Con el 62,15% de los votos, arrasó en la segunda vuelta y volverá al poder en 2014, con una ambiciosa agenda de reformas sociales.
El fuerte respaldo del electorado es un aliciente para Bachelet, que no tendrá en el Congreso la sólida mayoría necesaria para llevar adelante algunos de los cambios prometidos y deberá demostrar cintura para tejer alianzas con la oposición.
La abstención estimada en un 59 por ciento no parece haber sido un obstáculo para la líder socialista, a pesar de que le jugó una mala pasada en la vuelta inicial el mes pasado de las primeras elecciones con voto voluntario.
La popular socialista obtuvo un 46,7 por ciento de los votos en la primera vuelta de noviembre y según analistas no debería tener problemas para superar nuevamente a Matthei, quien logró un 25,03 por ciento.
Bachelet capitalizó el descontento con las políticas sociales del presidente Sebastián Piñera, un multimillonario conservador.
Tras votar en la mañana del domingo en Santiago, Bachelet llamó a sufragar para decidir “el Chile en el que queremos seguir viviendo (…) y de esa manera hacer los cambios que el país requiere”.
“Desde el escepticismo no se producen los cambios que necesitamos”, dijo la médica de 62 años, aludiendo a la posibilidad de que en segunda vuelta se produzca una mayor abstención.
Bachelet ha prometido revolucionar la educación pública en esta nación de 16,6 millones de habitantes, una mejora que financiará aumentando los impuestos a las empresas.
Una victoria de Bachelet no representaría un giro radical hacia la izquierda ni tampoco un cambio en el rumbo de la sexta mayor economía de América Latina. Su coalición, que abarca desde democratacristianos hasta comunistas, gobernó Chile durante 20 años tras el final de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990.
Matthei corría con la desventaja de haber entrado tarde a la carrera presidencial. Según analistas, la candidatura de la ex ministra de Trabajo sufrió también por culpa del desgaste de Piñera.
El nivel de ausentismo fue superior al 50 por ciento en las primeras elecciones con voto voluntario en Chile.