La ciudad de Ginebra ha sido y será sede de dos reuniones cumbres que podrían fijar la tranquilidad de Medio Oriente o desentrañar un negro futuro regional y hasta internacional. Tanto Irán como Siria juegan su porvenir en sendas reuniones que tratarán por separado un destino en común que no solo involucra a ambos países sino también a sus socios y aliados regionales y extra continentales. Escribe Omar Locatelli (Especial para DEFonline)

El 9 de noviembre pasado se reunieron los ministros de Relaciones Exteriores de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania (grupo llamado P5 +1) e Irán para tratar de acordar un control del plan nuclear iraní a cambio de una rebaja en sus sanciones económicas. El contenido de este acuerdo incluye en una primera etapa un aumento de las inspecciones y de la vigilancia de las instalaciones nucleares de Irán, diferentes límites de enriquecimiento, la suspensión del enriquecimiento a nivel de 20%, y la congelación de centrifugadoras y el desarrollo dual de montaje en el reactor de agua pesada de Arak, todo a cambio de menos de 10 mil millones de dólares en alivio de las sanciones, lo que significa descongelar algunos activos iraníes en bancos en el extranjero y las exenciones de las sanciones a las ventas de automóviles, productos petroquímicos y metales preciosos.

Un eventual acuerdo representa un gran avance potencial no sólo para abordar el programa nuclear de Irán, sino también una solución política para Siria, con la posibilidad de una discusión más amplia de la seguridad regional en el Oriente Medio.

Las opciones de la asechanza nuclear

Para fabricar un arma nuclear es necesario contar con 250 kilogramos de mineral de uranio, conocido como uranio 235. En su estado natural solo hay un 0,7% del uranio 235. Para utilizarlo como elemento combustible se utiliza un proceso de enriquecimiento, realizado en maquinarias llamadas centrífugas. El uranio se coloca en miles de centrífugas y alcanza un porcentaje de 3,5%, nivel que se utiliza para fines pacíficos en una planta de energía nuclear. Irán ha llegado a enriquecer uranio hasta un 20%, cuya acumulación acelera la producción de una bomba. Para concretar el arma, es necesario llegar a un enriquecimiento del 90%, poseyendo la tecnología la que esta en poder de Irán.

Según un estudio realizado por el Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional, un grupo con sede en Washington Irán hoy ha enriquecido suficiente uranio y posee suficientes centrifugas para enriquecer uranio en un tiempo de entre uno y dos meses. No obstante, a pesar de la capacidad de Irán para producir combustible rápidamente, según el estudio, se necesitaría aún más tiempo para hacer una ojiva confiable para un misil. Al día de hoy Irán posee 6.774 kilogramos de uranio al 3,5%, 186 kilogramos al 20%, junto a 19.000 centrífugas, lo que le permitiría obtener uranio al 90% en 1,6 meses.

Para llegar a un acuerdo definitivo, Irán probablemente tendría que estar de acuerdo con algunos pasos hacia atrás en su programa, lo que dilataría el tiempo necesario para armar un arma nuclear y su consecuente empleo. El Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional, mostró algunas combinaciones de acciones que pudiera aumentar el tiempo de armado de un arma nuclear a más de seis meses:

Opción 1: Irán mantiene la cantidad actual de su uranio al 20% (186 kilogramos) y se deshace de los materiales que podrían aumentar el porcentaje del de 3,5%. Además reduciría el número total de centrifugadoras que tiene (manteniendo solo entre 3.000 a 5.000) y no utiliza las centrifugadoras de segunda generación, que se cree, actúan de 3 a 5 veces más rápido que las antiguas.

Opción 2: Irán se deshace de todo su uranio al 20% (186 kilogramos), reduce el número de centrifugadoras (manteniendo entre 5.800 a 6.800) y las limita a las máquinas de primera generación.

Opción 3: Irán se deshace de todo su uranio enriquecido (6.774 kilogramos al 3,5% y 186 kilogramos al 20%) y se le permite tener entre 16.600 a 20.900 de sus centrifugadoras de primera generación. El país podría retener la capacidad de enriquecer, pero no sería capaz de mantener ningún uranio que produce.

Opción 4: Irán se le permite mantener 1.000 kilogramos de uranio al 3,5%; pero nada del uranio al 20%. También limita la cantidad de centrífugas de primera generación entre 7.700 a 9.200.

Cualquiera de las cuatro opciones demoraría hasta seis meses el tiempo de obtención de un arma nuclear.

La mitigación de las sanciones

Se considera además que el riesgo de la promulgación de nuevas sanciones a Irán sería socavar la autoridad del nuevo presidente iraní, Hassan Rouhani. Su ministro negociador de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, actúa en el límite autorizado por el líder supremo ayatolá Ali Khamenei para cerrar un trato. El tiempo de Zarif puede ser corto si no puede lograr un alivio en las presentes sanciones impuestas. Debe balancear su accionar entre las urgencias de los negociadores occidentales y la dureza de los ayatollas iraníes. Rouhani quiere actuar con rapidez pues las sanciones occidentales han reducido los ingresos de exportación diaria de petróleo de Irán en un 60 por ciento desde 2011 y ha causado que su moneda se colapse. Además los activos iraníes que podrían ser descongelados en el marco de cualquier acuerdo serían de menos de $ 10 mil millones, según la asesora de seguridad nacional de EE.UU., Susan Rice.

Si el objetivo de EE.UU. y sus aliados es asegurar que el programa nuclear de Irán es para fines civiles solamente, el primer paso del proyecto acuerdo debería ser una obviedad. La alternativa a la propuesta –sin acuerdo y más sanciones podría significar más enriquecimiento (en lugar de enriquecimiento limitado y suspensión en el nivel de 20%), mayor cantidad de centrifugadoras (en lugar de su disminución), mayor desarrollo del montaje de la planta de agua pesada de Arak (en lugar de detenerla), menor transparencia en las inspecciones (y no mayor), un presidente Rouhani debilitado (en lugar del debilitamiento de la línea dura anti-estadounidenses) y el final de la vía diplomática para las negociaciones (en lugar de su inicio).

Para aquellos que son escépticos de las intenciones negociadoras de Rouhani, es orientativo conocer el último informe trimestral del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sobre el programa nuclear de Irán, emitido el pasado 14 de noviembre. Desde que el nuevo presidente asumió su cargo, los arsenales iraníes de uranio enriquecido “siguen siendo similares” a las del informe anterior, no hay centrifugadoras adicionales alimentadas con uranio enriquecido y no hay elementos combustibles adicionales en el reactor de agua pesada de Arak. El informe también describe la Declaración Conjunta sobre un Marco de Cooperaciónfirmado el 11 de noviembre entre Irán y el OIEA para mejorar el acceso del organismo de control a los sitios clave y la información.

No obstante, el líder supremo de Irán ha advertido que su país no dará un paso atrás ni un ápice” de sus derechos nucleares. El ayatolá Ali Jamenei, dijo que no iba a intervenir directamente en las negociaciones, pero que él se había puesto “líneas rojas” para los representantes de Irán. También el mismo ayatolá quiere tranquilizar a la base de la línea dura de Irán que si se logra un acuerdo no será un signo de rendición de la República Islámica. Pero también está enviando un mensaje a Occidente de que si no hay acuerdo con los términos que Irán ha aceptado hasta el momento, se enfrentarán a un país más desafiante, donde los diplomáticos sonrientes serían reemplazados por los revolucionarios que están listos para una pelea.

Las posiciones actuales

El P5+1 requiere de Irán:

Detener el enriquecimiento de uranio al nivel medio de la pureza, o hasta el 20%.

Reducir la concentración de reservas existente de 20% de uranio enriquecido o convertirla en forma de óxido.

No permita que el reactor de agua pesada de Arak entre en funcionamiento.

• Comprometerse a permitir más inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Irán le requiere al P5+1:

Reconocer su “derecho” a enriquecer uranio.

Fin sanciones internacionales y unilaterales.

El jefe negociador nuclear de Teherán, dijo en la víspera de la reunión que había “muchas posibilidades” de una conclusión exitosa siempre que haya buena fe y voluntad política de todas las partes involucradas para resolver los problemas.

Las conversaciones en Ginebra se están desarrollando en primera instancia entre la jefa de la política exterior de la Unión Europea, Baronesa Catherine Ashton, y el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif iraní, quienes en su primera reunión del miércoles la calificaron como “buen”. Además el equipo de EE.UU. ha mantenido su propia reunión con sus homólogos dentro del P5 +1.

El acuerdo con Irán y su influencia en el acuerdo sirio

Un acuerdo con Irán facilitaría la cooperación de Irán para poner fin a la guerra en Siria. Una fuente oficial iraní, Ali Hashem, dijo que Estados Unidos e Irán han discutido sobre Siria en conversaciones paralelas durante las negociaciones nucleares. Hay un entendimiento de que las conversaciones sobre Siria se podrían acelerar una vez que se llegue al acuerdo nuclear. Según la misma fuente, las preocupaciones saudíes sobre un acuerdo nuclear con Irán están vinculados a Siria: “No es correcto decir que Israel y Arabia Saudí no querían un acuerdo por la misma razón. La razón principal de los saudíes es Siria. Ellos no quieren las conversaciones directas entre EE.UU. e Irán sobre Siria, porque saben que esto afectará su posición allí”.

El presidente Obama se reunió este martes con los legisladores de alto nivel en un intento de mantener a raya los intentos de añadir más sanciones contra Irán.

El canciller iraní, Mohammad Javad Zarif y su equipo negociador al prepararse para la ronda de negociaciones nucleares en Ginebra, también estudian soluciones a la crisis siria, sin que aún se haya programado la reunión. Tanto la Ginebra nuclear como la Ginebra siria están conectadas por el vínculo principal que es Irán. Los negociadores sienten que la firma de un acuerdo para poner fin a la disputa sobre el programa nuclear de Irán significa el inicio de un posible acuerdo sobre Siria.

No obstante Israel y Arabia Saudí ven difícil solucionar Siria a través del acuerdo con Irán. Los saudíes no quieren que las conversaciones entre EEUU e Irán sobre Siria derivadas del acuerdo puedan afectar su visión sobre el tema. Israel teme que el acuerdo le otorgue un mayor tiempo a Irán para completar un desarrollo que se cree terminado. Los negociadores iraníes opinan que “Siria debe estar sin terroristas y que su pueblo debe decidir quién quieren que los gobierne”. Agregan además que no hay posibilidad de que los rebeldes o cualquier apoyo puedan ganar en el campo de batalla. “De Damasco a Alepo y Homs, la situación actual está a favor del régimen, y donde el régimen no tiene el control, los que tienen la sartén por el mango son afiliados al-Qaeda, por lo que no está en el interés de nadie de verlos ganar”. Ginebra II es la oportunidad de encontrar un lugar real en Siria, tanto sea para el régimen, para los rebeldes o para los terroristas y concretar el fin de las hostilidades.

La reunión de Ginebra entre Irán y el P5 +1 es una nueva oportunidad para poner fin a la disputa por el programa nuclear de Irán, pero también podría ser otra oportunidad para que iraníes y estadounidenses puedan charlar más a fondo acerca de Siria. El acuerdo sobre la cuestión nuclear dará un mayor potencial para resolver otros problemas de la región. Los conflictos de Siria, Irak, Bahréin, Afganistán, pueden ser analizados; pero primero se debe alcanzar un acuerdo sobre la cuestión nuclear iraní, ya que sin un acuerdo, todo va a volver al punto de partida.

La reunión en Ginebra puede ser la clave de un ansiado y esperanzador arreglo. Luego de años de dilación para evitar inspecciones de los sucesivos programas nucleares, la nueva relación iraní-estadounidense está envuelta en un halo de credibilidad. No obstante ¿seguirá siendo significativa la comunicación entre Obama y Rouhani, que concluyó con un “Have a nice day” respondido con una típica despedida iraní, pronunciada en farsí “Khodahafez”? Y además ¿será una política de sinceridad o permitirá ganar tiempo para concluir con los programas en desarrollo?

Medio Oriente sigue siendo, tal cual dijo Einstein, un lugar donde la perfección de los medios y la confusión de los fines son las características de la época.


El autor de esta columna es exagregado de Defensa en la Embajada de la Argentina en Israel y experto en geopolítica de Medio Oriente.