La compañía mendocina desarrolla tecnología de punta para el sector nuclear, hidroeléctrico e hidrocarburífero, además de ser la única empresa latinoamericana que diseña y fabrica aerogeneradores.
Fundada en 1907 por el inmigrante italiano Enrique Epaminondas Pescarmona, en sus 113 años IMPSA ha logrado superar a los altos y bajos que han caracterizado a la economía de nuestro país. Su batalla más reciente fue el exitoso cierre del proceso de reestructuración de su deuda en mayo de 2018 que, hoy, le permite afrontar nuevos retos tanto a nivel local como internacional. Además, sin descuidar su rol activo en la comunidad y con un enfoque de género, se propone acercar a las mujeres al mundo de la ingeniería, un área tradicionalmente dominada por varones.
Tal como explicaron, la robótica es una de las ramas del aprendizaje que buscan fomentar entre los jóvenes. “Buscamos interactuar y articular permanentemente con el ámbito académico, que es la manera de acercar herramientas a los chicos para que aprendan y se interesen en el tema, y nos permite a nosotros conocer sus necesidades y colaborar en sus estudios”, señalaron.
Un equipo periodístico de DEF visitó su centro de desarrollo tecnológico, en la localidad mendocina de Godoy Cruz, y fue testigo de su la excelencia de sus productos y de la calidad de su personal.
Cuatro décadas en el sector nuclear
Un ámbito en el que supieron obtener una merecida reputación, y en el que ha estado presente desde hace 40 años, es la industria nuclear. “Somos la única empresa argentina que cuenta con la certificación ASME-N para el diseño y fabricación de componentes nucleares clase 1”, explicó a DEF el ingeniero Juan Carlos Fernández, CEO de IMPSA.
Actualmente, luego de su participación en la extensión de vida de la Central Embalse, se encuentran involucrados en el proyecto CAREM, liderado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), lo cual permitirá la construcción del primer reactor modular de baja potencia 100% desarrollado en Argentina. El prototipo de este desarrollo pionero de nuestro país se ubicará en la localidad bonaerense de Lima, en un predio adyacente a las centrales Atucha I y II.
En Embalse, que volvió nuevamente a producir energía el año pasado luego de su renovación y repotenciación, la compañía tuvo a su cargo la construcción de los cuatro nuevos generadores de vapor, componentes claves de la central, que reemplazaron a los anteriores. En la cadena de valor de su fabricación, participó un equipo de 100 profesionales integrado por ingenieros, técnicos, operarios y profesionales de higiene y seguridad laboral de veinte pymes argentinas. En el CAREM, el aporte de IMPSA será clave para el diseño, la fabricación, el transporte y el montaje del recipiente de presión, proyecto en el que se desempeña un grupo interdisciplinario integrado por más de veinte técnicos e ingenieros especializados.
Yacyretá: la turbina número 200
Otro gran reto que tienen por delante es el recambio de seis de las veinte turbinas de la central hidroeléctrica Yacyretá, que están siendo reemplazadas a la mitad de su vida útil debido a problemas en el diseño original. También precisaron que, su diseño, está “basado en inteligencia artificial diseñada por la propia compañía, que ha permitido lograr una de las mayores eficiencias del mercado mundial”. La primera de esas seis turbinas Kaplan, que fue transportada a Yacyretá en octubre del año pasado en un operativo sin precedentes, demandó 80.000 horas hombre de trabajo, que incluyeron el diseño hidráulico, el ensayo de modelo, la ingeniería, las compras, la fabricación, el gerenciamiento, la supervisión de montaje y la puesta en marcha de la misma. Se trata de la turbina hidroeléctrica número 200 desarrollada por la empresa mendocina. El 85% de estos equipos se exportó y tuvo como destino más de 20 países en todo el mundo.

Mientras tanto, en nuestro país, IMPSA ganó la compulsa de precios para el proyecto hidroeléctrico sanjuanino El Tambolar, que contempla la provisión de dos turbogrupos Francis de 35 megavatios y de equipos hidromecánicos, así como también el montaje y la puesta en marcha de la central. Este aprovechamiento, emplazado sobre el río San Juan, contará con una potencia instalada de 70 megavatios, brindará trabajo a 1200 personas y se estima que, una vez en funcionamiento, provea de energía limpia a más de 100.000 sanjuaninos.
Tecnología hidroeléctrica for export
Fuera de nuestras fronteras, la empresa entregó el año pasado en Brasil tres turbinas Kaplan de 103 megavatios, reguladores de velocidad y el sistema de excitación, con destino al aprovechamiento hidroeléctrico Colíder, en el Mato Grosso. Estos equipos fueron diseñados, fabricados y transportados por ellos, que tuvieron a su cargo la supervisión del montaje y su puesta en marcha. En el continente africano, mientras tanto, se encuentran participando en la licitación de una de las centrales hidroeléctricas más importantes del mundo, en Tanzania, y de ganar la licitación, debería proveer el diseño y la fabricación de nueve turbogrupos Francis de 234 megavatios para la represa de la Garganta de Stiegler.
“Estos proyectos representan una gran oportunidad para exportar nuestra tecnología al mundo y continuar apostando por la reactivación de la industria nacional mediante la generación de empleo y divisas”, manifestó Fernández, al tiempo que destacó que también están participando en otras dos licitaciones, una de ellas en Pakistán y otra en Malasia, donde ya participaron en el pasado en la provisión del equipamiento hidro-electro-mecánico de cuatro turbogrupos destinados a la central Bakun -en la isla de Borneo-, la de mayor eficiencia a nivel global.
Vaca Muerta, energía eólica y nuevas tecnologías
IMPSA ha tenido, a lo largo de su historia, una labor destacada en el ámbito de los hidrocarburos. Fue uno de los jugadores más importantes de esa industria durante 35 años, pero estuvo ausente en los últimos 15. “Hoy Vaca Muerta podría abrir un mercado potencialmente importante y nos hemos preparado para formar parte de él”, expresó Fernández, al tiempo que puntualizó que estuvieron trabajando en distintos proyectos como proveedor de YPF, entre ellos la entrega de una torre desoxigenadora para el yacimiento Barrancas, en Mendoza, y la reciente fabricación de un separador de frío de 12 metros de largo entregado a Río Negro.
Otra rama en la que la empresa mendocina ha picado en punta dentro es el del diseño y fabricación de aerogeneradores de alta potencia, suministrando equipos a distintos proyectos en Argentina y Brasil a través de su división IMPSA Wind. Un ejemplo emblemático ha sido el parque eólico Arauco, ubicado en la provincia de La Rioja, inaugurado en 2011 y que hoy cuenta con una potencia instalada de 102,4 megavatios. “Hoy se encuentran instalados en ese parque eólico equipos correspondientes al nuevo aerogenerador IWP 100 de dos megavatios de potencia y 103 metros de diámetro de rotor”, explicaron.
También se está trabajando, paralelamente, en las nuevas tecnologías aplicadas al sector energético. En ese sentido, Fernández detalló: “Contamos con un área conformada por un equipo de especialistas en inteligencia artificial. Casos concretos de desarrollos con algoritmos genéticos, lógica difusa y redes neuronales nos han permitido optimizar procesos de producción, lograr diseños más competitivos y desarrollar nuevos productos requeridos en diferentes áreas de la producción energética. En ese contexto, presentamos en 2019 en EE.UU. un software propio desarrollado en base a redes neuronales artificiales para la verificación estructural de componentes nucleares.