No hay plan B, se advirtió desde Bruselas y la aprobación parlamentaria del plan de ajuste llegó sobre la hora. Al cierre de esta edición, los ministros europeos acordaban liberar 17.000 millones de dólares para asistir a Grecia y alejarla de un default de consecuencias letales para la economía del viejo continente y también para EEUU. Es mucho lo que está en juego en esta crisis que empuja a las calles a miles de indignados y que, según se sostiene, ha herido de muerte a la eurozona. No es solo una debacle financiera y tal como señala el politólogo Timothy Garton Ash, los líderes políticos deben comprender que es tiempo de cambiar el “viejo vehículo oxidado” que consume litros y litros de nafta por un coche nuevo, sustentable y más barato. Algo se ha roto en Europa y la historia se parece al final de un sueño, como se titula la nota de tapa de esta edición.

Mientras tanto, en esta parte del mundo, hay una discusión recurrente que, palabras más palabras menos, plantea la dificultad de los países sudamericanos a la hora de transformar el crecimiento sostenido en desarrollo y prosperidad. En ese sentido, la llegada de Ollanta Humala a la presidencia de Perú ha renovado las esperanzas de una parte de la población de ese país que aun mira de lejos los beneficios de la apertura económica y de la fuerte inversión que no ha parado de crecer desde finales de la década del 90. Esa es la percepción que recogimos durante nuestra estadía en Lima, donde fuimos testigos de la jornada electoral que consagró al ex militar nacionalista. Preparamos un extenso dossier que revisa los principales aspectos de la economía peruana, el problema social, la cuestión minera, la defensa, el narcotráfico, la relación con sus países vecinos y las políticas de protección de sus recursos naturales. Más de veinte páginas con toda la información y el análisis para entender el país que gobernará Humala desde el 28 de julio.