Con su relato “El trinar de los horneros”, ganó el Cuarto Mundial de Escritura en la categoría adolescente organizado por el escritor Santiago Llach del que participaron alrededor de 13.000 personas de 47 países. Este lunes, en la quinta edición de la competencia, buscará repetir la experiencia. Por Susana Rigoz
Tiene 18 años, vive en Garín con sus padres y un hermano. Desde muy pequeña se siente atraída por la literatura y sabe que quiere ser escritora desde los ocho años. Sin dudas, esta vocación tan definida tiene que ver con las lecturas cotidianas de su mamá antes de dormir, con el primer libro de Harry Potter que, a los nueve años, le regaló su papá y con el colegio donde estudió –Bede’s Grammar School– que la ayudó a desarrollar la literatura en todos sus aspectos, desde lo académico hasta lo creativo. Recuerda la sensación temprana, cada vez que sus docentes la incentivaban a escribir o sus familiares sonreían orgullosos al leer algo suyo, de encontrarse en el buen camino. Este año inició la licenciatura en Artes de la Escritura de UNA. “Desde que leí la saga de Harry Potter, la literatura se transformó en mi mundo y creo que mi inclinación por este oficio también se relaciona con los libros que leí”, afirma Lara.
LOS COMIENZOS Y LA INSPIRACIÓN
-¿Cómo fueron tus inicios en el campo de la literatura?
-Vengo de una familia de lectores. Además de mis padres, mis abuelos tuvieron una gran influencia. Por ellos leí, por ejemplo, a los 14 años a Marcos Aguinis o a Inés Garlam. Hay textos que me resultaron difíciles y quedarán para cuando sea más grande y otros , como Cien años de soledad de Gabriel García Márquez y El proceso, de Franz Kafka, que no pude terminar. En cuanto a la escritura, en un principio estaba relacionada con las consignas escolares, pero ya en segundo año del secundario me largué por mi cuenta. Un año importante para mí fue 2018, cuando entré al taller de escritura de María Laura Pérez Gras adonde continúo hasta hoy.
-¿Qué te gusta leer?
-No sé si tengo un género preferido. Leí mucho de literatura fantástica (Harry Potter, Narnia, etc.), poesía (Gustavo A. Bécquer), suspenso (Samanta Schweblin), policiales y hasta filosofía (El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder). No hace mucho comprobé que prefiero todo aquello que tenga que ver con la realidad.

-¿En qué te inspirás para elegir un tema?
-En general, me baso en algo que escuché, leí o vi en una película. Nunca en mis propias vivencias. Me gusta escribir sobre el dolor, la incomodidad, la pérdida, el desconcierto, son las sensaciones que suelo abordar en mis textos. Escribí, por ejemplo, un cuento en el que el protagonista era un pedófilo, basado en una anécdota vivida por un familiar a los 10 años, pero la realidad es que al momento de escribirlo yo ya me había alejado de la historia conocida e imaginaba un niño totalmente distinto.
EL DESAFÍO DE ESCRIBIR
-El cuento ganador del Mundial, “El trinar de los horneros”, habla sobre una joven que tuvo un aborto. ¿Cómo nació la idea?
-Nació a raíz de la consigna que invitaba a contar un acontecimiento que tuviera una importante carga emocional. De inmediato me acordé de un episodio ocurrido en un terreno vecino a mi casa, donde una pareja de teros había armado su nido. El hecho es que un día comenzó una obra y y los pájaros, por los movimientos propios de la construcción, se desorientaron y sus pichones murieron a poco de nacer por falta de alimento. Eso me llevó a la historia de una mujer que padece un aborto espontáneo y hablé de horneros por la idea de nido que representan y me permitió la metáfora de un pichón que cae de un alféizar y la protagonista ve caer.
-Parecen temas propios de otra edad.
-Casi siempre escribo sobre el mundo de los niños o de los adultos. A veces pienso que alguien se puede preguntar qué experiencia tengo para hablar sobre ciertas cosas y no tengo respuesta. La realidad es que me gusta el momento de imaginar un personaje muy distinto a mí, que padece cosas que no sufrí. Me gusta explorar otros mundos.
-¿Tenés alguna rutina a la hora de escribir?
-No creo que haya un horario, pero en mi caso casi siempre empiezo a escribir al anochecer. Me cuesta que me lleguen las ideas y creo que esforzarse en eso no funciona. Yo suelo tener la mente en blanco mucho tiempo, entonces hago alguna tarea cotidiana y, en algún momento me surge algo. Me pone ansiosa tener que entregar un texto del taller. Lo bueno es que la idea llega, tardía, pero llega.
CONSUMOS CULTURALES Y HOBBIES
-¿Te gustó participar del Mundial?
-Me entusiasmó, porque es un desafío enorme participar de una competencia de esa índole: escribir un texto de 3000 caracteres a partir de una consigna diaria, durante de dos semanas. Integrar un equipo con gente más grande y con mayor experiencia, fue otro reto. Confieso que, aunque estaba aterrada, me ayudó a llevar mi escritura a un nivel al que nunca había llegado. Producir textos en unas horas fue lo más rico de la experiencia y logré cumplirlo.
-¿Te imaginabas como una posible ganadora?
-No lo podía creer. Ya llegar a la final era un logro increíble para mí y jamás hubiese pensado en el primer puesto. Fue algo hermoso. Creo que me cuesta creérmela y también prefiero llevarme una buena sorpresa que desencantarme por haber puesto demasiada expectativa.

-¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
-Me encanta el cine, mirar películas, en especial las de los 80, y series. Televisión no consumo. Otro hobbie es cocinar y, el tercero, dibujar y pintar, sobre todo con lápices de colores.
-Es extraño encontrar una adolescente que no tenga redes sociales. ¿A qué se debió semejante determinación?
-Antes que nada me gusta aclarar que fue mi propia decisión. Es cierto que, a los 10 años, mis padres trataron de retrasar mi ingreso a facebook, por ejemplo, aunque todas mis amigas lo usaban. Pero es tan cierto como que a mí nunca me llamó la atención. Lo mismo me pasó con instagram. Nunca me interesó ese mundo; debe ser porque soy bastante introspectiva y valoro mucho el tiempo. Me gusta estar consciente del transcurrir de las horas y sentía que las redes me iban a quitar todos los espacios en los que me conecto con la lectura.
EL DESAFÍO DE ESCRIBIR EN EL FUTURO
-¿Cuándo ingresaste al mundo de las plataformas digitales?
-Hace poco y lo agradezco. Me gusta el hecho de haber crecido viendo a los ojos al mundo real y no a través de una pantalla, poder conectar conmigo misma, conocer a las personas cara a cara y no a través de un mensaje. Quizás también tuvo que ver el hecho de que tengo una muy linda relación con mi familia, no lo sé, pero nunca me gustó el tema de las redes. Por otra parte, quería evitar caer en la trampa, porque soy consciente de que puedo perderme mucho. Algo similar me pasa con el alcohol, nunca lo probé y no me interesa hacerlo.

-¿Cambió tu relación con las redes después de haber ganado el Mundial?
-Sí. Después del Mundial me explicaron que era una gran oportunidad y no podía estar desconectada. Entonces me hice un instagram y me escribieron muchas personas. Fue una locura: en una semana tenía 150 seguidores.
-Por último, ¿cómo te imaginas en el futuro mediato?
-Haber ganado me llena el alma, me ayuda a confiar en mi potencial y a demostrarme a mí misma que la literatura para mí va más allá de una pasión. Es un lindo puntapié que me impulsa a no acobardarme, a saber que puedo. Tuve muchísimas repercusiones y creo que es la mejor anécdota de mi vida.
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