Argentina presenta un potencial único en materia de energías renovables. Cuáles son las principales y cómo aprovecharlas. Por Hernán Rubio (Especial para DEFOnline)
La humanidad necesita energía para satisfacer sus necesidades. Desde las actividades más básicas como cocinar nuestros alimentos, calefaccionar o refrigerar nuestros hogares, hasta transportar personas o mercancías de un lugar a otro. Incluso producir la inmensa mayoría de nuestros alimentos o extraer los distintos recursos de la tierra. Para casi todo, necesitamos energía y en cantidades cada vez mayores. Con el constante aumento de la población mundial y el inevitable agotamiento de las reservas de combustibles tradicionales (petróleo, gas y carbón), necesitamos explotar fuentes alternativas de energía para asegura nuestra supervivencia.
Para producir energía, o en realidad transformarla, contamos con distintos recursos, los “convencionales”, los muy conocidos recursos fósiles, como el petróleo y sus derivados (las naftas, el diesel, el gas natural y los combustibles minerales, principalmente carbón mineral).
Además de los anteriores, contamos con las energías “no convencionales”. Son mucho más interesantes por ser inagotables y además más “limpias” para el planeta. Esto quiere decir que no contaminan el medio ambiente. Las más relevantes son: energía solar, energía eólica, energía mareomotriz y energía nuclear. Entre todas ellas, la energía solar se perfila como la “reina” de las renovables, ya que cuenta con un muy interesante presente y brinda enormes posibilidades a futuro. Una de las características más favorables para su crecimiento es la posibilidad de instalar paneles en todo el mundo, incluso en vehículos, aeronaves o embarcaciones de todo tipo.
Del sol a la red
Existen dos formas para el aprovechamiento de la energía solar: la fotovoltaica y la solar térmica. La primera transforma la luz del sol en electricidad por medio de las llamadas “células solares”. El origen de la energía fotovoltaica se dio ante la necesidad de alimentar de electricidad a los satélites de comunicaciones que orbitan la tierra. De hecho, los paneles solares más eficientes del mundo, los de mayor rendimiento, son los paneles de los satélites artificiales.
Cuando se comenzó a desarrollar la producción de energía fotovoltaica en los años 60, los costos eran exorbitantes. Por cada Watt de potencia suministrada se requería 77 dólares. Hoy, esa misma potencia cuesta 0,30 centavos de dólar. En la actualidad, solo siete países fabrican las células fotovoltaicas. Entre ellos, China se ubica como el principal productor mundial.
En cuanto a la energía solar térmica, se obtiene mediante la transformación de la radiación solar en calor. Se utiliza principalmente para producir agua caliente destinada al consumo doméstico. También se utiliza para calefacción o incluso en la producción de energía mecánica.
Almacenamiento, la clave
Uno de los temas más complejos en torno a las energía limpias es el almacenamiento de lo producido por un parque solar, un molino eólico o cualquier otra manera de estas formas de producir electricidad. Una cosa es generar la energía eléctrica y otra muy distinta es acumularla para usarla cuando sea necesario. Por ejemplo, si nos enfocamos en la energía solar fotovoltaica, hay que pensar en como disponer de ella en los días nublados o por las noches.
Hoy en día, la tecnología para acumular energía son básicamente las baterías. Las más eficientes del mundo son fabricadas por Tesla, la empresa de Elon Musk que, además de fabricar el auto eléctrico más famoso del momento, produce paneles solares, tejas solares y baterías para acumulación de energía en hogares y parques solares.
Pero justamente en este punto se presenta un inconveniente en torno a la durabilidad y los costos. Mientras que una célula solar tiene una vida útil de 30 años, una batería de litio de última generación tiene una duración de entre 10 y 12 años como máximo. Además de la vida útil, relativamente corta, debe contemplarse el alto costo del equipo. De todas formas, como veremos a continuación, la Argentina cuenta con el potencial necesario para la producción de energías limpias de forma continua.
Energía Solar en Argentina: un presente prometedor
En argentina estamos dando los primeros pasos en desarrollar este tipo de energía a gran escala. Durante el gobierno de Cristina Kirchner, en el año 2012, se construyó un parque solar en la provincia de San Juan, llamado Parque solar de “Cañada Honda”. Este parque genera una electricidad de 7 megavatios.
El actual gobierno de Mauricio Macri le dio un gran impulso a esta tecnología con el plan RenovAr. El programa fomenta la construcción de decenas de parques para la generación de energía eléctrica para sumarse a la red nacional, colocando al país en un lugar muy diferente al que estaba tan solo años atrás.

El 11 de septiembre de este año se inauguraron dos parques solares en la provincia de San Luis: “Caldenes del Oeste” y “La Cumbre”. Su construcción demandó una importante inversión de 60 millones de dólares. Estos parques aportarán una producción energética de 46,75 megavatios.
“Más de 176.000 paneles solares en el Parque Caldenes del Oeste y en el Parque La Cumbre están aprovechando el sol para abastecer de electricidad a más de 30.000 hogares, que equivale a todo Villa Mercedes”, declaró en su cuenta de Twitter el secretario de Energía, Javier Iguacel.
Dentro del programa RenovAr, la gran mayoría de los proyectos adjudicados por el gobierno para la generación de “energías limpias” son de Energía Fotovoltaica y Energía Eólica.
Ajustar los aranceles de importación
Un tema muy importante para contribuir al crecimiento de la Energía Fotovoltaica en Argentina, tiene que ver con los aranceles de importación. “La Argentina debería eliminar los aranceles de importación a las células solares, ya que no se fabrican en Argentina y no hay industrias que proteger. De esta manera, el desarrollo se incrementaría sustancialmente”, nos dice Rodrigo Herrera Vegas, socio fundador de Sustentator, empresa nacional dedicada a la instalación de paneles y termotanques solares. Este punto debería tenerse en cuenta no solo para las células solares, sino para todos los productos que no son producidos en Argentina. Sería una forma de promover al desarrollo nacional y no solo procurar una ciega recaudación fiscal del Estado.
El futuro de las renovables en el país
Además de la enorme riqueza en recursos naturales, Argentina cuenta con un potencial inigualable para la generación de energías “limpias y renovables”. En particular, las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta poseen una enorme “irradancia” (cantidad de energía solar que llega a la Tierra por unidad de superficie y tiempo). Estas condiciones naturales de nuestro territorio se pueden aprovechar, como ya vimos, a través de los parques solares para generar energía eléctrica.

Por otra parte, al sur de la provincia de Buenos Aires, por las características de viento, se cuenta con las condiciones ideales para el aprovechamiento de la energía eólica. Este potencial, llamado “factor de capacidad”, es envidiado en Europa, donde es sensiblemente menor al potencial en este tipo de energía. La diferencia es muy notable: si un generador eólico genera un valor energético “X” en un país europeo, como por ejemplo Dinamarca –país que cuenta con un enorme desarrollo en la materia–, en la Patagonia argentina el mismo equipo entregará el doble de aquel valor.
Este aspecto es central. Con las posibilidades de generar energía solar fotovoltaica en las provincias del NOA argentino, durante las horas de luz, sumada a la capacidad de sumar la producción de electricidad por parte de los molinos de viento patológicos, la Argentina cuenta con un potencial energético único. Estos recursos podrían contribuir enormemente a cerrar el déficit energético nacional. De esta forma, los nuevos yacimientos de “Vaca Muerta” podrían destinarse, por lo menos en parte, a la exportación, más que para el consumo propio. Esto generaría divisas genuinas, tan necesarias para nuestra economía.
Las condiciones son insuperables para el desarrollo de energías limpias. Las políticas energéticas solidas, ya comenzaron con RenovAr. La Energía solar es una de las piezas claves en el desarrollo sustentable del país. Si queremos ser un país serio, en crecimiento, es necesario perpetuar estas políticas, continuarlas a través de los distintos gobiernos, formando una verdadera “Política de Estado”, en pos de un futuro mejor para todos.
Agradecimiento: Rodrigo Herrera Vegas (Sustentator.com)