El ingeniero Pablo Bertinat, director del Observatorio de Energía y Sustentabilidad (OES) de la Facultad Regional Rosario de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), dialogó con DEF sobre el nuevo paradigma de la generación y distribución eléctrica a partir de la incorporación de las fuentes renovables. Se refirió también al proyecto piloto de red inteligente encarado por la UTN, el INTI y la cooperativa eléctrica de Armstrong.

-¿Cuáles son los principales modelos de generación y transmisión eléctrica?
-Si dividiéramos la generación eléctrica en dos grandes modelos, tendríamos, por un lado, la generación concentrada y centralizada y su distribución hacia los centros de consumo; y, por el otro, los sistemas de generación distribuida. En el primer caso, la generación concentrada y centralizada se basa fundamentalmente en grandes centrales, ubicadas en determinados lugares, y se necesita de flujos de transmisión de energía desde las zonas productoras hacia las zonas consumidoras. El caso de Argentina es típico de este modelo: nuestro país tiene dos grandes zonas generadoras, que son el Comahue y el noreste argentino (NEA) y grandes corredores de energía hacia los centros de consumo. En esos sistemas, el flujo es unidireccional, desde la generación hacia el consumo.

-¿Qué implica el concepto de energía distribuida?
-Empezó a desarrollarse hace algunos años, fundamentalmente a partir de la incorporación de las fuentes renovables, e implica un cambio en la filosofía y en la lógica de los sistemas eléctricos. Este nuevo modelo apunta a bajar el nivel de concentración y centralización, aprovechando que los recursos renovables están muy distribuidos, y a tratar de generar en zonas de producción más cercanas a los centros de consumo. Hoy en día, la mayoría de los países están desarrollando metodologías para operar los sistemas de generación distribuida. La ventaja que presentan estos sistemas es que pueden dar mayor estabilidad, al tener menos flujos de energía y brindar la posibilidad de ir en múltiples dimensiones. Así, se puede tener generación también en el extremo del consumo. Nosotros creemos que deberíamos avanzar hacia este tipo de sistemas porque nos permite aprovechar mejor la energía renovable, disminuir pérdidas por transmisión y distribución y, en definitiva, crear sistemas más estables.

-¿Cuál ha sido la experiencia de la provincia de Santa Fe?
-Santa Fe fue la primera provincia que aprobó la posibilidad de conectarse en paralelo con generación distribuida: el protocolo para la conexión de clientes-generadores de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) fue aprobado en octubre de 2013. Lo que hizo posteriormente la Provincia de Santa Fe fue acompañar con un programa de incentivo [ Prosumidores ] a la generación a la generación a través de un programa aprobado por ley.

LA EXPERIENCIA PIONERA DE ARMSTRONG Y SU RED INTELIGENTE

-¿En qué consiste la experiencia de la smart grid de Armstrong?
-En Armstrong creamos un programa en el que no hay incentivos, sino que toda la generación es producida por cooperativas, si bien los equipos están colocados en techos de personas individuales y de instituciones públicas. Son dos proyectos paralelos [ Prosumidores y la Red Inteligente de Armstrong ], que coexisten y tienen una sinergia importante. Nuestra experiencia en redes inteligentes es una experiencia piloto. La experiencia tiene, por un lado, una parte que tiene que ver con la telemedición, telesupervisión y telegestión de toda la red de media gestión. Por otro lado, se incorporaron mil medidores inteligentes en cuatro subestaciones que se instalaron con cuatro tecnologías diferentes, para probarlas. Esto nos permite gestionar la baja tensión en los usuarios. En breve, van a poder ver vía web sus curvas de consumo. Ahí estamos probando tecnología y eso nos permite monitorear también la generación distribuida.


“Las cooperativas pueden volver a ser un actor importante en el cambio de paradigma vinculado a la generación de energía”.



-¿Qué beneficio trae este tipo de iniciativa a las cooperativas?
-Hay más de 600 cooperativas eléctricas en todo el país, que surgieron porque a esos pueblos no llegaba la energía eléctrica. Una vez que llegaron las redes eléctricas, las cooperativas pasaron de ser generadoras a ser solo distribuidoras. Hoy en día, lo que estamos planteando es que las cooperativas puedan volver a ser un actor en el rubro de la generación. Todo lo que hemos desarrollado en Armstrong fue con el aporte de la UTN y con el personal de la cooperativa. Las cooperativas pueden volver a ser un actor importante en un cambio de paradigma vinculado a la generación.

-¿Cuáles son las tecnologías de generación que ustedes están utilizando en Armstrong?
-Estamos utilizando energía solar fotovoltaica y también tenemos cuatro molinos eólicos muy pequeños, con la intención de instalar dos más. Nuestro objetivo es probar las tecnologías y ver cómo funcionan. También teníamos previstas dos instancias más que, por problemas presupuestarios, aún no pudimos implementar. La idea es trabajar con biomasa, puntualmente biogás producido en criaderos porcinos, y además tenemos la intención de hacer una prueba con pequeñas centrales hidráulicas flotantes, ya que la cooperativa llega al borde del río Carcarañá. Allí la idea es instalar una pequeña máquina flotante de pasada para generar energía eléctrica.

Fotos y videorreportaje: Fernando Calzada