El Hospital reubicable de la Fuerza Aérea Argentina es el único elemento nacional que, pese al repliegue de las tropas argentinas en Haití, continúa prestando servicios en el país caribeño. Por Patricia Fernández Mainardi
Tras la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de reducir la presencia de las fuerzas de paz en el país caribeño, el hospital de la Fuerza Aérea que Argentina desplegó en Puerto Príncipe y que desde 2004 atendió a casi 200.000 pacientes, continúa prestando servicios en la República de Haití. DEF dialogó con el Director Logístico del Hospital, el Vicecomodoro Héctor Priotti, sobre los desafíos de la Unidad y sus capacidades.
Antes de Haití, ¿en qué países estuvo destinado el Hospital?
El hospital ingresó por 1980 y tuvo sus primeros despliegues en Comodoro Rivadavia, cuando fue la guerra de Malvinas. Después estuvo en el Chaco, Misiones y en el sur del país. Luego estuvo en Kosovo, Mozambique África, en Haití desde el 2004 y en Chile, cuando se produjo el terremoto en 2010. Es de Fuerza Aérea pero está bajo la órbita del Comando Operacional. Hasta el día de hoy todavía funciona en la República de Haití.
¿Cuál es la función del Hospital en Haití?
Es la de atender al personal de Naciones Unidas, que ronda los 13.000 efectivos. Pero, en situaciones de emergencias, y por el juramento pero cuando hay situaciones de emergencias, por el juramento hipocrático que realizan los médicos, se atiende a la población haitiana.
¿Qué siente al estar al estar a cargo del nosocomio?
En diciembre de 2005 finalicé la Escuela de Guerra y me destinaron en el Hospital Reubicable. En febrero empecé a trabajar en el hospital y en el despliegue en Haití. No soy médico, mi especialidad es de Fuerzas Especiales y entiendo que es muy importante tener un soporte médico en las espaldas cuando uno tiene una actividad riesgosa. Sobre todo por la salud del personal que uno despliega. En ese momento el Hospital estaba bastante degradado, tenía equipamiento de la década del ´70, así que hicimos una planificación para recuperar capacidades. Primero actualizamos capacidades en Haití y luego lo hicimos en Argentina.
Después de 4 años de planeamiento y ejecución del “Plan de Equipamiento Conjunto para Misiones de Paz “, que es un sistema por el cual, a través de los reembolsos que otorga Naciones Unidas por el desempeño en Haití, ingresan liquidaciones a la República Argentina para amortizar el equipamiento desplegado. Y uno hace los requerimientos en el Estado Mayor Conjunto (EMCO). Le pusimos empeño e hicimos un seguimiento, de esa manera se fue concretando el Plan.
En esos primeros cuatro años se completó el Plan en un 30 y 35%. Se adquirieron todas las capacidades que fueron degradadas y se actualizaron, lo que sirvió para que el Hospital pueda funcionar hasta el dia de hoy. Con ese apoyo, mientras estuvo en el país, el planeamiento tuvo dos objetivos, primero recuperar las capacidades y por otro lado dar una capacidad dual, que quiere decir que hasta tanto se despliegue nuevamente se podría seguir utilizando en el pais. Como esa capacidad era remanente, cuando se produjo el terremoto de Chile, por orden de la Presidenta de la Nación, prestamos apoyo y en 24 horas lo desplegamos en Santiago.
Esta capacidad de desplegar en menos de 24 horas es una actividad poco vista, son capacidades de las Fuerzas que fueron degradándose con el tiempo pero que logramos recuperar.
¿Cómo fue ese el traslado?
Los contenedores están destinados en El Palomar, en la primera Brigada Aérea. El tema con respecto al despliegue, si bien el Hospital tiene una configuración modular, son contenedores expandibles de 20 pies que se pueden abrir y serían 3 en 1. La superficie es de 6 x 6 metros, por lo que en el Hércules se pueden llevar 2 de esos contendedores. Hacía mucho tiempo que no se hacía un puente aéreo de estas características. Los primeros módulos que se desplegaron fueron los que atendian las emergencias hasta que aumentamos las capacidades.
En Haití es diferente porque trabajamos con ONU y el transporte lo proveen ellos.
¿De qué origen es el hospital?
Es de origen norteamericano, pero las capacidades que recuperamos en el 2007 son de producción nacional. En el planeamiento que hicimos optamos por apostar a la tecnología nacional. Se diseñaron los diferentes equipos que necesitabamos de acuerdo a los eventuales depliegues y ambientes operacionales en los que íbamos a trabajar. En ese momento, para darte un ejemplo, no habia ambulancias 4×4, no habia ambulancias militares ni vehículo militar que se fabricara en el país. Así que se hicieron diferentes diseños y se contactó a diferentes empresas que trabajaron con esto y, al cabo de 2 o 3 años pudieron fabricar los elementos que hoy están prestando servicios.
¿Siempre en el ámbito de la Fuerza Aérea?
Nosotros hacemos especificaciones técnicas, características particulares que necesitamos de cada equipo. Eso se eleva a la Fuerza Aérea y después al EMCO. Ellos, junto al Ministerio de Defensa, hacen las contrataciones para que ingresen los equipos y vehículos con tales características.
¿Qué mantenimiento necesita?
La experiencia nos ha dicho que cuando las situaciones son críticas, como un terremoto, el Tsunami de Chile o el Huracán que azotó a Haití en 2004, entendemos que cuanto menos mantenimiento tenga el equipamiento mejor. No debemos depender del mantenimiento y sostenimiento que tenga la Unidad. Con un escaso mantemiento y personal capacitado hicimos el camino inverso. En esta unidad puntalmente capacitamos primero al personal, lo adiestramos y preparamos para el uso del material. Se realiza un mantenimiento y sostenimiento mínimo, así puede seguir funcionando y, con un poco más de tiempo, le damos tiempo al ciclo logístico para que pueda hacer el mantenimiento preventivo más que nada.
¿Cuánto intervienen las condiciones del clima y del terreno en el estado del material?
Hay un principio básico de la doctrina militar que dice que uno puede construir un modelo de algo en particular y lo tiene que llevar al campo para aplicarlo a la experiencia. Luego, evalúa si es adecuado o si necesita correcciones. Realizadas las correcciones se lo puede elevar a la doctrina y a partir de ahí elaborar la reglamentación y los procedimientos pertinentes. Finalmente, se vuelve al circuito una vez más para elaborar otro pensamiento a partir de la doctrina, de manera que es un circuito virtuoso que con el tiempo se va perfeccionando.
Eso se pudo aplicar a partir del despliegue durante la guerra de Malvinas, en Mozambique o en Kosovo. Entonces, en una zona fría como Kosovo o calurosa como Mozambique hay una amplitud térmica de entre 70 y 80 grados centígrados, entonces el elemento tiene que soportar esas inclmencias. En Haití tiene que poder sopesar un huracán, por ejemplo.
En 2010, luego del terremoto, el hospital fue la única unidad que quedó funcionando. Lógicamente colapsó porque toda la población haitiana fue a atenderse allí. Ese día murieron 300 mil habitantes. La noche del terremoto en Haití fallecieron en el hospital 1.500 personas y se atendieron la misma cantidad. Si bien fue un hecho doloroso y triste, de ese momento se tomaron las lecciones aprendidas y se las pudo proyectar hacia el futuro, a partir de la capacitación y del adiestramiento. Si el día de mañana hay una situación similar, tenemos gente muy preparada y experimentada en ese aspecto. Más allá de las capacidades que uno tenga con respecto al material, el valor del capital humano que uno adquiere con los años es algo que debería preservarse porque es nuestro futuro.
¿Cuál es la dotación del hospital?
El hospital se puede dividir en dos áreas: el hospital propiamente dicho (desplegado en Haití) y otro que se encuentra trabajando orgánicamente en la Fuerza Aérea. Este último funciona en una oficina y cuenta con 11 efectivos, una dotación mínima que se encarga de lo administrativo, del planeamiento y ejecución de los procedimientos de equipamiento. El material en sí está destinado en EL Palomar, dentro de la Ira Brigada Aérea.
El hospital se encuentra funcionando activamente en Haití y cuenta con 67 efectivos. Ese personal se designa en Buenos Aires y cada 6 meses se renueva el contingente. A su vez, están divididos en varias áreas y en total hay: 10 médicos, 20 enfermeros, personal técnico, personal de mantenimiento, personal de seguridad, y técnicos del hospital. Dentro del planeamiento correspondiente al año 2006 entendimos que es muy importante darle continuidad a las experiencias aprendidas, si alguien está 6 meses y después vuelve a su destino, la experiencia de esa persona no queda como remanente y las lecciones aprendidas no se capitalizan. Entonces cada contingente despliega 3 técnicos, de ellos uno es una persona que conoce el hospital al detalle, otro va con una capacitación previa, y un tercero que no conoce nada. Este último elabora su base para que, si le interesa, pueda continuar con la capacitación.
Esté todo muy bien organizado. Si bien Naciones Unidas establece los roles de combate y que determina la cantidad de especialistas, nos da cierto margen para que uno lo configure de acuerdo a la doctrina y a la cultura del país. El rol del combate nosotros lo establecemos de acuerdo a las experiencias vividas y al perfil del pesonal que va a desplegar.
¿Los médicos son de la Fuerza?
De los 10 médicos, más del 50% es personal militar, también contamos con personal civil de la Fuerza Aérea, personal contratado (médicos que se acercan y quieren cumplir servicios en Haití) y los anestesistas son médicos extranjeros porque no tenemos la posibilidad de especialistas argentinos se desplieguen allá.
¿Qué capacidad de atención tiene el hospital en la actualidad?
Tiene un estándar, pueden ser más, de hecho son más. Tiene la capacidad diaria de atender 40 pacientes, realizar 20 estudios de laboratorio, 20 servicios de radiología, y efectuar entre 15 y 20 prestaciones odontológicas. Además, los días jueves y viernes se superan los 55 pacientes porque contratamos un traumatólogo en el área de la misión. Traumatología es otro talón de Aquiles, si bien es menor que con los anestesiólogos porque aún encontramos profesionales que quieren ir.
Además pueden permanecer internados 25 pacientes, ya sea por internación ambulatoria, observación, terapia intensiva y quizá alguna consulta particular como un monitoreo cardiológico. Después, con respecto a la capacidad remanente, con camillas y otras salas, podemos superar más de 100 internaciones.
¿Cuál es el perfil epidemiológico de los pacientes?
A traves de los años fue cambiando. En un principio el personal de Naciones Unidas que desplegaba realizaba un psicofísico muy exigente. A traves de los años que fueron cambiando los mandatos, fueron reemplazando personal militar con policial y el examen psicofísico también fue mutando hacia uno no tan exigente. Esto hizo que el perfil epidemiológico cambiara. En los primeros años, problemas cardíacos teníamos uno o dos al año, ahora tenemos todas las semanas un caso grave. Ocurre lo mismo con traumatología y ortopedia.
También se incrementaron los problemas digestivos. Hoy, por ejemplo, hay mucho personal civil de ONG´s que padecen problemas digestivos y gástricos, quizá el personal militar está acostumbrado a ese ambiente operacional y lo afecta menos en ese aspecto que al civil y al policial.
¿Existen hospitales similares en la región?
De estas características es el único en Sudamérica, porque en realidad es un hospital con un objetivo estratégico. Normalmente los hospitales son tácticos, se despliegan cerca de las áreas de operaciones, atienden al personal en primera línea y en general se los atiende en carpas. El nuestro es modular, lo llevamos más apartado de la primera línea, donde pueda atender todos los servcicios y especialidades que se necesiten.
A modo personal, ¿cuáles son los desafíos que supone estar frente al hospital?
El desafio a nivel profesional es poder equipar el Hospital y preparar al personal para que sea la mejor unidad de la Fuerza Aérea. Que sea capaz de desplegar en cualquier parte del mundo, en cualquier situación y ambiente operacional en menos de 24 hs, con el personal adiestrado, capacitado y equipado.
Un desafío que nos tocó vivir fue luego del terremoto y tsunami en Chile. Una vez desplegados en la localidad chilena de Curicó, durante una réplica fortísima, todas las mujeres embarazadas de esa ciudad fueron al hospital y dieron a luz. Aquellas con embarazos de 5 meses en adelante tuvieron sus bebés. En Chile hemos hecho casi 18 partos en 40 minutos, creo que tuvimos dos o tres casos para neonatología por ser muy prematuros, para ellos solicitamos apoyo de aeronaves chilenas para realizar las evacuaciones. Eso para mí fue muy importante. Las 18 madres que estuvieron en el hospital tuvieron a sus hijos. Transformamos la sala de esterilización en un segundo quirófano, la sala de terapia intensiva se destinó a neonatología. En síntesis, readaptamos las instalaciones 40 minutos. En aquel momento funcionaron 8 incubadoras y se efectuaron dos aeroevacuaciones hacia Santiago de bebés prematuros que pudieron salvarse.
Un aspecto fundamental de todo esto es el capital humano. Nada podría haber sido posible sin el apoyo del personal que trabaja en la oficina, de los efectivos desplegados en las diferentes misiones, con su experiencia y vocación. Y tampoco podría haber sido realizado sin el apoyo de nuestros superiores, de los diferentes jefes que he tenido a lo largo de las distintas administraciones: los comodoros Mazzochi y Viña, y los brigadieres Fasani, Lucero y Cruzado. También es importante destacar el apoyo de las autoridades del EMCO, como los brigadieres Fasani y Chevallier, y actualmente el general Cundom, que nos apoyaron en las tareas. Finalmente, también quisiera recordar el sostén brindado por el Brigadier Mayor Raúl Acosto, por el Brigadier General Normando Constantino, y por el Brigadier General Mario Callejo. Ellos fueron los que nos demostraron que íbamos por el camino correcto.