
La recomposición de los valores de adquisición del biodiesel y el etanol, que dispuso la Secretaría de Energía, abre una luz de esperanza en el sector de los biocombustibles. Por Mariano Roca
La necesidad de contener los precios internos de las naftas y el gasoil para evitar su impacto inflacionario perjudicó a los productores locales de biocombustibles, que han vivido un año muy complicado. El segmento afectado, en rigor, es el de las pymes que abastecen al mercado local para cumplir con la mezcla obligatoria con biodiesel y etanol, en vigencia desde 2010.
La situación no es nueva. En agosto de 2019, luego de la derrota electoral de Mauricio Macri en las PASO, la Secretaría de Energía -entonces conducida por Gustavo Lopetegui- anunció un congelamiento por 90 días de los precios de los combustibles, lo que implicaba que los valores del biodiesel y el etanol tampoco pudieran ser actualizados durante ese período. Vencido ese plazo, se autorizó un aumento del 6% en el etanol de caña de azúcar y del 8% en el biodiesel y el etanol de maíz, pero no fue suficiente para atender las necesidades del sector.
EN BÚSQUEDA DE UNA SOLUCIÓN PARA EL SECTOR
En enero del año pasado, la Liga Bioenergética -que agrupa a distintas cámaras productoras de biocombustibles- denunció la “errática política” que había implementado el gobierno de Cambiemos, el “nulo control de la aplicación de la ley” y “un marcado desinterés oficial respecto del tema”. Al mismo tiempo, exigía al nuevo gobierno de Alberto Fernández y a su ministro de la Producción, Matías Kulfas, soluciones para “cuidar las fuentes laborales, el ambiente y el federalismo”. Sin embargo, con el estallido de la pandemia y la retracción de la demanda durante los meses del aislamiento social obligatorio, la situación siguió deteriorándose. Salvo un pequeño incremento en octubre pasado, los precios de adquisición de biocombustibles destinados al corte obligatorio se mantuvieron prácticamente inalterados hasta enero de 2021.

Recién con la llegada del nuevo año, la Secretaría de Energía, ahora a cargo de Darío Martínez, estableció un cronograma de aumentos escalonados, que irá de enero a marzo, en el caso de los precios de adquisición del biodiesel; y, de enero a mayo, en el del etanol elaborado a base de caña de azúcar y de maíz. Como contrapartida, en el caso del biodiesel se redujo el corte obligatorio con gasoil -hasta ese momento, del 10%- al 5% en enero, al 6,7% en febrero y el 8,4% en marzo. Recién en abril se volverá a la mezcla de cada litro de gasoil con un 10% del biodiesel.
PRECIOS DE MERCADO
El incremento en el valor del etanol ronda el 30% -al pasar de 32,79 a 43,6 por litro- y trae cierto alivio a los productores. Así lo reconoció el Centro Azucarero Argentino: “Esta recomposición es de fundamental importancia para la sostenibilidad económica de la actividad azucarera, principal motor productivo del noroeste argentino y con un empleo directo de 60.900 personas en campo e industria”. “Con este nuevo escenario, la industria sucroalcoholera dispone de un mejor panorama para llevar adelante las inversiones en el aprestamiento de las fábricas a la que está abocada para la zafra 2021, que comenzará en mayo próximo y en la que espera aprovechar toda su capacidad instalada para la producción de bioetanol”, agregó esa cámara sectorial.
Por su parte, la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer) sostiene que, en lo que respecta al biodiesel, el aumento no es suficiente y no permite cubrir los costos de producción. Si bien el incremento por tonelada alcanza el 59% -al pasar de 48.533 a 77.300 pesos-, el titular de Casfer, Juan Facciano, sostuvo, en declaraciones públicas, que aún “no permite cubrir el valor de la materia prima, el aceite de soja, que es el responsable del 85% del costo de producción y que, en los últimos diez meses, aumentó un 21% en dólares”.
Mientras tanto, se espera que la Cámara de Diputados dé sanción definitiva a la prórroga del régimen promocional, vigente desde abril de 2006 y que permitió regular el sector durante los últimos quince años. A finales de octubre, el Senado había dado media sanción al proyecto para mantener, hasta el 31 de diciembre de 2024, el régimen de promoción a la radicación de industrias productoras de biocombustibles.
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