-A nivel global, ¿cuál ha sido el avance de la automatización y qué diferencias encuentran entre los países?
-Nuestro último reporte global revela que un 50 % de las actividades por las que hoy se paga a personas para que las hagan son susceptibles a ser automatizadas. Las diferencias en el potencial de los países para la automatización se derivan de las diferencias en la configuración de sus sectores económicos (agricultura, industria y servicios), así como la combinación de empleos al interior de cada sector. Algunos sectores tienen más probabilidad de ver sus actividades automatizadas que otros, dependiendo de estos factores.
-¿Cómo prepararse, como trabajadores, para enfrentar este escenario?
-Es importante primero aprender cuáles son las actividades que más probablemente se automaticen y cuáles no, y a partir de allí, desarrollar las habilidades que van a ser necesarias para complementar la labor de las máquinas. Aprender cómo hacer cosas nuevas va a ser tan importante como aprender a trabajar en conjunto con las máquinas. Por otro lado, como sabemos que todos los trabajos van a cambiar, es importante desarrollar la habilidad de ser flexibles, resilientes, de seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida.
-¿Cuánto tiempo falta para que esto sea una realidad?
-Van a pasar décadas para ver el desarrollo completo del potencial que tiene la automatización. No es algo que vaya a suceder mañana. Tenemos tiempo de adaptarnos. Pero si bien puede sentirse como un proceso lento a nivel macro, en el micro, para los trabajadores individuales o los empresarios, que van a tener que adaptarse, no lo es tanto.