El país trasandino atraviesa de uno de los momentos más difíciles de sus historia desde su retorno a la democracia. ¿Cuáles fueron los motivos que desataron esta situación?

Chile vive horas de extrema tensión. Pese a las seis medidas anunciadas por el presidente Sebastián Piñera, que incluyen una agenda de recomposición para los salarios y las reformas del sistema previsional y de salud, el estado de crispación no cesa y son varios los que apuntan a que la crisis podría no tener retorno debido a la violencia que se respira en las calles del país trasandino.

“La sociedad se encuentra muy vulnerable ante la volatilidad económica. La clase media emergente puede caer rápidamente en la pobreza si alguno de sus integrantes pierden el laburo”, explica con bastante claridad Jose María del Pino, un periodista de BioBio Chile, al mismo tiempo que reconoce que se debe construir un pacto social que contemple la dignidad de los ciudadanos a través de justicia en el acceso a derechos sociales mínimos para desarrollarse.

Es que el estallido del viernes pasado, que tuvo origen tras el anuncio de la suba del boleto de subte, pareciera esconder una sensación generalizada de hastío que se viene incubando a lo largo de estos 29 años de democracia. “Hay cierto consenso en varios analistas y politólogos de que esto le podría haber explotado en la cara a cualquiera”, sostiene Del Pino sin quitarle responsabilidad al actual mandatario y a su administración por los “cambios erráticos” de rumbo en materia económica y social.

Sue, una ingeniera de Ñuñoa –una comuna ubicada al norte de Santiago–, cuenta que “el empleo está cada vez más precario, con una tasa de desempleo importante, entonces familias que estaban saliendo o salieron de la pobreza, ahora ya entraron o están a punto de ingresar a ella”. Además, agrega que los reclamos encuentran fundamentos en que “el 25% de la totalidad de los ingresos se lo lleva el 1% más rico, que además, está asociado con el poder político. Entonces, los beneficiados siempre son los mismos”.

Las imagen de las protestas en La Florida, Santiago, se reproducen en todo el país. Foto: Kamako Matua.

Son varios los ciudadanos que expresan su malestar diciendo que el costo de vida en Chile es demasiado alto para los ingresos que perciben. “Para vivir en este país lo mínimo que necesitas son 1000 dólares, mientras que el salario mínimo quedó en 400 y las pensiones están en el orden de los 600”, relata Sue con angustia al mismo tiempo que sueña con un país con mayor igualdad. 

Del Pino agrega que otro de los detonantes de la situación se puede deber a que nunca se adelantó la suba del salario mínimo prevista para marzo 2020. “Este aumento estaba previsto desde hace un año y medio atrás, así que no se entendió porque no hubo una rápida reacción para anunciar su adelantamiento”, expresó y sostuvo que los ciudadanos no desconocen el progreso del país en materia macroeconómica, pero que el descontento radica en que no ven reflejado ese desarrollo en su vida cotidiana. 

“En los últimos años hemos sido testigos de colusiones, fraudes y estafas, por parte de empresarios, que se han castigado con multas irrisorias que no representan ni el 20% de lo que recaudaron con esas maniobras”, dice con fastidio Rodrigo, un hombre chileno y padre de cuatro hijas, que se dedica al mundo de la tecnología. “Ahora, debemos definir un propósito de país con un modelo que nos satisfaga y haga de todos una sociedad más equitativa y orgullosa por ello. Pero, esto no puede ni debe ser definido por la actual dirigencia debido a su probada falta de probidad y decencia”, responde cuando es consultado sobre cómo cree que la situación pudiera enderezarse.

El estallido del viernes pasado, que tuvo origen tras el anuncio de la suba del boleto de subte, pareciera esconder una sensación generalizada de hastío que se viene incubando a lo largo de estos 29 años de democracia. Foto: Kamako Matua.

En las últimas horas, un documento del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile difundió un informe que cuenta con observaciones –realizadas en comisarías, hospitales y manifestaciones– y cifras en materia de detenciones, heridos y muertos durante las movilizaciones que tuvieron su origen el 18 de octubre y continúan al día de la fecha.  

El reporte oficial del organismo

Fuente: Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile