DEF dialogó con Guillermo Durán, fundador de Agua Sustentable, un proyecto que tiene como principal misión hacer del agua un recurso sustentable en un país donde el 16% de la población aún no tiene acceso al agua potable en sus hogares. Una entrevista de Patricia Fernández Mainardi
El agua dulce es un recurso finito, vital para el ser humano y esencial para el desarrollo social y económico. Sin embargo, recién en las últimas décadas se empezó a tomar conciencia de su escasez y el riesgo cierto de una disminución global de las fuentes de agua dulce.
Si bien la ONU señala que cada persona necesita un mínimo de 50 litros diarios para todos los usos domésticos (beber, bañarse, cocinar, etc.), más de 894 millones de personas en el mundo no tienen acceso a esa cantidad de agua potable (lo que equivale a 1 de cada 6 personas). En la Argentina, según el Censo de 2010, el 16% de la población no tenía todavía acceso al agua potable en sus hogares.
DEF dialogó con Guillermo Durán, fundador de Agua Sustentable, un emprendimiento que tiene como principal misión hacer del agua un recurso sustentable.
Con este objetivo, y en contacto con arquitectos, desarrolladores inmobiliarios, institutos y universidades, Agua Sustentable construye instalaciones e infraestructuras sanitarias, diseña patentes y artefactos que hagan un uso eficiente del agua, y también lleva a cabo investigaciones y materiales que promuevan estrategias para cuidar el agua.
Patricia Fernández Mainardi: ¿Qué te llevó, como arquitecto, a enfocarte en el uso del agua como recurso sustentable?
Guillermo Durán: He aprendido, cada vez con más rigor, a balancear con equilibro todas las variables del diseño, los beneficios sociales, ambientales, económicos y estéticos. Después del correr de los años es enriquecedor ver la obra funcionando, reflexionar sobre lo construido, aprender y después volver a aplicar ideas superadoras y que contribuyan a nuestra calidad de vida.
P.F.M.: ¿Cómo puede ser reutilizada el agua de lluvia?, ¿es potable?
G. D.: El agua de lluvia puede ser utilizada de numerosas maneras. Es importante hacer un relevamiento de la obra, determinar la finalidad de la instalación y los recursos disponibles. Varían en tipos de tanques, ubicaciones, superficies captadoras, tipos de filtros (que generalmente está relacionado con la finalidad del agua) entre otras decisiones.
El agua de lluvia puede tomarse e incluso hemos hecho obras con estas características. Aunque, en primera instancia, recomendamos no utilizarla para usos potables, porque los filtros y purificadores tienen que tener un riguroso cuidado en la elección y porque la cantidad de agua necesaria para usos secundarios es suficiente, solo con usarla para ello ya estaríamos ahorrando grandes cantidades de agua.
Es muy fácil usar agua de lluvia y para esto es necesario conocer las ventajas y desafíos que tiene esta estrategia. Usar agua de lluvia es una práctica muy eficaz para hacer un uso sustentable de nuestros recursos. Sus resultados son positivos y económicos, por ejemplo, se puede ahorrar agua potable. El agua, al venir del cielo, tiene amplias posibilidades de ser acumulada en diferentes partes del edificio sin tener que ser bombeada, no contiene ninguna contaminación, en la mayoría de los casos. Puede que sean lluvias ácidas, pero es solo en algunas ciudades muy contaminadas. Por otro lado, hay que destacar que no son necesarias redes de gran escala para abastecer a los edificios porque se utiliza la misma agua que llovió sobre el propio terreno. Además, el agua de lluvia es gratis ya que uno se evita en gran medida las redes de desagües pluviales.
Entre otras de las ventajas se puede destacar que requiere mano de obra y materiales tradicionales y, también, sirve para amortizar inundaciones por fuertes lluvias.
Otro factor importante es que no sería necesaria la producción de químicos o el consumo de energía para la potabilización del agua. Como en todos los aspectos, las desventajas se convierten en las características desafiantes que existen en todos los órdenes y que son necesarias saber para poder hacer un óptimo uso de las grandes ventajas del recurso. Como desafío hay que subrayar que la instalación está sometida a los regímenes de lluvia, que como todo factor climático es variable. Además, si bien en algunos casos ha sido potable, no se la considera como tal y es necesario filtrarla porque tiene contacto con superficies que se encuentran a la interperie.
P.F.M:: ¿Es económico?
G.D.: En algunos casos es más económico, y en la mayoría entra la variable inversión, que requiere de un dinero mayor en la realización de la obra y una amortización con el correr de los años.
Actualmente el agua es con medidor en algunos lugares, condicionando la amortización de la inversión. En general utilizar agua de lluvia puede tener una incidencia del 0.08% del costo de la obra. Es muy reducida la inversión en relación al costo total de la construcción
P.F.M.: ¿Cómo comenzó el proyecto?
G.D.: Agua Sustentable nace hace más de seis años como respuesta a la necesidad de trabajos de consultoría que me llegaban por mis investigaciones y trabajos realizados en el uso sustentable del agua. Desde ahí fuimos creciendo y recibiendo reconocimientos y un gran aliento por parte de nuestros clientes y demás sectores involucrados con el proyecto. El apoyo de la gente es fundamental para sostener el proyecto y sobre todo para cuidar del agua y de los recursos naturales que son la base de nuestra prosperidad.
P.F.M.: Como arquitecto, ¿qué precauciones tenés que tomar a la hora de realizar las instalaciones?
G.D.: En primer lugar se analiza el edificio, el comitente y las condiciones climáticas. Es importante conocer con precisión a la obra que se está proyectando, sus características más importantes, contexto y destino de los locales. Para que el proyecto sea exitoso se analizan todas las variables relacionadas con la utilización de agua de lluvia (agua con buena calidad, cantidades suficientes, sistemas apropiados de transporte de fluidos, filtrados apropiados, etc). Se debe tener consideración sobre cada detalle y rigor en tomar decisiones prácticas, simples, funcionales, de coherente mantenimiento y de la belleza requerida. También es importante conocer los servicios de agua y cloaca propios de la zona. Así como definir el destino de la instalación a abastecer: riego, limpieza, inodoros, evaporación en climas secos, etc. Recordemos que en primer lugar, se apunta a destinar al agua de lluvia para usos no potables. Usos potables de este recurso son posibles teniendo especiales consideraciones y controles rigurosos.
A partir de un conocimiento profundo del edificio se empiezan a tomar decisiones sobre las características de la instalación. El proceso proyectual debe ir acompañando por cálculos estimados para ir determinando los elementos componentes de la instalación, las capacidades de recolección y los volúmenes necesarios para abastecer los usos del edificio. Es propio analizar las diferentes opciones, con sus respectivas conveniencias. También es importante conocer la incidencia económica que la instalación puede tener en la obra en relación al rendimiento y utilidad que puede ofrecer.
Una vez definidas las características de la instalación, se realiza su cálculo preciso y se definen sus componentes: filtros, tanques, cañerías, pluviómetro, dosificadores de cloro, bombas y materiales. El trabajo en conjunto, con todas las partes componentes del proyecto, permite lograr una satisfactoria relación con la funcionalidad del edificio.
P.F.M.: ¿Hay un marco legal que legisle sobre los usos del agua de lluvia?
G.D.: Para representar la evolución y los cambios en las leyes, me gustaría comentarles algunas experiencias personales. En el año 2005 diseñé unas instalaciones sanitarias que hacía un uso del agua de lluvia para los inodoros, en la Ciudad de Buenos Aires. El reglamento que estaba en vigencia, Obras Sanitarias de la Nación, hacía una descripción de cuáles eran las estrategias permitidas en las instalaciones sanitarias las que no incluía usar el agua de lluvia. También clasificaba de Instalaciones Especiales todas aquellas ideas o propuestas que no estén incluidas en dicho reglamento. Estas propuestas debían ser verificadas en las oficinas de Instalaciones Especiales de Obras Sanitaria de la Nación. Esas oficinas no existían, ya que O.S.N. no estaba en funcionamiento, por lo que estaba indefinida su aprobación. Después de estudiar el marco legal, me acerqué a la Municipalidad para entregar los planos correspondientes y adquirir la aprobación de las instalaciones sanitarias. En la ventanilla donde se entrega la documentación recibí un claro rechazo a mis ideas y la utilización de agua de lluvia. La expresión de los funcionarios administrativos era de desconcierto y manifestaron no conocer ningún beneficio de dicha estrategia por lo que su aprobación era imposible. Por un lado era entendible por el grado de innovación que tenía presentar un plano con esas características. Años más tarde estaba incorporando este sistema a otro edificio, en San Fernando, y también decidí ir a la Municipalidad correspondiente a consultar sobre la aprobación de la estrategia. En este caso, en la oficina de aprobación de planos, manifestaron que estaban esperando que lleguen proyectos así porque ellos tenían algunos inconvenientes con los desagües pluviales y este tipo de ideas representaban una interesante solución a sus circunstancias. Durante el año 2009, estuve en contacto con la diputada Karina Spalla quien presentó un proyecto de ley para usar el agua de lluvia. Este proyecto se aprobó a mediados del 2012. Siete años después de mi primer intento, la utilización de agua de lluvia estaba reglamentada y sería obligatoria para ciertas tipologías edilicias. He encontrado profesionales y funcionarios públicos muy interesados en la temática. Un ejemplo notable es el de Plinio Tomás, un colega profesional de Brasil, quien ha desarrollado un gran trabajo sobre el tema, escribió libros al respecto y ha contribuido al dictado de leyes sobre el uso de agua de lluvia en su país.
P.F.M.: ¿Por qué es necesario usar responsablemente el agua en Argentina?
G.D.: Argentina está pasando por un proceso de desertificación que está afectando a muchos sectores y por el otro lado el agua es un recurso escaso por ejemplo en Chaco y en otras provincias. El agua es esencial para el desarrollo de nuestra vida, la salud y la productividad de nuestro país.
P.F.M.: ¿Qué zonas del país necesitarían aún más los servicios del Agua Sustentable?
G.D.: Hemos trabajado mucho para Córdoba, por ejemplo, también para Chaco. En general en muchos lugares, porque donde llueve mucho es bueno juntar el agua porque se ahorra mucho recurso. Y donde llueve poco también es bueno porque son zonas más secas en donde el recurso es muy valioso.
P.F.M.: Estuvieron con el Papa Francisco I en el Vaticano, ¿qué hablaron con respecto a Agua Sustentable?
G.D.: Tuvimos la oportunidad de estar con Francisco I quien nos alentó a seguir trabajando por esta misma causa y a seguir desarrollando innovación e ideas por este recurso tan necesario y bello de nuestra humanidad.
Más info: www.aguasustentable.com.ar