A partir del 1° de enero de 2014, búlgaros y rumanos son libres de vivir y trabajar en cualquiera de los 28 países de la Unión Europea (UE), sin necesidad de solicitar permiso de trabajo.
El cambio ha causado alarma en los países más ricos de la UE, donde la prensa y políticos de extrema derecha han dicho que la gente debe prepararse para una invasión de europeos del sur que les quitarán los empleo a los residentes, colapsarán los servicios públicos y se aprovecharán del estado del bienestar.
“¡Beneficios británicos aquí vamos! Temores ante el inicio de la inundación de inmigrantes”, tituló el diario Daily Express el miércoles.
Con las elecciones del Parlamento Europeo en mayo, el recelo sobre el “turismo por beneficios” ofrece municiones a partidos de extrema derecha como el Frente Nacional de Francia, el Partido Libertad de Holanda y el británico Partido Independencia del Reino Unido.
Buscando calmar el debate, el comisario de Empleo de la UE Laszlo Andor dijo que ya había más de 3 millones de búlgaros y rumanos viviendo en otros países de la UE, y que era improbable que el número aumente en gran medida al terminarse las restricciones.
“Creo firmemente que restringir el libre movimiento de trabajadores europeos no es la respuesta al alto desempleo ni una solución a la crisis”, dijo, en referencia a los problemas económicos de la UE tras el desastre financiero mundial de 2008.
La eliminación de las restricciones era la noticia principal de casi todos los medios británicos el miércoles, con reporteros en los aeropuertos entrevistando a los viajeros que llegaban desde Bucarest o Sofía.