons, maratones donde se junta un grupo de programadores y comparte saberes. El objetivo de Avi, siempre lo recuerda, no es hacer dinero sino generar un impacto social. Como se lee en el evangelio de San Mateo, lo demás viene por añadidura.