El reelecto gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, representa la esperanza del ala moderada de los republicanos de cara a las presidenciales de 2016.

“Chris podría fácilmente convertirse en nuestro candidato, salvar a nuestro partido y ayudarnos a devolver a este país al camino correcto de nuevo. No se puede encontrar a nadie mejor que Christie”, dijo el ex candidato presidencial republicano Mitt Romney, derrotado por Barack Obama el año pasado en la carrera hacia la Casa Blanca. La misma impresión manifiestan otros representantes del ala moderada, que, inquietos ante el alza del movimiento ultraconservador Tea Party, confían en la varita mágica de un republicano que ha conquistado dos veces un bastión demócrata como Nueva Jersey.

Dedicado por completo a su gestión del Estado de Nueva Jersey, Chris Christie, de 51 años, ha eludido hasta ahora los rumores sobre sus aspiraciones presidenciales, igual que hoy intentó zafarse de la etiqueta de “moderado” que le imponen muchos de sus correligionarios. “Soy un conservador. He gobernado este estado como un conservador, y creo que eso ha llevado a que algunos estén en desacuerdo conmigo en este estado. La diferencia es que no he tratado de esconderlo, o enmascararlo como otra cosa”, señaló Christie en una entrevista con la cadena CNN.

Sus duras recetas para rebajar el desempleo y equilibrar el presupuesto estatal le han valido la admiración de todo el partido, si bien el ala más conservadora sigue sin perdonar su aparición junto al presidente Barack Obama, seis días antes de las elecciones de 2012, cuando el huracán “Sandy” azotó la costa este. “Ha sido maravilloso trabajar con el presidente. Su administración lo ha coordinado todo con nosotros”, señaló entonces Christie a la cadena MSNBC.

Un año después del paso de “Sandy”, muchos ven al huracán como el momento definitorio de Christie, el que transformó su imagen en ocasiones brusca o pendenciera en la de un ciudadano de a pie que lloraba con sinceridad los daños a “la costa de su juventud”, como la definió en una ocasión en su cuenta de Twitter. Su persistencia durante la lenta reconstrucción le valió el apoyo de los votantes independientes y fue aproximándole a la reelección hasta llegar a la campaña con una clara ventaja frente a la demócrata Barbara Buono, prácticamente abandonada por los pesos pesados de su partido en unos comicios que daban por perdidos.

Fuente: EFE