El principio de la distención entre Barack Obama y Hassan Rouhani podría abrir un nuevo capítulo en las conflictivas relaciones entre Washington y Teherán. ¿Se trata de un gesto sincero de apertura de parte de la República Islámica o busca solo ganar tiempo para concluir su programa nuclear? Escribe Omar Locatelli
Sinceridad del “Khodahafez”
Escribe Omar Locatelli (Especial para DEFonline)
Un consejero iraní, que participó el 19 de septiembre en las discusiones de alto nivel de la estrategia diplomática del país, aseguró que la carta entregada por Barack Obama al nuevo presidente de Irán, Hassan Rouhani, hace aproximadamente tres semanas, propone un alivio sobre las sanciones con Teherán si el gobierno iraní demuestra la voluntad de cooperar con la comunidad internacional, cumplir sus compromisos y evitar las ambigüedades. La carta, de una página y media, fue contestada por el presidente iraní con una de longitud similar.
A su vez, el 23 de septiembre el ayatolá iraní Alí Khamenei se refirió al concepto de “flexibilidad heroica”, permitiendo que el presidente Rouhani pudiera iniciar conversaciones directas con EE.UU. para resolver la discusión nuclear, después de años de oposición. La referencia a la “flexibilidad heroica” ha sido tomado de un libro que él mismo tradujo del árabe hace 44 años, en el que se analiza la estrategia escogida por el segundo Imán shiíta Hasan ibn Alí para hacer la paz con un adversario conflictivo, Mo’avieh, en el siglo VII.
El permiso para Rouhani implicaba tres condiciones:
1.- Que EE.UU. debería abandonar el lenguaje de amenaza e intimidación.
2.- Que abandonar el programa nuclear sería un costo demasiado alto, porque siempre estuvo asociado con la dignidad nacional iraní.
3.- Que el principio fundamental de la revolución ha sido siempre la resistencia a la presión de los poderes extranjeros.
Rouhani mantuvo su cautela sobre la realidad, considerando que el mundo debe saber que el período de tiempo para resolver el asunto nuclear no será ilimitado. Tomará un período específico, dimensionado en meses y no en años.
Como respuesta, ante la Asamblea de la ONU el presidente Obama dijo que la apertura diplomática de Irán en las recientes semanas podría proporcionar la fundación de un acuerdo sobre su programa nuclear, pero advirtió que “palabras conciliatorias tendrán que ser acompañadas por acciones transparentes y comprobables.”
A partir de allí fructificó un dialogo que se materializó durante el traslado de Rouhani al aeropuerto de New York, cuando lo llamó al presidente Obama y ambos acordaron en acelerar las conversaciones apuntadas a la discusión sobre la desactivación del programa nuclear de Irán, además del optimismo en la perspectiva de un acercamiento que transformaría el Oriente Medio.
La significativa comunicación concluyó con un “Have a nice day” de Rouhani, que fue respondido por Obama con una típica despedida iraní, pronunciada en farsí, “Khodahafez”.
Luego de años de dilación para evitar inspecciones de los sucesivos programas nucleares, la nueva relación iraní-estadounidense está envuelta en un halo de credibilidad. ¿Será una política de sinceridad o permitirá ganar tiempo para concluir con los programas en desarrollo?
Medio Oriente sigue siendo, tal cual dijo Einstein, un lugar donde la perfección de los medios y la confusión de los fines son las características de la época.
El autor es ex agregado de Defensa de la Embajada Argentina en Israel y experto en Medio Oriente.