Más allá de su diabólica propaganda y su barbarie, el Califato proclamado en julio de 2014 por el ISIS de Abu Bakr Al-Baghdadi, continúa en franco avance. La opinión de Omar Locatelli / Especial para DEFonline
Las acciones de la coalición formada por 64 países, liderados por EE.UU. y comandados por el general John Allen, han ocasionado solo retrocesos parciales, consistentes en la eliminación de comandantes territoriales de ISIS y retrocesos en lugares fronterizos claves (Kobane, en la frontera sirio-truca), que no han disminuido sus acciones sino que han enfebrecido sus futuros objetivos. Tanto han enfervorizados su accionar que el mismo Abu Bakr Al-Baghdadi expresó como respuesta que “han hecho entrar en erupción los volcanes de la yihad en todas partes “.
El regreso de EE.UU. Irak estuvo marcado por el arribo de sus tropas y equipos el 31 de diciembre de 2014 a la base aérea de Al Asad en la provincia de Ámbar (Irak), con la intención de formar a 5.000 reclutas iraquíes cada seis semanas para ser empleados a partir de mediados de febrero (nueve brigadasd iraquíes y tres kurdas, que no excederán los 24.000 efectivos). La intención del Centro de Comando de EE.UU. era una ofensiva sobre Mosul, segunda ciudad del país, aún no concretada por la necesidad de una mayor cantidad de controladores para los Ataques Terminales Conjuntos (JTAC en inglés).
Los últimos atentados de ISIS en Arabia Saudita, en Kuwait y en la propia Turquía dan cuenta de su avance sigiloso y del cumplimiento de las etapas mencionada en su libro “el Manejo del Salvajismo”. La permanente influencia propia en el conflicto de Yemen, en el de Libia, a través de Ánsar al-Sharia y el atentado al Museo Nacional del Bardo en Túnez, a través de Uqba bin Nafa, muestra a las claras que el movimiento cumple su promesa de amedrentar al mundo para mostrar la evolución de su poderío.
¿Habrá llegado el momento de recrear una coalición similar a la que frenó el segundo sitio de Viena el 11 de septiembre de 1683? La reunión del 15 de mayo de 2015 entre el presidente Obama y los líderes del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) en Camp David tuvo en agenda: el acuerdo nuclear entre Irán, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania (P5 + 1), el terrorismo y los Estados fallidos (Yemen, Siria, Iraq y Libia) y el valor del diálogo.
Barack solicitó el 11 de febrero de 2015 al Capitolio una autorización formal para luchar contra el Estado Islámico, en la que prohibía el uso de “fuerzas terrestres ofensiva perdurables” y que limitaba su participación a tres años. Esto adquiere relevancia internaiconal, más aún si se concreta el pedido del Ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, a su par John Kerry, a quien propuso en septiembre mantener una reunión “de militar a militar” para minimizar el riesgo de confrontación en un escenario entre ambos países.
Últimos disparadores de la crisis
El 26 de julio de 2015, el presidente sirio Bashar al-Assad, en una admisión sorprendente, dijo que su ejército, por una escasez de personal (disminuido de 300 a 150 mil efectivos), ha cedido algunas áreas a los rebeldes con el fin de aferrarse a otras regiones consideradas más importantes. No obstante su discurso televisado desde Damasco, no pudo ser visto por muchos sirios debido a la falta de electricidad en muchas áreas. La realidad indicaba en esa fecha que su gobierno controlaba solamente un 18% del territorio, reducido a una franja costera (en manos alawitas) de los puertos de Latakia y Tartus, además de los principales barrios de su capital Damasco. La ciudad de Homs que vincula ambos sectores del noroeste y sureste del país, a través de su autopista M5, se encuentra amenazada a partir del 20 Jul cuando ISIS ocupó las instalaciones de la Brigada 67, responsable de la seguridad de la ciudad. La finalidad de ese movimiento es controlar el ingreso de combatientes de Hezbollah desde Líbano, frontera cercana a Homs. Además, a partir de julio se desprendieron del grupo rebelde sunita Al-Nusrah diversas formaciones bajo el nombre de Jaysh al Fateh -Ejército de la Conquista, que se unieron a ISIS, para controlar las fronteras oeste y sur con Líbano, preocupando e incrementando el alistamiento de Israel en ese sector.
Al respecto, el nuevo Ministro de Defensa israelí, Moshé “Buggy” Yalom, logró que se aprobara una nueva organización de sus divisiones (presupuesto mediante) dividiéndolas en territoriales, preparadas para accionar en sus fronteras, y multi-función, preparadas para todo tipo de acciones convencionales fuera de sus fronteras.
Por su parte, el 27 de julio pasado Turquía y EE.UU. acordaron un plan para operar aviones de guerra de EEUU, en apoyo a los rebeldes sirios y a las fuerzas turcas para atacar al ISIS en una franja de 96 kilómetros en el norte de Siria a lo largo de la frontera con Turquía, de manera de asegurar el apoyo a los rebeldes y establecer una Zona Libre de ISIS, denominada “Zona de No Vuelo”, cercana a la ciudad de Aleppo (casi totalmente en manos rebeldes). La finalidad de la misma es aislar una de las fronteras más permeables de Turquía, impidiendo así el acceso de terroristas para engrosar las filas de ISIS y asegurar el control de desplazados y refugiados en su fuga de Siria. El único inconveniente es que el gobierno sirio nunca fue notificado y que considera que se utilizará, más que contra ISIS, para atacar a las tropas gubernamentales sirias. La otra preocupación de la coalición es que Turquía ataque además a las tropas kurdas del PKK en el denominado territorio del Kurdistán.
Casi como una respuesta, a principios de septiembre, Siria anunció la recepción de seis aviones de combate rusos MIG 31 (sobre un total de 8) aduciendo Rusia un acuerdo anterior al inicio de su conflicto en 2011 donde se había acordado esa entrega, además de vincularse como uno de sus principales proveedores de armamento.
También como respuesta de EE.UU. a Rusia, fue denunciada la presencia de militares rusos que estaban realizando operaciones helitransportadas en apoyo a las tropas del gobierno sirio, que de ser confirmadas producirían una “desestabilización y una conducta contra producente” a los esfuerzos de la Coalición en la región. La denuncia fue enfatizada por el Secretario de Estado, John Kerry, ante su par ruso Sergie Lavrov, al referirse como que sus acciones podrían llevar hasta una confrontación con la coalición liderada por EE.UU.”.
Para continuar esta disputa aérea, la CIA y el Comando Conjunto de Fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. confirmaron a través de funcionarios estadounidenses que han lanzado una campaña secreta para cazar a personalidades sospechosas de acciones terroristas en Siria como parte de un programa de asesinatos selectivos que se ejecuta por separado de la ofensiva militar contra ISIS. La operación implica volar aviones no tripulados armados sobre Siria en una colaboración responsable de varios ataques recientes contra altos agentes de lSIS. El programa clandestino representa una escalada significativa de la participación de la CIA en la guerra en Siria, para alistar poderosos Centro de Contraterrorismo de la agencia contra un grupo de militantes que muchos funcionarios creen que ha eclipsado al-Qaeda como una amenaza.
Mientras la cuestión del eventual control aéreo seguía en disputa, el 9 de septiembre, la televisión siria anunciaba que las tropas gubernamentales sirias se habían retirado de una base aérea importante en el noroeste de Siria en la provincia de Idlib, después de un asedio de dos años por los rebeldes sunitas opositores, aumentando la presión sobre las zonas costeras controladas por el gobierno y al norte de la capital. Por su parte las fuentes rebeldes dijeron que el frente Al- Nusrah, ligado a Al-Qaeda, había desempeñado un papel de liderazgo en la captura del aeropuerto. A su vez también anunciaron que la guarnición del ejército que había defendido el aeropuerto militar de Abu al-Ḑuhūr había evacuado el puesto. El aeropuerto, que fue uno de los últimos reductos militares que quedaban en la provincia de Idlib, estuvo bajo sitio durante casi dos años por los rebeldes.
El 10 de septiembre una periodista le preguntó al general John Allen (comandante a cargo de la coalición occidental en contra de ISIS) respondió a una periodista que para que se diera la circunstancia de “estar perdiendo” el conflicto, antes deberían suceder cuatro cosas: la desestabilización de Bagdad, que se lograra doblegar en tierra a las fuerzas opositoras combatientes; el desmembramiento de Irak (sunnitas en Bagdad, kurdos del norte e ISIS en el resto del país) y la irrupción de Irán en el conflicto terrestre. Allen no aclaró si alguna de ellas se estaba dando.
Para agregar algo más al conflicto el líder religioso iraní, el ayatollah Khamnei, se refirió el acuerdo nuclear recientemente firmado con el P5 +1 diciendo que su país no hará más negociaciones con el “Gran Satán” de EE.UU. y que Israel no existirá más en 25 años. Ante estas afirmaciones la inmediata respuesta vino del premier israelí Benjamín Netanyahu al decir que “Khamenei incluso no deja ningún espacio para los partidarios del acuerdo para fantasear en él”. Agregó además que “la conclusión que se extrae de las declaraciones del tirano de Teherán es que todos los países responsables deben trabajar juntos para bloquear el terrorismo y agresiones de Irán”.
Por último, el 16 de septiembre Bashar Al-Assad, en una entrevista concedida a la televisión rusa, le propuso a los rebeldes sunitas opositores unirse a sus fuerzas para acabar con la amenaza de ISIS.
En el polvorín se habían comenzado a encender las mechas.
La real situación en Sira e Iraq y su vinculación con ISIS
Al día de hoy Siria, con una población de 20,4 millones de personas, tiene 12,2 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria, los que incluyen 4 millones que huyeron del país a refugiarse en países vecinos o en tránsito hacia otros y el resto movilizado de sus lugares habituales de vida. No obstante las cifra más impresionante son las casi 240.000 muertes y los aproximadamente 660.000 heridos que ha ocasionado hasta el presente esta guerra civil.
La actualidad podría considerar a Siria casi como un país en vías de estar considerado como “Estado fallido”, pues aunque el último registro de PBI per cápita es de 5.100 dólares, se lo ubica en el puesto 169 entre 175 en los niveles de corrupción, según el informe citado anteriormente. No obstante, la principal consideración de su situación está dada en que su territorio está dividido entre un escaso 18% en manos del gobierno, mientras que el resto está, prioritariamente, en el norte controlado por los grupos rebeldes liderados por Al-Nusrah, el centro y su prolongación sobre el río Tigris desde Raqqa, pasando por Palmira en manos de ISIS y el resto de su frontera noreste con Irán y Turquía a cargo de los kurdos sunitas.
Si bien en Irak la situación no es tan dramática su evolución podría evolucionar de la misma forma. Con una población de 36 millones y un PBI per cápita de 7.100 dólares, ya tiene 2,2 millones de desplazados, encontrándose en el nivel 170 de corrupción. No obstante no cuenta con una situación de guerra civil en su territorio; pero sí lo tiene dividido y controlado por kurdos y shiítas a lo largo de su frontera norte con Irán hasta Basora (lugares petroleros por excelencia) al norte del río Éufrates, una zona central dominada por ISIS, que intenta llegar a Bagdad y la zona al sur del Tigris hasta su frontera con Jordania prácticamente con escasa población.
Mientras esa es la situación de ambos países su agresor, ISIS, cada día afirma de mejor forma su califato, dividido en 20 vilayatos. Con sus avances y retrocesos desde la conquista de Mosul (Iraq) en julio de 2013 logró avanzar hasta Raqqa en Siria (enero de 014) y establecerse en ella como “capital” del califato (5 de julio de 2014). A partir de ese momento comenzó su avanzada hacia Iraq, capturando al clan shiíta Yazidi en el Monte Sinjair (6 de agosto de 2014), donde por primera vez EE.UU. comienza a apoyar a quienes se les enfrentaban mediante bombardeos y lanzamientos de abastecimientos. También comienza la ejecución de rehenes (19 de agosto de 2014), con el luctuoso hecho del periodista James Folley como represalia de los bombardeos anteriores. Su estrategia buscó asegurar un lugar de acceso desde Turquía y/o que impidiera el acceso de refuerzos en su contra por lo que intenta un ataque a la ciudad de Kobane –límite entre Siria y Turquía (octubre de 2014), siendo rechazado totalmente el 26 de enero de 2015.
En diciembre 2014, con una coalición que había logrado incorporar diversos estados islámicos de la región (Irán entre ellos) para evolucionar en ataques aéreos, tanto en Sira como en Irak, derriba a un piloto Jordano, el teniente primero Moaz al-Kasasbeth. Este hecho precipita una mayor conciencia del peligro y poderío que representa ISIS para los propios países islámicos de mayoría sunita. La bárbara ejecución del piloto jordano (enero 2015) evidenció la vigencia de las fases de intimidación a través de las ejecuciones públicas. En su avance por el control de ambas márgenes de los ríos de la Mesopotamia iraquí (Tigris y Éufrates) es derrotado y pierde el control de la ciudad de Tikrit (31 de marzo de 2015). A partir de ese momento decide retomar su decisión de expandirse en dirección a Bagdad capturando la ciudad de Ramadi a solo 100 km de la misma (21 de mayo de 2015). En esa misma fecha ocupa la ciudad de Palmira en Siria destruyendo numerosos tesoros arqueológicos, en razón de que uno de los preceptos de la sumisión a Dios del Islam es a través del abandono de la idolatría. Al respecto, meses después, el 19 de agosto de 2015, el director emérito de antigüedades de Palmira, Khaled al-Asaad de 83 años, también fue decapitado en plaza pública por su osadía arqueológica de cuidar las ruinas desde su juventud. Mientras tanto comienzan a sucederse atentados en diversas mezquitas shiítas en Saudí Arabia (Qadeeh, Abha), Kuwait (capital), Yemen (Sana) e Iraq (2 mezquitas en Bagdad), como también contra otros diversos blancos (soldados egipcios en la Península del Sinaí, turistas británicos en las playas y en el museo de Túnez y la captura del aeropuerto de Trípoli). En Junio 2015 trató nuevamente de apoderarse del paso fronterizo de Kobane siendo rechazado el 27 de junio. Casi un mes después comenzaron los atentados en Sucruc, primera acción en una mezquita shiíta en territorio turco, afectando a quienes trabajaban en la reconstrucción de los ataques a Kobane por su cercanía. Por último, la ola inmigratoria hacia la Unión Europea les ha permitido infiltrar combatientes, dirigidos a sembrar el pánico a través de sus tres principales rutas: por mar a través del mediterráneo, por tierra a través de los Balcanes hacia el centro europeo y hacia la península escandinava.
También podría considerarse la expansión de sus “vilayatos” interpretándolo como territorios asociados a 3 provincias sometidas por otros grupos afiliados: Derna en Libia, por Anshar al-Sharia; Maiduguri en Nigeria, por Boko Haram y parte de la Península del Sinaí en Egipto, por Ansar Bayt al-Maqdis.
Además ISIS ha recibido, hasta septiembre de 2015, 21 pedidos de afiliación de grupos extremistas de reciente creación,procedentes de Argelia (Jund al-Khilafah o “Soldados del Califa”) y de Siria (Jaysh al Fateh o “Ejército conquistador”), un desprendimiento del frente Al Nusrah en Idlib y en el límites Este y Sur con Líbano.
Si se le agregan 1000 nuevas incorporaciones diarias de efectivos, que lo llevan a casi 25.000 extranjeros, se duda de cuál es el punto del retroceso en que se encuentra.
Las primeras conclusiones
La primera y más que obvia es que ISIS emerge como centro de masacres, ejecuciones y represión provocando cientos de miles de desplazados y refugiados.
Esta devoradora concepción ideológica y material, también llamada Daesh, que amenaza las relaciones humanas (tanto religiosas como políticas y económicas) no es solo un problema para sunitas, shiítas y kurdos en Medio Oriente sino también para árabes y para Occidente. No obstante su atención plantea un interrogante inicial si será necesaria primero la pacificación de Siria e Iraq para favorecer su derrota o viceversa. En cualquiera de ambas opciones Occidente aún no ha logrado el suficiente poder y unión para eso.
También es cierto que en los lugares afectados ha comenzado a facilitarse la unión de sunitas, shiítas y kurdos ante un enemigo común, unificando criterios de accionar entre EEUU, Rusia y la UE.
Por primera vez Occidente se enfrenta a un nuevo conflicto de “baja Intensidad” (?) pero de indefinida duración. Su accionar debe enfrentar la amenaza de ISIS, combatir en un país anfitrión (Irak) de incierta hospitalidad, para seguir las acciones militares en la inestabilidad de Siria y asegurar una eventual alianza con Irán para que no interfiera en las acciones. La coalición debe asegurar un poderío aéreo con aviones, vehículos aéreos no tripulados y misiles crucero que le permitan seleccionar los blancos necesarios (95% de medios adecuados para estos ataques estratégicos en Iraq y Siria son de EEUU). Además debe asegurar la cantidad de fuerzas terrestres para cubrir extensos espacios en Iraq, continuar las acciones en Siria y, lo más complejo, insertar fuerzas no árabes en el medio de una guerra sectaria civil.
Primero para la victoria táctica en Iraq la coalición debe lograr una forma de unidad política entre árabes shiítas, sunitas, kurdos, y los restos de las minorías de Irak y el gobierno. No obstante para la victoria táctica en Siria, el interrogante es si primero se debe concluir la guerra civil, expulsando a combatientes foráneos (Hezbollah, Guardia Republicana, consejeros militares rusos y occidentales) , para luego derrotar a ISIS o al revés, para recién luego lograr una forma de unidad política entre árabes alawitas, shiítas, sunitas y kurdos.
A partir de este dilema comienzan a desarrollarse los restantes. La coalición para lograr el éxito debe estar en capacidad de :
-ganar el apoyo árabe suní en las zonas bajo influencia de ISIS,
-reducir las brechas entre árabes y kurdos,
-conseguir el apoyo de los vecinos árabes, y
-crear relaciones nuevas y más estables (Occidente + UE) con Turquía.
La realidad actual indica que las potencias europeas jugarán un papel limitado, siendo solo Turquía la única clave por estar en capacidad de ejecutar acciones militares autorizadas por su Parlamento fuera y dentro de su territorio, no obstante sus problemas de tensiones políticas internas y sus relaciones tensas con los kurdos. Además, más allá de la reticencia europea para su ingreso en la UE, se está constituyendo en el único bastión que filtra el ingreso de islamistas jihadistas hacia los potenciales blancos dentro del continente.
Los conflictos en desarrollo y la evolución de sus escenarios
La creación de este Califato, incrementando el poderío religioso sunita en la región, junto al reconocimiento unificado como amenaza por los otros estados islámicos (sunitas y shiítas), tanto como la disputa por el liderazgo global de Al-Qaeda, la evidente y necesaria cooperación regional entre Turquía, Arabia Saudita e Irán, junto a un incremento de políticas extremas de inmigración en la UE, ha descubierto numerosos conflictos antiguos, derivados y perennes.
Entre los conflictos originales anteriores a ISIS se debe citar a TURQUÍA vs PKK (Partido de los Trabajadores Kurdos) por el KURDISTAN, a Hezbollah vs Fuerzas de Defensa de Israel –FDI- en frontera norte de ISRAEL y, a parir de la Primavera Arabe, al Gobierno sirio alawita + Shiítas vs Rebeldes sunitas + Kurdos en SIRIA.
De este nudo gordiano de conflictos se desprenden diversos conflictos derivados enumerados cronológicamente:
-ISIS vs Al Qaeda en SIRIA e IRAQ.
-Alawitas + Shiítas + Hezbollah vs Rebeldes + Kurdos + ISIS en SIRIA.
-Unión de shiítas + sunitas + kurdos vs ISIS en IRAQ.
-Unión de islámicos + tropas occidentales vs ISIS en SIRIA e IRAQ.
-Apoyo de TURQUÍA a los rebeldes sunitas vs combate de TURQUÍA a los Kurdos en SIRIA.
-Apoyo aéreo de EEUU vs apoyo con tropas en contra de ISIS en SIRIA e IRAQ.
-Expansión de ISIS vs Sunitas en LIBIA y YEMEN.
-Alianza de estados árabes sunitas vs shiítas en YEMEN.
-Ingreso de desplazados islámicos vs expulsión en UE.
Si a los mencionados se le suman aquellos que han perdurado en el tiempo, tales como el de Sunitas vs Shiítas por ancestrales problemas confesionales, el de ISRAEL vs estados árabes por su inserción en la región, el de ISRAEL vs IRAN por la peligrosidad de ambos desarrollos nucleares, el de EEUU vs RUSIA por la hegemonía geopolítica/económica en la región y el de TURQUIA vs UE por su ingreso a la unión con el consabido incremento poblacional del Islamismo en el continente europeo, las mechas de ese evolutivo polvorín cobran mayor vivacidad.
El escenario regional actual presenta a dos países cuasi fallidos Siria y en menor medida Iraq, con sus territorios divididos en un caso (Siria) entre las fuerzas gubernamentales shiítas, los rebeldes sunitas y las minorías kurdas, mientras que en el otro (Iraq) se puede invertir la influencia dando mayor preponderancia a las minorías kurdas, los grupos shiítas y algunas agrupaciones sunitas; en ambos casos cruzados y vinculados en su enfrentamiento a ISIS, que vulnera ambas fronteras amenazando el control de ambas capitales (Damasco y Bagdad). Como primer agregado está el apoyo manifiesto de la organización shiíta de origen libanés Hezbollah, que no solo refuerza al gobierno sirio en su lucha contra los rebeldes sino que ha incursionado en Iraq, a través de asesores, para enfrentar a ISIS. También se presenta el apoyo casi irrestricto, pese a su negativa, de Rusia al régimen de Bashar al-Assad, no obstante reconocer la necesidad de un accionar conjunto contra ISIS. Occidente, ante la presión de los países islámicos moderados de la Liga Arabe ha formado una coalición de 64 países para frenar la amenaza; pero tan solo en forma “quirúrgicamente” aérea, cuyos resultados al momento no logran el éxito esperado. Irán, al firmar un acuerdo que permita su control nuclear ha incrementado la preocupación de Israel que desconfía de la veracidad de sus intenciones, activando un eventual alistamiento fronterizo. La búsqueda de mayor presencia terrestre apoyada desde el aire para derrotar a ISIS en Siria ha involucrado en mayor medida a Turquía. No obstante su interrogante es cómo apoyar a los rebeldes sunitas en contra de ISIS en Siria sin hacerlo con los kurdos que también combaten a ISIS y que luego, eventualmente, combatirán en su contra en la búsqueda de su tan ansiado Kurdistán. Para finalizar esta secuencia de interrogantes se debe plantear dos eventuales nuevos focos en Yemen y en Libia. ¡Todo un desafío geopolítico!
Un trilema de dudosas respuestas
La estabilidad de la región indica que el problema central gira alrededor del creciente poderío de ISIS. Su evolución plantea el interrogante básico sobre si ISIS podrá imponer su Califato y ser reconocido como un protoestado. Ante tamaña cuestión, Occidente se debe plantear si permitirá que este nuevo flagelo sea la base de un nuevo Al-Qaeda; pero mucho más cercano y mortífero. A partir de ese análisis las potencias hegemónicas regionales deberán definir su rol a adoptar y el de los estados asociados. Además en qué situación quedarán los vecinos afectados Israel, Líbano, Jordania e Irán y cuál será la relación vinculante ante idéntica amenaza. No obstante una de las soluciones vislumbradas desde el inicio y, tal vez, negada por el propio actor es la posición preponderante que debe adoptar Turquía. Más aún, cuando la Unión Europea, descuenta que es la última o primera barrera que puede contener el avance islámico poblacional hacia el continente.
Este trilema tiene tres probables derivaciones:
-La derrota de ISIS en Iraq para luego proseguir a Siria
-La derrota de ISIS en Iraq y Siria
-La victoria de ISIS en Iraq y Siria
Para el primer escenario, es necesaria la unión de las diferentes minorías confesionales en Iraq, una mejor distribución de las regalías petroleras a tal efecto y contar con la anuencia tácita de Irán en el territorio vecino. Esto facilitaría a la coalición tener una base firme para seguir su avance hacia la convulsionada Siria, con la preparación de suficientes tropas islámicas (entrenadas y apoyadas desde el aire por Occidente). A su vez contaría con una pared fronteriza en Turquía que dificultaría el acceso y eventual egreso de combatientes en apoyo de ISIS. Cómo interrogante mayor presenta el cómo apoyar a los combatientes kurdos (Merga Pesh – los que enfrentan a la muerte) sin que estos lo hagan en contra de las tropas turcas y viceversa. También este escenario permitiría a Israel tener una cierta tranquilidad de que su ancestral opositor nuclear honraría su acuerdo nuclear y haría que disminuyera la influencia de Hezbollah en la región y en sus fronteras. La vinculación ruso-estadounidense ejercería su poder en Siria a través de Rusia para impulsar un acuerdo que enfrente a las voluntades de la guerra en contra de ISIS. A su vez ISIS vería restringidos sus intentos expansionistas hacia la península arábiga y hacia el norte de África, con lo cual los países de la Liga Arabe respirarían con mayor tranquilidad dejando que sus aliados occidentales comiencen a hacer retroceder a la amenaza sunita de ISIS.
El segundo escenario sería una evolución del primero con la única salvedad de que derrotado ISIS quién habría de colocarse al frente de Siria (o a quién facilitaría la coalición ruso-estadounidense hacerse cargo), pues el balance actual y su evolución indica que ninguno de los contendientes estaría en calidad de unificar políticamente el territorio, con lo cual una de las soluciones iniciales sería dividirlo entre los shiítas (alawitas gubernamentales) en la parte costera y eventualmente con alguna conexión hacia a su actual capital Damasco. Otra en manos de los rebeldes sunitas (buscando una coalición que no permita forjar una nueva base terrorista). Mientras que la tercera parte estaría en manos de los kurdos con acceso a las fuentes petroleras. En este caso la vinculación ruso-estadounidense desbalancearía la influencia en favor de EEUU para imponer su influencia tanto en Siria como en Iraq. De esta instancia se desprende el cómo hacerlo con apoyo de Turquía sin que los kurdos accionen en su contra y hasta cómo evitar su independencia territorial, exigida como recompensa por su importante rol en la derrota de ISIS. En este caso, más aún, Israel se vería favorecido por el regreso de Hezbollah a su hábitat natural de Líbano, con la única salvedad de tener que controlar que la guerra civil terminada en Siria no se traslade a Líbano. Más aún, en esta suposición más que en la anterior cedería la influencia y eventual expansión de ISIS hacia el problema yemení y hacia Libia.
El último escenario es el más difícil y complejo de imaginar, con lo cual no implica que no suceda. Suponiendo que la coalición no pueda con solo sus ataques aéreos y que las tropas que enfrente ISIS no logren su contención, la primera necesaria consecuencia será que Turquía pasaría a ser el bastión detrás del cual la UE y Occidente se resguardaría del avance terrestre hacia el continente europeo por tierra. Ambos países –Iraq y Siria- se desmembrarían haciendo que sus minorías deban doblegarse ante el agresor quien impondría una rigurosidad religiosa extrema. ISIS se encontraría como inconveniente con la necesidad de tener que administrar los restos de territorio dejados de lado en el establecimiento del nuevo Califato para evitar posibles sublevaciones. El peligro principal es que sea la nueva Al-Qaeda, haciendo honor a su nombre, para difundir el accionar terrorista hacia diversos lugares del “Occidente idólatra y pecador”. A su vez se incrementarían los alistamientos de sus fronteras con los territorios de países vecinos para evitar la diseminación de acciones terroristas.
Los interrogantes iniciales necesariamente evolucionarían hacia saber si:
-¿ISIS podrá mantener su Califato y ser reconocido como un estado?
-¿Occidente deberá incrementar su accionar militar con tropas que accionen militarmente en el terreno?
-¿Las potencias hegemónicas shiítas incrementarán su apoyo?
-¿Se mantendrá o se incrementará la Alianza Islámica Anti terror?
-¿La caída de Assad en Siria será la clave para derrotar a ISIS?
-¿Iraq mantendrá su superávit presupuestario de ingresos petroleros hacia sus Kurdos y Shiítas?
-¿Turquía apoyará a los Kurdos en Siria para derrotar a ISIS y combatirá al PKK en su territorio? ¿Será la barrera de la UE?
-¿Se podrá contener la atracción mundial de ISIS y su expansión?
-¿Se extenderá la guerra civil al Líbano?
Todos estos interrogantes necesitarán una nueva cruzada que involucre a un mayor número de aliados. Tal vez estemos en presencia de un nuevo tipo de “Tercera Guerra Mundial”, con diferentes frentes pero con mayor mordacidad e imprevisibles derivaciones. Inshallah (quiera Dios en árabe) que no necesitemos llegar al 28 de noviembre en forma similar a lo sucedido 920 años atrás.