Smart City Index reveló su ranking y casi todas las zonas urbanas de la región descendieron posiciones.
Por Dolores Barón
El International Institute for Management Development (IMD) y la Organización Mundial de Ciudades Inteligentes y Sostenibles (WeGO) todos los años lanzan su listado de ciudades inteligentes, refiriéndose a las zonas urbanas con mayores avances tecnológicos y sustentables. Si bien varias ciudades de Latinoamérica fueron apareciendo con el correr de los años, en 2023 bajaron varias posiciones, posiblemente por las distintas crisis económicas y políticas que atraviesa la región.

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Latinoamérica en caída: el desbarranque de las zonas urbanas
Aún con todos los avances que hubo en los últimos años, muchas ciudades latinoamericanas bajaron considerablemente su puesto. Por ejemplo, Medellín pasó de estar en el lugar 82 en 2019, a ocupar el 118. Incluso Santiago de Chile que se ubicaba como la ciudad más avanzada en el puesto 79 hoy bajó 40 puestos, un número considerable.
Uno de los grandes factores se debe a la pandemia mundial ocurrida por el COVID. Esta situación puso en freno a muchos proyectos y avances tecnológicos, dejando a varias ciudades latinoamericanas en un gran parate. Al tener menos recursos para poder enfrentar estas adversidades, difícilmente se puedan maniobrar distintos proyectos durante una cuarentena.
Por otro lado, en muchos casos ocurre que los recursos públicos que tienen no se alinean con los avances que se quieren hacer. Es decir, los sistemas de digitalización vigentes que hay a nivel internacional no congenian todavía con los planes y gestiones “inteligentes” que se buscan.
Para poder llevar adelante a cabo cambios “smart”, hay que tener los estándares tecnológicos pertinentes al día. De hecho, Alejandro Gamboa, líder empresarial y pionero en materia tecnológica, dice que es necesario y fundamental “pasar del libro de obra manual y seguimientos obsoletos, a adoptar la tecnología ya existente en el mundo entero” en materia de innovación en infraestructura.
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Las 10 ciudades más inteligentes de América Latina
- Medellín, Colombia (118°)
- Santiago de Chile, Chile (119°)
- Ciudad de México, México (121°)
- Buenos Aires, Argentina (124°)
- San José, Costa Rica (127°)
- Brasilia, Brasil (128°)
- Bogotá, Colombia (129°)
- San Pablo, Brasil (130°)
- Lima, Perú (134°)
- Río de Janeiro, Brasil (136°)

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¿Cómo se clasifican las ciudades como “inteligentes”?
Principalmente, el criterio utilizado para hacer este ranking, se basa en encuestas a 20.000 ciudadanos sobre 15 aspectos de la vida urbana, estructuras y tecnologías. Siempre está contemplado cómo estos factores mejoran y agilizan la calidad de vida humana dentro del municipio.
Además, muchos de los datos son recolectados del Índice de Desarrollo Humano del Global Data Lab en donde se miden varias variables pertinentes al ranking como la esperanza de vida, los años de escolarización, el costo de vivir en cada ciudad y demás. A la hora de elegir un lugar para vivir, es fundamental pensar en conectividad a banda ancha para la vida cotidiana. De hecho, también se usa mucho para elegir la locación de las compañías.

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Los puntos a tener en cuenta de las “smart cities”
Entre las diferentes variables, algunos de los factores claves para calificar como una ciudad inteligente son la conectividad y el uso de la tecnología. No solo se refiere a contar con maquinaria adecuada para incorporar en el día a día o la conectividad a Internet, sino que sea una zona urbana completamente adaptada y lista para recibir innovaciones y elementos de la Industria 4.0 como el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, entre otras.
Por otro lado, pero no menos importante, la sostenibilidad y el medio ambiente son detalles obligatorios para considerar a una ciudad inteligente. Entre las prácticas para fomentar un movimiento ecológico están el incentivo al transporte público, las energías renovables y una buena gestión de residuos.
Además, también se busca incorporar la tecnología en los trámites y desarrollos de prestación a servicios básicos como el agua, la luz y el gas. Todo esto se ve en los semáforos, la iluminación con luces de menor consumo, puestos de hidratación y demás.