La Cumbre del G-8 evidenció la preocupación por el conflicto en Siria, pero no logró unificar posiciones respecto del futuro del régimen de Assad.

El G8 evidenció la preocupación por el conflicto en Siria entre partidarios y detractores del régimen de Bachar al Assad, que ha causado 90.000 muertos en dos años, y la constatación de los líderes de que es preciso poner fin a la violencia. Tras una larga reunión bilateral de dos horas, Putin y Obama señalaron que persisten sus divergencias sobre la solución al conflicto de Siria, pero que es preciso que las partes enfrentadas negocien y subrayaron que comparten el interés de poner fin a la violencia.

El G8 llegaba a Lough Erne, cerca de la tranquila localidad de Enniskillen (Irlanda del Norte), después de que EE.UU. asegurara que hay evidencias de que el régimen sirio utilizó armas químicas contra los rebeldes y del rechazo de Rusia a una zona de exclusión aérea sobre Siria por considerar que viola el derecho internacional.

La primera sesión plenaria trató sobre el estado de la economía mundial, que el G8 coincide en que se encuentra en mejor situación que en la reunión de hace un año en Camp David (EEUU) si bien siguen los riesgos. Las perspectivas de la economía global siguen siendo “débiles” pero los “riesgos a la baja” han remitido gracias a las iniciativas tomadas en las grandes áreas monetarias del G8 -Eurozona, Japón y EEUU- y a la “resistencia” de las economías emergentes, señalaron.

Según Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, la Eurozona ha superado “la amenaza existencial” que pendía hace un año sobre la moneda única y la Unión Europea puede asegurar a los países del G8 que su situación económica ha mejorado desde entonces. Poco antes de que comenzase el encuentro, Obama, Cameron y los representantes de la UE anunciaron el inicio oficial en julio próximo de las negociaciones de un tratado de libre comercio entre EEUU y la UE, que podría tardar dos años en concluirse.

“Creo que estas negociaciones serán difíciles y que todos vamos a tener sensibilidades que habrá que abordar”, apuntó el presidente de Estados Unidos, mientras Cameron habló de “una oportunidad en una generación” para crear “más empleos, precios más bajos y ayuda para las familias trabajadoras”.

En esta cumbre, Cameron quiere sacar adelante compromisos contra el fraude y la evasión fiscal, ante el creciente escándalo por las estrategias que utilizan las multinacionales para evitar pagar impuestos en el país en el que operan, a través de paraísos fiscales.

“Impuestos, transparencia y comercio” ha sido el lema elegido por el premier británico para la reunión, que ha evitado poner en su centro a los países en desarrollo y las estrategias contra la pobreza, como ocurrió en la última cumbre británica en Gleneagles (Escocia) en 2005, algo que Cameron justifica en la necesidad de afianzar la recuperación.

La cumbre que se celebra el día en que el periódico británico The Guardian ha denunciado un posible espionaje del Reino Unido durante las reuniones del G20 en 2009 para acometer las negociaciones en situación ventajosa.

Por Patricia Souza – Agencia EFE