Con un fuerte apoyo a la importancia del género y multiculturalismo en las Fuerzas Armadas; democracia, paz y seguridad de las Américas; desastres naturales y asistencia humanitaria; y el papel de la institución castrense con  perspectiva al desarrollo, concluyeron las deliberaciones de la IX Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas.

Por LN

El encuentro, que tuvo como sede la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, del país del Altiplano, convocó a 34 representantes civiles y militares de la citada cartera de los países de la región, con el unánime imperativo de la paz y confianza mutua en el hemisferio, sustentados en los principios y propósitos de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y la Carta de la Organización de los Estados Americanos. Por tres días consecutivos, los funcionarios pusieron el énfasis en impulsar las prácticas interculturales en la dinámica institucional de las Fuerzas Armadas y de Seguridad y en el fortalecimiento de la formación militar para la consolidación de la democracia y el respeto de los derechos humanos. Pero por sobre todo, apuntaron a diseñar medidas que fomentaran la confianza y la seguridad. Entre ellas, los informes que se presentan a las Naciones Unidas y a la Organización de los Estados Americanos (OEA), y las aprobadas por el Consejo de Defensa Suramericano (CDS) de la Unasur. En ese sentido, hicieron hincapié en los mecanismos y procedimientos de aplicación, garantías y verificación para el intercambio de información sobre la organización de los sistemas nacionales de defensa; gastos militares; actividades militares intra y extrarregionales; notificación de maniobras, despliegues y ejercicios en zonas de frontera. Aquí, pusieron de manifiesto los avances del Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica con la declaración de Nicaragua como territorio libre de minas antipersonales. De esa manera, Centroamérica se convirtió en la primera región del mundo libre de este flagelo.

La primera conferencia se celebró en Williamsburg, Virginia, Estados Unidos, en 1995, y a ella le siguieron siete más, en Bariloche, Cartagena, Manaos, Santiago, Quito, Managua y Banff (Canadá).

NUEVAS AMENAZAS

Los principios y declaraciones de la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, contenidos en los anteriores encuentros, apuntan a que la Conferencia se ha consolidado como un foro de diálogo e intercambio de ideas y visiones sobre la seguridad y defensa de sus Estados miembros y de la región. A su vez, es un lugar relevante que contribuye al fortalecimiento de la transparencia, confianza y cooperación sobre temas de defensa y seguridad.

La resolución de Lima sobre “Paz, Seguridad y Cooperación en las Américas”, de junio de este año; el IV Foro sobre Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad, en el ámbito de la OEA, realizado en noviembre último en la capital peruana; y la celebración del bicentenario de la Independencia en varios países de las Américas, con sus declaraciones conmemorativas y de progresiva construcción de la paz, dejaron el campo orégano para el convite entre los ministros de Defensa. En sus manifestaciones de cierre de la IX Conferencia, insistieron en el compromiso asumido entre las naciones americanas.

Un hecho significativo puso de manifiesto el tenor de esas intenciones. El ministro de Defensa de Colombia, Rodrigo Rivera, afirmó que la amenaza para los países de la región ya no proviene de sus vecinos, sino del terrorismo y el narcotráfico, un criterio compartido significativamente por su par ecuatoriano Javier Ponce. Cabe señalar que hace un año Quito restableció relaciones con Bogotá, rotas durante 21 meses a raíz de un ataque colombiano, el 1º de marzo de 2008, contra un campamento clandestino de las FARC en la zona fronteriza de Angostura, Ecuador.