Con una larga trayectoria profesional en la industria, el gerente de Proyectos Nucleares de INVAP, Juan José Gil Gerbino, repasó los principales desarrollos del sector y se refirió al papel asumido por INVAP como actor central de nuestro complejo tecnológico nuclear.

-A pesar de las vicisitudes experimentadas en las últimas décadas, el sector nuclear argentino es hoy muy respetado a nivel internacional. ¿En qué ha cambiado la imagen del país desde los años 70 y 80 hasta la fecha?

-El cambio fundamental se dio a partir de la firma del Tratado de No Proliferación (TNP), que permitió a la Argentina acceder a los mercados. A esa altura, entrados en la década del 90, no tenía mucho sentido quedar fuera del sistema. Hubo países que se mantuvieron al margen, como la India, que avanzó en un desarrollo autóctono importante pero enfocado hacia un programa armamentista, algo que Argentina nunca tuvo.

-¿Qué relevancia tiene la cooperación con Brasil en este sector?

-Uno de los grandes aciertos de la diplomacia argentina ha sido la concreción de una alianza con Brasil en el ámbito nuclear, a partir de la visita del entonces presidente José Sarney a Alfonsín en 1987. Ese fue el antecedente de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), que permitió el establecimiento de una especie de salvaguardia bilateral con participación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). A partir de entonces se creó un clima de confianza que se transformó, además, en el antecedente fundamental para la creación del Mercosur.

-¿Cuál es la función que tienen los reactores de investigación, que han contribuido a importantes logros de la industria nuclear argentina y de INVAP en particular?

-Un reactor de este tipo es una máquina de producir neutrones, con una gran variedad de aplicaciones tanto desde el punto de vista productivo como desde el punto de vista de la investigación. El rango de aplicaciones es muy amplio. Probablemente uno de los que tenga mayores usos sea el OPAL vendido a Australia, que ha permitido que ese país se convierta en un exportador neto de molibdeno-99, además de ser uno de los grandes centros de investigaciones en el uso de neutrones.

-¿Qué ha significado para la empresa la exportación de reactores de investigación a Argelia, Egipto y Australia?

-Fue un proceso en cadena. Estos desarrollos tecnológicos fueron el resultado de una serie de circunstancias que se dieron en forma progresiva y que permiten que hoy en día contemos con todos los antecedentes para presentarnos en cualquier tipo de licitación y estemos en condiciones de competir y de presentar la mejor oferta técnica, aun cuando no sea la más económica, como ocurrió en el caso del OPAL australiano.

-Recientemente, INVAP ha firmado con Brasil un contrato para la construcción de un reactor multipropósito. ¿En qué consiste el proyecto?

-Se firmó un contrato para la ingeniería básica del reactor. Esta operación es consecuencia de un acuerdo entre los gobiernos de Argentina y Brasil, con la idea de construir en forma simultánea en dos reactores mellizos: el argentino RA-10 y el brasileño RMB. Ambos tendrán como modelo de referencia el OPAL.

-¿El próximo salto tecnológico sería la exportación de reactores nucleares de potencia?

-En 1984, con auspicio de la CNEA, desde INVAP desarrollamos el CAREM, un tipo de reactor muy compacto cuyo prototipo de baja potencia (25 MW) nos permitirá acumular la experiencia para desarrollar posteriormente un modelo del orden de los 100 a 200 MW. En estos momentos se está terminando la ingeniería de detalle y comienza parcialmente su construcción.

1 COMENTARIO

  1. Subrayo ante el Ing. GIL GERBINO la necesidad de que se haga saber a la gente los mecanismos de seguridad de los reactores. La ignorancia que hoy sufre les hace creer que explotan así como así.

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