Soy Nicanor, dicen que soy picante, pero solo tengo pocas pulgas. Los que me siguen sabrán que ya les di la lata con la igualdad de género, con el Me Too y con toda esta batalla que se ha lanzado por una causa más que justa! Pero diría yo, señora, señor, que corre el riesgo, como adelanté no hace mucho, de perder el rumbo de manera brutal y poco inteligente, por no decir boba.
La pedrada más grande la tiró hace unas semanas el gran Vargas Llosa, quien con tapones de punta totales acusó al feminismo de atacar la literatura como lo han hecho en el pasado “otros enemigos históricos como la religión, los sistemas totalitarios, el comunismo y el fascismo”. Pum!!! Qué tal, no se anduvo con chiquitas el genio de La tía Julia y el escribidor; y ¿adónde fue que apuntó nuestro tío?, pues a las ultras y a las radicales del asunto. No sé si será exagerado, pero nos estamos yendo de mambo, ya hay quienes piden retirar de la currícula escolar a Neruda y a Pérez Reverte por sexistas. Otras, piden instalar un idioma neutro, ya que el genérico “niños” no abarca a “niñas”. Aunque yo ,Nicanor, digo en honor a la libertad tan pregonada, tampoco abarcaría a los transexuales o a los homosexuales y así haríamos de cualquier charla o escrito un sumun de palabrerío y un jeringozo insoportable para todos y todas.
¡Pavadas totales! Señora, es como querer, con la cabeza de hoy, acusar a la Lolita de Nabokov por naturalizar la violación infantil… ¿Entonces? ¿Qué hacemos? Podríamos también hacer desaparecer la bofetada más famosa de la historia del cine! ¿No? Borrar de Gilda el momento en que Glenn Ford le pega a la diosa Rita Hayworth, en el film de 1946, y así podemos dejar a todas las chicas contentas.
Creo que hay que aflojar, que hay demasiado por ganar, y buscar enemigos gratis es arriesgarse a perderlo todo, con niñerías o niñorías o niñarías… Buah!!!
Chicas, las saluda Nicanor, feminista de la primera hora.