El empresario Horacio Cartes asumió la Presidencia de Paraguay, con el desafío de poner en orden las cuentas estatales y encontrar la fórmula para reinsertar al país en el Mercosur.
Horacio Cartes, de 57 años y un recién llegado a la política, ocupará la presidencia cuatro meses después de haber ganado unas elecciones que marcaron el retorno del Partido Colorado al poder que ejerció durante seis décadas hasta el 2008. Su llegada a la presidencia pondrá punto final a las sanciones que Sudamérica impuso a Paraguay por considerar que la destitución de Fernando Lugo mediante un juicio político sumario a mediados del 2012 constituyó un quiebre democrático. Cartes dijo que trabajará para fortalecer las relaciones con la región, mientras coquetea con la recientemente creada Alianza del Pacífico que meses atrás aceptó a Paraguay como miembro observador. Analistas coinciden en que una opción para el retorno de Paraguay al Mercosur es en diciembre, cuando Venezuela deje la presidencia que ejerce desde julio.
El gobernante Partido Colorado -que acompañó a la dictadura de Alfredo Stroessner y a todas las administraciones que siguieron a su derrocamiento excepto la de Lugo- tiene mayoría en la Cámara de Diputados y Cartes llegó a un acuerdo con la oposición para tener apoyo también en el Senado en reformas clave, lo que aseguraría la gobernabilidad. Y las expectativas respecto a su gobierno son ciertamente menores que las del 2008, cuando una coalición de centroizquierda liderada por Lugo desplazó del poder a los colorados, generando ilusiones inéditas en una población que clamaba por cambios.
“EN TERAPIA INTENSIVA”
Considerado uno de los hombres más ricos de Paraguay, Cartes buscará aprovechar el viento a favor para impulsar en su primer tramo de gestión reformas liberales que ayuden a combatir la pobreza extrema, que afecta a casi un 20 por ciento de la población del país exportador de materias primas.
Para eso, planea incentivar la participación privada en el Estado apostando a la creación de fuentes de trabajo. Pero tendrá que hilar fino para buscar el consenso suficiente en su partido, que en el pasado bloqueó iniciativas similares. “El gran desafío de Cartes no está en lo político ni en lo económico sino en lo social, donde Paraguay enfrenta su drama más acuciante en el que ha quedado relegado frente a sus vecinos”, escribió el analista Alfredo Boccia en un comentario.
Cartes, quien es también dirigente deportivo, dijo que formó una “selección nacional” con un equipo de colaboradores de perfil técnico que incluye al ex presidente del Banco Central Germán Rojas como ministro de Hacienda y a la ex canciller Leila Rachid como asesora de política internacional. El nuevo ministro de Hacienda deberá enfrentar un déficit fiscal que según el Gobierno saliente llegará a un 1,6 por ciento del Producto Interno Bruto como consecuencia de un incremento desmedido en el número de empleados estatales contratados, sumado a sucesivos aumentos en los salarios de los funcionarios. Cartes ha dicho que recibe el país “en terapia intensiva” y “con la caja en rojo”, unas declaraciones que sus detractores atribuyen a la necesidad de reducir la presión en los primeros meses de gobierno.
Paraguay debutó en enero en los mercados internacionales de deuda con una emisión de 500 millones de dólares a 10 años y el nuevo Gobierno planea impulsar una ley de responsabilidad fiscal que limite las ampliaciones presupuestarias para controlar el déficit. Paralelamente, el partido impulsa desde el Congreso una polémica reforma impositiva que afecta principalmente a los productores de soja, principal exportación del país, y que ya ha comenzado a generar roces con el poderoso sector.
Cartes se estrenará en el Gobierno en un foro que reunirá a más de un centenar de empresarios, muchos de ellos extranjeros, a quienes mostrará las “ventajas y oportunidades” de invertir en Paraguay.
Fuente: Reuters