Tras la caída Estado Islámico en Raqqa y Mosul, comienzan a revelarse conflictos más profundos que atentan contra la pacificación de la convulsionada región. El rol de las grandes potencias, la influencia iraní y la nueva injerencia de las petromonarquías siguen urdiendo una trama de difícil solución. Por Omar Locatelli. Fotos: AFP
El conflicto regional originado en Siria en 2011 busca su salida a través de un laberinto de frágiles fronteras que conectan cuatro capitales: Teherán, Bagdad, Damasco y Beirut. La batalla enfrenta dos agendas regionales e internacionales diferentes. Después de la derrota de Estado Islámico (EI) en Mosul, en Irak, y Raqqa, en Siria, cada parte ve a la otra como la amenaza real.
A pesar de que los avances de las coaliciones que combaten a EI en ambas ciudades presuponen una notable disminución de las acciones armadas en contra del grupo terrorista, esto no significa que la región comience a estabilizarse. Los intereses originales de los actores en puga hacen que el conflicto del desierto sirio continúe sin una salida.
Desde la incomprobable muerte del líder de Estado Islámico, Abu Bakr, a manos de los rusos, hasta la propia destrucción del minarete inclinado de la simbólica gran mezquita Al-Nuri, donde se proclamó el califato en junio del 2014, todas las acciones predicen que el entendimiento de las potencias hegemónicas y de sus intérpretes se tornarán de difícil concreción. La razón: la superposición de intereses regionales y extrarregionales, tanto en Siria como en Iraq y sus derivaciones en toda la península arábiga.
LOS INTERESES E INTERESADOS EN SIRIA
Luego del control del gobierno sirio de Aleppo en diciembre de 2016 y de los acuerdos posteriores, la zona norte de Siria había comenzado a estabilizarse. El gobierno shiíta de Bashar al-Assad, apoyado por Rusia, había logrado imponerse a los rebeldes sunitas y había retomado el control de la ciudad comercialmente más importante del país: Aleppo. A su vez, habían acordado cuatro zonas de seguridad donde se instalarían los rebeldes expulsados de la zona. Rusia, a partir de su incondicional apoyo al gobierno sirio, aseguraba su permanencia en el puerto de Tartus, a fin de incrementar la presencia de su flota en el Mediterráneo.
Por otra parte, su nuevo aliado Turquía, que había irrumpido en territorio sirio con la finalidad de combatir a EI, había progresado en el norte sirio, logrando que los kurdos se mantuvieran al este del río Éufrates. Buscaban impedir el avance territorial kurdo para evitar que se unificaran luego de finalizada la lucha y concretaran su tan ansiado Kurdistán (región habitada por esta nación que se dividió entre cuatro países –Turquía, Siria, Iraq e Irán– luego del acuerdo Sykes-Picot). No obstante, el abastecimiento de armamento de EE. UU. a las tropas kurdas hace dudar a Ankara sobre si mantenerse en consonancia con sus aliados occidentales, pues considera casi una traición armar a una etnia que es combatida en territorio turco.
“La ruta entre Teherán y Beirut es una conexión simbólica que anuncia que el eje de resistencia liderado por Irán está intacto, como lo fue antes de la erupción de la revolución siria en 2011 y de la captura de Mosul en junio de 2014”.
En el centro del territorio sirio se encuentra la localidad de Raqqa, autodenominada como la capital de EI, que está siendo atacada con éxito desde el este por una coalición llamada Fuerzas Democráticas Sirias (SDF por sus siglas en inglés). Esta coalición está integrada por kurdos (denominados Pesh Merga, o sea, “los que enfrentan a la muerte”), y por rebeldes sirios sunitas, y cuentan con el apoyo aéreo y de instructores de EE. UU. Debido a sus avances, el comandante de la coalición encontra de EI, teniente general Stephen Townsend, predijo que en semanas caerá el bastión, por lo que los dirigentes de Estado Islámico estarían escapando hacia el desierto, a la localidad de Deir ez-Zor, en la frontera siria con Iraq. Los combatientes árabes sirios y kurdos respaldados por EE. UU. han penetrado las defensas de la ciudad durante las últimas semanas y la han rodeado por todos lados. Se descuenta que la mayor parte de los líderes de EI han huido desde hace mucho tiempo hacia una localidad al este de Raqqa llamada Mayadin, sobre el Éufrates, que facilita el paso hacia Rawah, en Iraq. Los ataques aéreos de EE. UU. se han extendido a las zonas rurales a lo largo del valle del río Éufrates y han causado bajas en algunos de los principales lugartenientes de EI, tal como Abdurakhmon Uzbekisin (responsable de la recaudación de dinero en Raqqa). No obstante, la presunción rusa de la muerte de Abu Bakr, no pudo ser confirmada aún.
Las SDF han neutralizado y destruido a dos brigadas que defendían el sur de Raqqa, además de haber capturado y controlado las dos represas que, cercanas a Tabqa, proporcionan el 20 % de la electricidad de Iraq. No obstante, aunque creen haber producido alrededor de 1100 bajas entre los combatientes de EI, un tercio de ese número aún sigue combatiendo en la localidad. Estos avances han producido enfrentamientos no solo contra Estado Islámico, sino también entre aviones rusos utilizados por los sirios y los de Estados Unidos, hecho que ha provocado que el mismo secretario de Defensa de EE. UU., Jim Mattis, dijera que el campo de batalla de Siria se estaba complicando. El derribo de un avión sirio SU-22 por un F/A 18 de la coalición motivó que se reunieran el teniente general Townsend con su contraparte rusa, el coronel general Sergei Surovikin,para establecer una zona de amortiguación (Buffer Zone) entre las tropas sirias gubernamentales apoyadas por milicias iraníes y las FDS apoyadas por EE. UU. Se estableció una zona de 24 km entre Raqqa y la ribera sur del Lago Assad, como forma de separar las tropas sirias al oeste y las que combaten hacia Raqqa al este.
No solo los acuerdos entre EE. UU y Rusia no fructifican, sino que Francia (original apoyo de la administración Obama) está cambiando su postura a partir de la asunción del nuevo presidente francés Emmanuel Macron en relación a la también nueva postura del presidente Donald Trump. Francia comenzó a acercarse a Rusia por concordar con sus objetivos regionales: reafirmar su influencia en una zona que estuvo bajo su protección; erradicar el terrorismo; y hacer frente al flujo de migrantes que tanto afectan a toda la Unión Europea. La errática política de EE. UU. impulsó a los galos a acercarse a Rusia en razón de una mayor previsibilidad respecto a un futuro gobierno sirio. Además, le permitiría balancear su alineamiento con la agenda de Arabia Saudita, en especial relacionada con su oposición al eje Irán-Siria-Líbano. También proporcionaría a Francia un papel más importante en la reconstrucción de Siria. Además, para Moscú, el hecho de contar con el apoyo de París, reforzaría su iniciativa diplomática sobre Siria, especialmente, en lo que respecta a la representación de las minorías sirias en el futuro gobierno y equilibraría la posición de Turquía en las conversaciones de paz en Astana, Kazajstán. Cabe recordar que el gobierno de Ankara es hoy el único patrocinador de la oposición siria en las negociaciones de paz en curso.
LOS INTERESES E INTERESADOS EN IRAQ
La guerra a través del desierto sirio es de hecho una guerra por el corazón de la región. Los apoyos de Irán en Iraq están compitiendo contra los de EE. UU., más allá de que ambos intentan derrotar a Estado Islámico. La ruta entre Teherán y Beirut es una conexión simbólica que anuncia que el eje de resistencia liderado por Irán está intacto, como lo fue antes de la erupción de la revolución siria en 2011 y de la captura de Mosul en junio de 2014. Mosul fue recapturada por las tropas antiterroristas iraquíes llamadas Fuerzas de Seguridad de Iraq (ISF, por sus siglas en inglés), que desde febrero pasado venían avanzando desde el este de la ciudad. En la última semana de junio retomaron el área de la Gran Mezquita Al-Nuri y pudieron avanzar por las calles disputadas de Mosul. A pesar de que la mezquita misma fue reducida a poco más que escombros por los militantes del grupo terrorista la semana pasada, el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, dijo que retomarla señaló la desaparición de EI en Iraq.
A pesar de que la batalla por Mosul se acerca a su fin, Estado Islámico está lejos de ser erradicado de la zona. Su bandera negra todavía flamea sobre las ciudades de Tal Afar, al oeste, y Hawijah, al sur. Los militantes también controlan tramos de la frontera con Siria, donde las fuerzas de las SDF buscan combatir a los combatientes que escapan de Raqqa. A su vez, Mosul ha sido testigo de dos grandes contraataques de EI en las últimas semanas, ayudados por “células dormidas” en áreas supuestamente limpias de combatientes, lo que indica la prolongación de las acciones militares. Se calcula que aún permanecen alrededor de 200 militantes en calidad de resistir el avance iraquí.
La marcha de las fuerzas iraquíes hacia Mosul se dio en paralelo al de las Unidades de Movilización Popular (PMU, según sus siglas en inglés), dirigida por Abu Mahdial-Muhandis, hacia la misma frontera con Siria. Este líder anunció el 10 de junio que sus fuerzas habían alcanzado la frontera y liberado 4200 km2 y 142 aldeas, pero sin que sus fuerzas tuvieran la intención de entrar en territorio sirio. El 18 de junio, Irán lanzó misiles por primera vez contra las posiciones de EI en el este de Siria. Esta acción se puede interpretar como un mensaje a la nueva administración estadounidense, que puso en duda la continuidad de su anterior política de acercamiento al régimen de Teherán. Por su parte, el gobierno iraquí, en su avance hacia Mosul busca encontrar la salida del laberinto regional.
El rol de Irak enfrenta tanto la presión de Teherán como la de Washington, pues mientras la batalla contra Estado Islámico en el lado iraquí de la frontera con el desierto sirio está siendo dirigida por las Unidades de Movilización Popular apoyadas por Irán, el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, está convenciendo a Arabia Saudita (con el que mantiene momentáneos intereses en común hasta la erradicación de EI) para evitar el apoyo de EE. UU. Abadi visitó Riyadh el 19 de junio y Teherán el 20 de junio para tratar de calmar las tensiones entre los dos países, evitando también mostrarse como una molestia. No obstante, tanto iraquíes como iraníes discutieron una preocupación compartida sobre los planes para un referéndum sobre la independencia por parte de la región del Kurdistán de Irak. A su vez, todas las facciones tienen en cuenta que los integrantes kurdos de la coalición FDS, son parte de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG por sus siglas en inglés), y están apoyados por EE. UU.
LAS DERIVACIONES
La Liga Árabe, integrada principalmente por países de confesión sunita, se ha pronunciado en contra de uno de los países miembros, Qatar, por su apoyo a la organización terrorista Hamas en Palestina, lo que ha ocasionado una ruptura de relaciones. A raíz de ello, en una medida inusual, los funcionarios kurdos han hecho declaraciones apoyando a Arabia Saudita en su postura en relación con Qatar. Las declaraciones de un alto comandante kurdo (bajo anonimato) indican que sus combatientes están listos para ir a cualquier lugar en Siria para luchar contra EI, pero no para ninguna alianza más allá de eso. Los kurdos ven a Irán como un problema, pero sin intensiones de participar en parte de una batalla contra él.
Como respuesta, la organización palestina Hamas sostiene que la demanda de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos respecto de que Qatar deje de brindarles apoyo, puede impulsarlos a la órbita iraní. Por el momento, Hamas ha tratado de evitar provocar la hostilidad de los estados árabes. La consecuencia inmediata para Hamas es que la complejidad de las consecuencias políticas, financieras y militares lanzadas por la crisis del Golfo, hacen que renuncie, momentáneamente, a cualquier enfrentamiento militar con Israel.
Como contraparte, la división entre países árabes y la tensión en la región podrían tentar a Israel a tomar ventaja de la situación y moverse contra los palestinos. Al respecto, los habitantes de la franja de Gaza observan un número creciente de drones de vigilancia israelíes, volando a bajas altitudes. Sin embargo, Hamas, por sí solo, no controla la situación en la Franja de Gaza. Israel, Egipto y la Autoridad Palestina en su hostilidad hacia Hamas podrían aprovechar la oportunidad para tener una excusa para eliminarla.
LAS CONSECUENCIAS DE LAS ACCIONES DE LOS INTERESADOS
A medida que el Estado Islámico se desmorona, las fuerzas estadounidenses y sus aliados árabes y kurdos han estado trabajando en silencio para establecer una fuerza de unos 3500 milicianos para ayudar a asegurar Raqqa en Siria. No obstante, el interrogante se plantea para saber si estas fuerzas, recién entrenadas, pueden asegurar la ciudad. Los miembros de la fuerza de seguridad están recibiendo solo dos semanas de entrenamiento, después de lo cual son equipados de manera idéntica a las Fuerzas Democráticas Sirias: AK-47, uniformes y vehículos, y algunos suministros médicos. La experiencia de los militares estadounidenses en la construcción de las fuerzas de seguridad locales ha tenido un dudoso éxito, acorde con la situación del lugar donde fueron empeñadas. Por su parte, tanto Irán como Hezbollah, que están luchando en nombre del régimen sirio, pero expectantes en el ataque a Raqqa, tienen interés en esperar el fin de la lucha para determinar los límites exactos de las ambiciones y la estrategia de EE. UU. en Siria. No están dispuestos a aceptar una presencia militar permanente de EE. UU. en áreas tomadas de Estado Islámico, pues consideran que se convertiría en una guerra asimétrica contra las tropas estadounidenses y sus apoyos, tal cual sucedió anteriormente en Irak.
Mientras tanto en Mosul, cientos de miles de personas permanecen desplazadas y el Comité Internacional de Rescate advierte que “habrá muchos meses difíciles por delante” para aquellos que fueron forzados a huir o vivir bajo el gobierno de EI. Además,“luego de que todo el territorio haya sido despejado de los combatientes de EI y de sus artefactos sin explotar, la organización terrorista continuará aterrorizando a los habitantes de la zona a través de sus incursiones desde Irak”, dijo Wendy Taeuber, directora del grupo iraquí. “Los horrores que EI infligió a los residentes de Mosul dejaron enormes heridas, no solo en el tejido social de la ciudad, sino también en las mentes de la gente”. Esta nueva forma de guerra se caracteriza por atacar, principalmente, a la mente de las personas, tanto de combatientes como de los habitantes de las zonas en conflicto. Más allá de esta nueva “guerra fría” enfrentada a través de sirios shiítas y rebeldes sunitas, la irrupción de Turquía, natural aliado de occidente, miembro de la OTAN y actual aliado de los intereses rusos, ha replanteado la estrategia de EE.UU. en su apoyo a los kurdos, enfrentados a Turquía. Además, la presencia de milicias iraníes, en control de los espacios vacíos iraquíes, muestra un notorio avance shiíta en la región que preocupa a las petromonarquías sunitas. La vinculación terrestre, a través del control de los espacios desérticos vacíos a lo largo de la frontera siria desde Irán hacia Líbano, como forma de apoyo manifiesto a Hezbollah, es una preocupación mayor para Israel, que ya ha mantenido un conflicto al respecto en 2006. Por su parte EE. UU. se enfrenta a la disyuntiva de mantener su acuerdo de no proliferación nuclear con Irán o ceder a las presiones árabes sunitas de incrementar su presencia en la región para balancear la injerencia tanto de Rusia como de Irán.
Por último, la falta de confianza entre los habitantes terrenales, pertenecientes a las diferentes etnias hace que los propios árabes sean vistos como los escogidos para asegurar la victoria, sin contar con que los kurdos pueden ser percibidos como poco fiables, en el mejor de los casos, habiendo sido ellos en la mayoría de las acciones quienes fueron los primeros en enfrentar el combate. La clave para la reconstrucción será la mejor relación que puedan establecer, sin injerencia externa, las diferentes etnias y confesiones de la región.
¡Inshallah! (quiera Dios en árabe) que se oigan los ruegos a tal fin de quienes tran- sitan por el laberinto y sufren, mientras otros deciden cuál es la mejor salida sin estar dentro.