Presentamos las diferentes visiones y una reflexión sobre la posibilidad de reconocer los cuerpos de los caídos en las islas que todavía permanecen sin identificar, un tema que es causa nacional. Escribe Héctor Tessey (Capitán (R) del Ejército Argentino. Veterano de Guerra de Malvinas).
Nuestros caídos se encuentran en el fondo del Océano Atlántico, en el territorio continental y en suelo malvinense. De los 649, hay constancias de que 123 aún no han sido identificados y yacen en el Cementerio de Darwin, en tumbas cuyas lápidas rezan “Soldado argentino solo conocido por Dios”, cuando en verdad debiera figurar “Soldado argentino conocido por sus camaradas que le dieron sepultura” y que los británicos al no respetar la Convención de Ginebra los convirtieron en “solo conocido por Dios”. No importa dónde ni cómo cayeron, porque en ese momento ingresaron en la historia grande de nuestra Patria. Sus familiares-deudos, entendieron y tomaron conciencia de tal circunstancia.
Entraron en la historia grande argentina, porque los 649 caídos lo hicieron por dos cuestiones básicas y fundamentales: 1) cada uno de ellos juró “seguir constantemente a su bandera y defenderla hasta perder la vida”, y 2) marcharon y combatieron porque creyeron en la causa que defendían y se auxiliaron de la fe en Dios. Civiles y militares, soldados conscriptos y soldados profesionales. Este es el “por qué”. El “cómo” lo hicieron es otra historia.
Todos los caídos tienen nombre y apellido, un destino, un jefe, un compañero y una circunstancia de vida y de muerte únicas. Sus restos son la guardia de honor de nuestro reclamo soberano sobre los espacios nacionales que defendieron y por los que cayeron, creyendo en lo justo de la causa y en la honorabilidad y heroísmo de sus acciones. A ninguna madre (corporizo en ellas a todos los familiares) se le puede decir que su hijo tuvo una muerte sin sentido, porque no lo ha sido, porque ella no lo va a creer, ni a aceptar. Porque la madre entregó su bien más valioso (su hijo) y el soldado, su bien más preciado, su vida, y ambos lo hicieron por una causa nacional.
Si bien el cementerio original sirvió para el entierro de los caídos en la cercana batalla de Pradera del Ganso, librada entre el 27 y el 29 de mayo en el istmo de Darwin, al Después de la primera sesión del III Seminario “La Cuestión Malvinas”, que trató la posibilidad de reconocer los cuerpos de los caídos en las islas que todavía permanencen sin identificar, presentamos aquí las diferentes visiones y una reflexión sobre un tema que es causa nacional. finalizar el conflicto, las autoridades militares británicas inhumaron allí a 218 soldados argentinos, algunos de los cuales se encontraban en tumbas colectivas, y restos humanos de los campos de batalla en distintos puntos del archipiélago. Después del conflicto, el Reino Unido se ofreció a enviar los cuerpos a la parte continental argentina, pero los familiares de los caídos se negaron, argumentando que “no hay nada que repatriar, porque están en su patria”.
Ante la firme negativa, se dispuso la instalación de un cementerio ad hoc, cuya ubicación se vio condicionada al requerimiento de los isleños: que las cruces no pudieran ser divisadas desde las cercanas localidades de Puerto Darwin y Pradera del Ganso. Por eso, está dentro de una peque- ña hondonada, fuera de la vista de los malvinenses. Aquellos restos fueron enterrados individualmente con todos los honores militares y una misa cristiana.
Desde la declaración conjunta de la Argentina y el Reino Unido del 14 de julio de 1999, los familiares de los caídos son responsables del cementerio. También se permitieron los viajes de familiares a las islas y la construcción de un monumento. El cementerio tiene un cenotafio que incluye una imagen de la Santa Patrona de la Argentina, la Virgen de Luján. Fue diseñado, construido por la Comisión de Familiares de Caídos y financiado por el empresario Eduardo Eurnekián.
DIFERENTES POSTURAS
En relación al tema y a propósito de una campaña mediática tendiente a instalar una versión acerca de la necesidad de identificar los restos que suscitó controversias entre organizaciones de Veteranos de Guerra y otros actores y sectores, quiero destacar que el Presidente de la Nación, el 2 de abril pasado, en ocasión de conmemorarse el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, invitó a la quinta de Olivos a representantes de organizaciones de Veteranos de Guerra y Familiares. En ese evento, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, se refirió a la polémica respecto de la identificación de los restos de los argentinos enterrados en el cementerio de Darwin sin identificar: “Junto con la Canciller conversamos sobre el tema de la identificación de los restos. Para nosotros no hay ninguna posibilidad de considerar a los cuerpos que yacen allí como NN. No hay que usar esto políticamente, la identificación se hará previa autorización de los familiares y con todas las garantías de los protocolos de Cruz Roja y del grupo de antropólogos forenses. Sabemos quiénes son los 649 héroes. No son NN, definitivamente”.
En este contexto, en la primera sesión del III Seminario “La Cuestión Malvinas” que se desarrolla en la Facultad Regional La Plata de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), se convocó a todas las partes vinculadas, según nuestro leal saber y entender, con la identificación de los restos de los 123 caídos sin identificar que se encuentran en el Cementerio de Darwin.
¿Por qué esa convocatoria? Porque es un tema central que reúne todos los aspectos referidos a la Causa y a la Cuestión Malvinas. Máxime porque, en esos momentos se estaban llevando a cabo, desde diversos sectores, acciones conducentes a tal propósito identificatorio, aunque cada uno, con sus propias dinámicas, intereses y enfoques. Por eso consideramos apropiado un ámbito académico y neutral para intentar descifrar los avatares que se sucedían y para intentar entender si se trataba de “restos del pasado” (tal el título de la convocatoria) o, más bien, en “restos del futuro”. La controversia instalada en los medios, a raíz de este tema, gira alrededor de dos posiciones definidas: 1) La que sostiene que cada uno de los 123 caídos no son NN sino héroes de carne y hueso con nombre, apellido e historia. 2) La que sostiene que los restos sin identificar pertenecen a NN, bajo el lema “Identidad a los 123 NN de Malvinas”. Esta segunda postura se sustenta en relacionar lo actuado en las islas por los integrantes de las FFAA, por similitud a lo ocurrido en el continente bajo los años de terrorismo de estado, argumentando que los soldados conscriptos en Malvinas fueron la continuidad de los desaparecidos en el continente y que los oficiales torturaron a dichos ciudadanos bajo bandera, como lo hacían en la represión contra la población civil argentina.
Para ello, se invitó a un representante de la subsecretaria de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur (se disculpó por no concurrir); al subsecretario de Asuntos Políticos del Ministerio de Interior (concurrió); a un miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense, EAAF (concurrió); a la presidenta de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur (concurrió), a un miembro de la Confederación Nacional de Combatientes de Malvinas (concurrió); al doctor Enrique Aramburu, especialista en Derecho Internacional Humanitario (concurrió); a un representante del CECIM, Centro de Excombatientes de las Islas Malvinas (no respondió a la invitación, ni concurrió), a un miembro de la Comisión Provincial por la Memoria, Paz y Soberanía-Provincia de Buenos Aires (su protesorera argumentó su inasistencia por vía privada); al premio Nobel de la Paz, Dr. Adolfo Pérez Esquivel (se disculpó por no concurrir); a un miembro de la Fundación No Me Olvides (se disculpó por no concurrir y quedaron abiertos a una próxima convocatoria); a la periodista Natasha Niebieskikwiat, por ser conocida su intervención sobre el tema de referencia (no concurrió); y a medios de prensa: La Nación, Clarín, Crónica, Infobae (ninguno concurrió) y Revista DEF.
Lamentando las inasistencias, se llevó adelante el encuentro en el que cada parte expresó sus puntos de vista.
LO QUE SE DIJO
• El Lic. Julio Postiglioni (Ministerio del Interior) estuvo de acuerdo con la realización del encuentro y manifestó la disposición del organismo a su cargo para la contribución plena a los temas relacionados con Malvinas, conforme lo establece el Decreto 148/17, desde la óptica de que los restos a identificar corresponden a la categoría de “caídos en combate” y no a “NN”.
• El EAAF, que trabaja en nuestro país y en el exterior en la identificación de identidades personales y causas de muerte (Lic. Carlos Somigliana), expuso con claridad supina las tareas que deberán llevarse a cabo, junto a la Cruz Roja, para proceder a la identificación de los restos, con las máximas garantías de preservación, respeto, honra y calidad científica, junto con los resguardos judiciales y afectivos a preservar en cada caso particular. Citó que se había culminado el proceso de entrevista y extracción de muestras de los familiares, obtenida la aprobación del procedimiento en la mayoría de ellos; que era importante advertir que la identificación era posible pero no segura debido, entre otros factores, a las condiciones climáticas y de suelo en las islas; y que el proceso de identificación suele desencadenar nuevos interrogantes que dejan atrás las posturas contrapuestas para dar lugar a miradas más complejas sobre el proceso identificatorio y sobre lo ocurrido en 1982.
• El Dr. Enrique Aramburu repasó las cuestiones previstas en los Convenios de Ginebra, referidas a protección de civiles, prisioneros de guerra y fallecidos (civiles y militares) en zonas de conflicto, que inciden directamente en el tratamiento de los restos a identificar. Desde el punto de vista del Derecho Internacional Humanitario, estos restos no pueden ser considerados NN, ya que han sido tratados, si bien con graves desprolijidades, conforme lo previsto para el caso de fallecidos enterrados en cementerios de guerra, en tiempos de guerra y a posteriori de los conflictos. Entendiendo, además, que en las zonas de guerra no tienen vigencia los Derechos Humanos, sino el Derecho Internacional Humanitario. Tanto la República Argentina como el Reino Unido habían aceptado y refrendado en sus respectivos parlamentos, con anterioridad al conflicto, la convención citada.
• La Presidente de la Comisión de Familiares, Fernanda Araujo, expuso la posición de la organización, expresando que los restos tienen nombre, apellido e historia, y que cada uno de los caídos concurrió al conflicto convencido de lo que había que hacer en defensa de la Patria.
• El representante de la Confederación de Combatientes de Malvinas, expuso su posición contraria a la calificación como NN, ya que, sostuvo, los soldados conscriptos cumplieron con su deber y, si bien pudieron haberse cometido algunos abusos de autoridad por parte de algunos oficiales y/o suboficiales contra soldados, lo ocurrido en 1982 en las Islas no puede ser comprendido en los términos del terrorismo de Estado; no hubo “desaparecidos” en las islas sino, en todo caso, “desaparecidos en acción de combate” y soldados que combatieron por su Patria. Finalmente, destacó que el tema de la identificación de los restos es muy sensible a los familiares, y debe ser privativo de cada uno en su intimidad, sin politizar ni ideologizar un asunto tan delicado que afecta a la Causa Malvinas, lo cual podría llegar a lesionar las bases de la Cuestión Malvinas.
Como corolario del encuentro académico puede decirse que:
• Conforme el marco legal vigente, no puede considerarse que en las Islas se hayan cometido violaciones a los derechos humanos, razón por la cual, es imposible la existencia de desaparecidos y por lo tanto de NN.
• Conforme lo expuesto por la Comisión de Familiares de Caídos que sostiene que los restos tienen nombre, apellido e historia, por lo que no son NN, lamenta la politización de este asunto tan delicado y que debe ser reservado al ámbito íntimo y privado de cada deudo.
• Conforme al registro y lo expuesto, la Comisión Nacional de Excombatientes considera que no hay a la fecha restos de NN y se pone a disposición para colaborar en dilucidar esta cuestión.
• La Confederación de Combatientes de Malvinas sostiene que cada uno de los caídos es un héroe con nombre y apellido y que en las islas no se produjeron actos relacionados con el terrorismo de Estado ni con un genocidio, no existen NN. Lamenta profundamente que esta cuestión haya sido ideologizada y politizada, debido a intereses que no alcanza a identificar, pero que son contrarios al sentir nacional y al proceso de unión nacional a través de la malvinización, ya que Malvinas debe ser prenda de unión nacional. Por último, a título personal y como columnista invitado, concluyo lo siguiente:
• El encuentro se llevó a cabo como forma de brindar un marco adecuado y una oportunidad de expresar las posiciones en este tema tan delicado y de aclarar aquellas cuestiones que pudieran permanecer en desconocimiento del público en general;
• Cada expositor era un entendido en la materia y transmitía la posición prevaleciente en el ámbito u organismo en el cual se desempeñaba;
• Las ausencias privaron a la audiencia y a los demás expositores la posibilidad de atender a y participar en un diálogo basado en argumentos fundados que permitieran construir un medio para superar antinomias simplistas y encontrar coincidencias en un marco democrático de respeto humanitario y libertad de opinión;
• La politización de cuestiones reservadas al ámbito íntimo de los deudos violenta los deseos de las familias acerca del destino de sus parientes enterrados de manera aleatoria y apresurada por parte del Reino Unido, y avasalla los derechos que dice respetar;
• La utilización de la guerra de Malvinas con fines políticos sectoriales que pretenden igualar el terrorismo de Estado, la Causa y la Cuestión Malvinas desnaturaliza la única prenda de unión nacional y debilita la solidez monolítica de un reclamo territorial justo y pendiente de la República Argentina;
• Una Universidad de gestión pública y gratuita pudo brindar, a través de la Cátedra Libre “Malvinas Argentinas”, un marco académico y neutral para debatir todos aquellos aspectos vinculados a Malvinas, Causa y Cuestión, aún relativos a materias de extrema sensibilidad.
Acaso por todo esto podríamos preguntarnos si los restos de nuestros compatriotas caídos en las Islas Malvinas en 1982 no podrían convertirse en los “restos del futuro”, en aras de sostener y potenciar las acciones tendientes a la unión de los argentinos, detrás de una Causa Nacional: Malvinas.