La catástrofe ambiental sufrida hace un año en Japón generó un profundo debate global acerca de la utilización de la energía nuclear. Conversamos sobre el tema con el profesor Morihiro Kurushima, de la Universidad de Tokio, especialista en recursos naturales y medio ambiente.
El 11 de marzo de 2011 un terremoto de 9,0 grados en la escala de Richter –el quinto más fuerte en el mundo– con epicentro en el Océano Pacífico azotó la costa oriental de Japón e impulsó un tsunami que dejó alrededor de 20.000 muertos, miles de desaparecidos e innumerables pérdidas materiales. A un año de esta catástrofe que generó una explosión en la central nuclear de Fukushima, continúa el debate acerca del futuro de la utilización de la energía nuclear, tanto en Japón como en el resto del mundo, y del rol de las diversas energías renovables.
– A un año de Fukushima, ¿cuál es la situación energética en Japón?
– En la actualidad el 50 por ciento de la energía que se consume depende del petróleo; un 15 por ciento, del carbón; otro tanto de la energía nuclear; un diez por ciento del gas natural y un nueve por ciento de la hidroeléctrica y las renovables -solar, fotovoltaica, eólica, entre otras-.
-Al momento del terremoto, Japón contaba con más de 50 centrales nucleares. ¿En qué situación se encuentran en la actualidad?
-En este momento, de las 54 centrales nucleares que estaban operando antes del terremoto quedaron en suspenso Fukushima 1, 2, 3 y 4 y otras que están paradas, por lo cual quedan alrededor de 40 operables.
-¿De qué manera lograron sustituir la energía provista por las centrales nucleares que están fuera de servicio?
-Como la eficiencia en la provisión de electricidad se relaciona con la capacidad instalada que tiene el país para proveer energía en la hora pico, si se logra desplazar ese pico de consumo, el problema cambia sustancialmente. Eso es lo que hicimos. Empresas, oficinas, universidades y fábricas armaron un cronograma de actividades de manera tal de evitar ese pico y así se acható la curva.
-¿Cómo lograron compatibilizar las actividades de unos y otros?
-Por ejemplo, en la universidad donde trabajo tomamos medidas como desactivar los ascensores y minimizar el uso de iluminación en los lugares comunes como pasillos. Respecto de las fábricas, un caso claro es el de Toyota que decidió trabajar los fines de semana y dar feriado jueves y viernes. Por parte de los proveedores de energía, las centrales que son obsoletas pero siguen trabajando dependiendo de los combustibles fósiles –petróleo, carbón o gas- se las llevaron al máximo para compensar la falta de las otras. Además las empresas e instituciones que poseen generadores propios para utilizar en caso de emergencia los pusieron a trabajar, ya que esto es realmente una emergencia nacional. Estas medidas fueron puestas en práctica para pasar la coyuntura después del desastre, pero queda pendiente un tema muy importante ya que la fuente de energía para que el sistema funcione es importada. Y el gran problema es que la importancia de petróleo, gas y carbón alcanza en la actualidad los 23 mil millones de euros. Aunque no son números definitivos, según cálculos recientes el aumento del rubro combustibles fósiles importados –antes y después del terremoto- es del orden del 50 por ciento.
– ¿Qué opinan los japoneses sobre el tema nuclear después de haber vivido una crisis como generada en la central de Fukushima?
– Creo que el público en general se puede dividir en tres grandes grupos. El primero está conformado por el ciudadano común que no conoce en profundidad las cuestiones tecnológicas y se opone totalmente después del terremoto. Otro grupo, que considera más a fondo la cuestión y piensa en términos económicos –en el que me incluyo-, ve que son altísimos los fondos que migran al exterior para comprar combustibles fósiles y está de acuerdo con tratar de recuperar el rol de la energía nuclear para volver a la situación anterior al desastre; es el grupo de gente que está a favor.
Entre estos dos grupos extremos hay un tercero que sin oponerse terminantemente, exigen extremar las medidas de seguridad de estas centrales.
-Si Ud. está entre quienes están a favor de volver a la situación anterior a Fukushima es porque cree que es una alternativa absolutamente segura.
-Sí
-¿Aún tratándose de una región sísmica?
-Sí, porque de las alrededor de 40 centrales nucleares que están en pie, la mayoría ha sufrido y resistido en el pasado terremotos de alto nivel. Un buen ejemplo es el de la central Onagawa que, ubicada más cerca del epicentro del terremoto y con instalaciones muy parecidas a las de Fukushima, pudo resistir sin consecuencias el embate de las olas de 14 metros producidas por el tsunami por estar más elevada. Otro factor clave fue que sus torres se mantuvieron en pie, mientras que Fukushima al quedar desconectada no pudo auto energizarse. Otro caso claro es de la central Fukushima 2 –vecina a la número 1 que sufrió el desastre- cuyo generador de emergencia, instalado dentro de la bóveda del reactor, estaba totalmente hermético y protegido. La número 1 tenía un problema de diseño ya que el generador estaba instalado en casetas de tipo común, no protegido.
-Tomando estas medidas básicas de diseño, me refiero a la altura y el aislamiento del reactor, según su criterio, ¿es factible confiar en la seguridad de las centrales nucleares?
-Sí, totalmente.
– ¿Cuál es la postura oficial?
-En esta etapa se ha constituido una comisión gubernamental de alto nivel, de Medio Ambiente y Energía, constituida por miembros del gabinete que está encargada de llevar adelante las nuevas políticas energéticas. Japón consume gran cantidad de energía de los tres tipos: fósiles, nuclear y renovables. De los tres ingredientes que intervienen en esta receta, hay que buscar el mejor balance. Esa es la base de la política que se está tratando de establecer, dicho de otro modo, se está estudiando cuál es la matriz ideal de estos tres tipos de energía, llamado el best mix.
-¿Cuál es su opinión acerca de la vida útil de las centrales nucleares?
-Actualmente en Japón se está haciendo una revisión jurídica al respecto, pero básicamente, se habla de alrededor de 40 años, aunque si se certifican ciertos aspectos operativos de la seguridad de la planta hay una puerta abierta para permitir una extensión de ese plazo. Siguiendo esta línea, ya hay una central nuclear que dejó de operar y se encuentra en proceso de desmantelamiento.
-Ud. mencionó anteriormente las energías renovables utilizadas en la actualidad. Tratándose de una región volcánica, ¿qué rol tiene la energía geotérmica?
-No tengo las cifras exactas pero hay cinco o seis centrales instaladas en Japón que generan alrededor de un millón de kilovatios y en este momento está en pleno desarrollo. Un punto muy crítico relacionado con este tema es que los lugares donde se hace la explotación de energía geotérmica coinciden con zonas de parques nacionales. Es un grave problema de superposición porque estos parques tienen prohibido legalmente todo tipo de explotación, por lo cual es este momento se está estudiando una solución.
– ¿Hay alguna promoción para este tipo de energías?
-Japón viene desarrollando apoyo tecnológico y también la asignación de subsidios para promoverla, a través de un organismo específico llamado New Energy Development Organization, NEDO.
-¿Cómo analizaría la matriz energética de la Argentina?
– Es la cuarta vez que visito su país y estoy entusiasmado con la posibilidad de aportar algo para el desarrollo de esta temática. Creo que hay cinco puntos destacables. Por un lado, promover y despertar interés en el desarrollo de la energía fotovoltaica –derivada del sol-, la biomasa –derivada de material animal o vegetal-, por el alto potencial derivado de la actividad agrícola-ganadera del país. Aprovechar los vientos patagónicos para el desarrollo de energía eólica, que tiene un alto potencial a nivel mundial y llevar adelante nuevos tipo de explotación de gas, teniendo en cuenta que la Argentina está en tercer lugar a nivel global en este recurso. Por último, tratar de promover la introducción de vehículos eléctricos ya que creo que es un medio ideal de locomoción. Considerando el gran desarrollo industrial y tecnológico y la capacidad humana de la Argentina, estoy convencido de que está a un paso de poder desarrollar este tipo de medio de transporte. Por todo esto, como le dije anteriormente, estoy sumamente ansioso y esperanzado de poder establecer nuevos lazos entre Argentina y Japón a través del desarrollo energético, uno de los principales motivos de mi visita actual.